El coronavirus provoca una debacle en los grandes eventos deportivos

Después de poner los hospitales al borde del colapso, confinar a la población y arruinar los mercados de valores en todo el mundo, la pandemia del coronavirus (COVID-19) ha impactado en el mundo del deporte, que ha entrado en situación de cuarentena.

Se trata de una situación excepcional pues, aparte de conflictos bélicos y suspensiones puntuales, es la primera vez que el deporte se enfrenta a un reto similar. Prácticamente todos las grandes citas deportivas han sido aplazadas o suspendidas.

Sin duda que los grandes eventos deportivos volverán, pero el problema será entonces el impacto que la pandemia deje en el poder adquisitivo de sus potenciales consumidores (fans), porque al final estos eventos se acercan más a un bien de lujo que de primera necesidad.

Aunque el deporte es una economía peculiar, no deja de ser un sector más en el ámbito de la economía. De hecho, el deporte ofrece un servicio en directo cuyos ingresos podrían ser muy difíciles de recuperar en un futuro, especialmente en los grandes eventos deportivos.march-madness

Cuál será el impacto económico de esta cadena de cancelaciones va a depender de que las competiciones puedan posponerse, con lo que el efecto económico sólo se retrasaría un tiempo y los ingresos, en principio, no deberían a cambiar sustancialmente. Sin embargo, en el caso de suspensión total o parcial (reducción de la competición), las pérdidas de las ligas, de los clubes y de los deportistas individuales podrían ser considerables.

Destacamos a continuación algunas de las citas deportivas más relevantes, cuyos ingresos económicos pueden verse afectados por la expansión del coronavirus.

Los Juegos Olímpicos son el mayor evento deportivo internacional multidisciplinario), con más de 10 000 atletas que representan a 204 países, 300 eventos individuales en 28 deportes diferentes, más de 10 millones de entradas vendidas, y una audiencia televisiva mundial de miles de millones.

Promovidos por el Comité Olímpico Internacional (COI), desde 1896 han tenido lugar cada cuatro años en diversas ciudades del mundo, siendo las únicas excepciones, hasta el momento, las ediciones de 1916, 1940 y 1944, debido al estallido de las dos guerras mundiales. El COI ha decidido retrasar a 2021 la celebración de la competición prevista para este año.

Aunque la celebración de Tokyo 2020 en 2021 es mejor que si se hubieran cancelado, estos Juegos Olímpicos difícilmente serán rentables para Japón: con 35 000 millones de dólares de gasto en inversiones, el COI controla los derechos televisivos y deja a la organización local los ingresos por la venta de entradas (alrededor de 1 000 millones de dólares).

De hecho, tal y como se gestionan actualmente, organizar unos juegos no es económicamente viable para la mayoría de las ciudades, debido, principalmente y entre otros costes directos, a las importantes inversiones en infraestructuras que requieren. Sí lo serán para el COI, que facturará una cantidad similar a la que ya tenía prevista para 2020.

Organizado por la UEFA cada cuatro años, el Campeonato de Europa de la Unión de Federaciones Europeas de Fútbol, más conocido como Eurocopa, es el torneo internacional de selecciones nacionales de fútbol más importante de Europa. A causa de la pandemia del coronavirus, la UEFA determinó que la Eurocopa 2020, cuya fase final tendrá como sedes a ciudades de 12 asociaciones distintas del continente, se aplazará a 2021 para dar así tiempo a que las diferentes ligas europeas finalicen sus temporadas.

Se estima que la anterior edición, celebrada en Francia en 2016, supuso un impacto total sobre la economía francesa de 1 200 millones de euros generando, en términos de empleo equivalente a tiempo completo durante un año, unos 16 000 puestos de trabajo.

También se aplaza a 2021 la Copa América (principal torneo internacional oficial de fútbol masculino en América) programada para jugarse este 2020 en Colombia y Argentina. Los países que organizan este campeonato también se ven beneficiados económicamente “y esto se evidencia en sectores tales como el de electrodomésticos, turismo, bebidas, implementos deportivos y sectores que patrocinan a los equipos participantes” .

