Sigamos mirándonos el ombligo

El fútbol español ya no es el mejor y hay que empezar a asumirlo, opina Pablo Pinto
Hubo un tiempo, no muy lejano, en que el fútbol español fue el mejor. Tanto a nivel de selecciones como a nivel de clubes. Dos certezas irrebatibles. Tan ciertas como que de tanto mirarnos el ombligo nos han adelantado por la derecha.
Esta verdad aún hay quien la intenta rebatir. A nivel de selecciones podemos sacar adoquines, papeles o fotos, pero que en 2014 en Brasil murió una parte de nosotros (del nosotros futbolero, entiéndase) no hay debate que lo aguante. Ya está, fuimos los mejores y los más guapos de baile de 2008 a 2012, pero asumamos que esa etapa pasó y nunca volverá. La última lista de nominados al Balón de Oro lo ha refrendado con un buen sopapo de realidad. Ni un español entre los cincuenta mejores del mundo. Es lo que hay.
A nivel de clubes, todavía hay quien sigue diciendo que como La Liga no hay nada y que somos la envidia. ¿La envidia de quién exactamente? Sólo esa casposa manía por defender lo patrio, aún cuando es indefendible, puede argumentar algo que ni por números ni por sensaciones se sostiene.
Nuestra Liga está año está viviendo un fenómeno poco habitual. Se ha igualado. Pero se ha igualado a la baja. A peor. No porque haya un ‘outsider’ intratable que se haya metido entre los grandes. No. Se ha igualado porque, por muy distintas razones, los tres grandes de nuestro fútbol no dan dos alegrías seguidas a su afición.
El Madrid porque no puede, el Barça porque le da pereza y el Atleti porque anda debatiendo la receta de la pizza.
Y en esas Inglaterra nos ha comido el terreno. A base de dinero, no hay dudas, pero han aprendido a invertirlo. Al principio lo gastaban en obreros (jugadores) luego en los arquitectos (entrenadores) y ahora lo han empezado a gastar en constructoras (academias y personal formativo). Y ya les luce. Desde los cimientos, con importantes éxitos en categorías inferiores, a las semifinales de último Mundial de Rusia. Eso a nivel de selecciones, porque luego está la Premier.
La Premier League es la vanguardia del fútbol. Dos de los cuatro semifinalistas de la pasada Champions, y no es casualidad, eran ingleses. Los tres mejores entrenadores del mundo, según The Best, están allí: Klopp, Guardiola y Pochettino. Y sin tener a ninguno de los mejores del mundo (Messi, Cristiano, Griezmann, Mbappé, Neymar o Hazard) sus plantillas son las más competitivas porque el juego está cambiando y ellos van por delante.
Ya no vale con la calidad. El físico se ha impuesto (Francia en Rusia). Y si aúnas ambas, garantía de éxito.
Sin aguantar esfuerzos a alta intensidad durante los noventa minutos puedes ganar el 80 por ciento de los partidos (y ya ni eso últimamente), pero el 20 por ciento en el que te juegas los títulos lo tienes perdido.
Podemos seguir mirándonos el ombligo o que el espejo nos siga diciendo lo guapos que fuimos, pero la realidad habla por si sola. Y los problemas sólo se arreglan cuando empiezas por asumirlos.