La organización de la Eurocopa proporciona a la UCL más de 2 000 millones de euros. Estas cantidades pueden verse reducidas en más de un 10% si se juegan los cuartos de final y semifinales a un solo partido, como se está planteando, entre otras alternativas, pero se perderá más del 30% si se suspende la competición.

Las Ligas de fútbol europeas están paralizadas. Si se suspendiera definitivamente la competición, según Jaume Roures – administrador de Mediapro -, se dejarían de ingresar más de 7 000 millones de euros en el fútbol europeo.

También se han suspendido las principales ligas de fútbol en Centro y Sur América.

La FIA anunció recientemente que se pospondrán los Grandes Premios de Vietnam, Baréin, China, Países Bajos, España, y Azerbaiyán y se suspenderán los de Australia y Mónaco. En este caso las pérdidas ya son seguras, pues no se van a celebrar todas las carreras previstas. La empresa organizadora tendrá que realizar al menos 15 carreras para no perder los derechos televisivos y sus acciones han bajado más de un 50% entre febrero y marzo de 2020.

Se calcula que la celebración del Gran Premio de España de Fórmula 1 en Barcelona genera 163 millones de euros de impacto económico.

El Grand Slam de tenis está constituido por los cuatro torneos con más prestigio del circuito internacional, organizados por la Federación Internacional de Tenis (Open de Australia, Roland Garros, Wimbledon y Open de Estados Unidos). A causa del coronavirus, Roland Garros decidió de manera unilateral aplazar el torneo a finales de septiembre, lo que ha causado una gran controversia en el mundo del tenis. El ayuntamiento de París calcula que el impacto para la ciudad de la organización de este torneo es de 90 millones de euros.

Por su parte, la Federación Internacional de Tenis suspendió los torneos hasta el 7 de julio, cuando empiece la temporada de hierba.

Es una competición internacional de atletismo que agrupa, entre otras, las seis maratones más importantes del mundo —Boston, Londres, Berlín, Chicago, Nueva York y Tokio.

El Maratón de Boston, cuyo impacto económico se estima en 200 millones de dólares, se pospone hasta el 14 de septiembre, y la 40 edición del Maratón de Londres queda aplazada hasta el 4 de octubre (se calcula que la carrera aporta unos 100 millones de euros a la ciudad).

El Masters de Augusta, primer gran torneo de la temporada de golf, fue aplazado por la pandemia de coronavirus. También se aplazaron los torneos del PGA Tour - principal circuito estadounidense de golf profesional masculino y el abierto de los Estados Unidos (US Open).

Según un informe de la compañía Nielsen, el Masters de Augusta tiene un valor estimado superior a los 211 millones de dólares, de los que 89 millones son propios del club de golf de Augusta. Los otros 128 millones tienen que ver con patrocinadores y logos y demás marcas insertas en la equipación de los participantes.

También la National Basketball Association (NBA) y la National Collegiate Athletic Association (NCAA) suspendieron la temporada de baloncesto en Estados Unidos. Si la NBA no continua con la competición se perderá más del 20% de los partidos. En el caso de la NCAA no ha habido final de la competición (March Madness) y se estiman pérdidas de alrededor de 1 000 millones de dólares. La Federación Internacional de Baloncesto (FIBA), canceló todas sus competiciones.

En Moto GP, se han pospuesto varios grandes premios y la competición necesita un mínimo de 13 carreras para que haya Campeonato Mundial. En ciclismo, el arranque del Giro de Italia también se ha pospuesto.

Del mismo modo, las Grandes Ligas de Béisbol (MLB) y la Liga Japonesa de Béisbol han quedado suspendidas. En hípica, el Derby de Kentucky se correrá en septiembre (es la carrera más prestigiosa de la hípica y forma parte de la Triple Corona).

El mundo del deporte se enfrenta por tanto a un impacto económico sin precedentes debido a la pandemia del coronavirus.

Puede leer el artículo original en The Conversation