Kobe Bryant ganó un óscar con un corto de animación en el que contaba su amor al baloncesto


El corto estaba basado en el poema que la estrella de los Lakers escribió cuando se retiró del baloncesto
Detrás de la cinta estaban artistas como Glen Keane o John Williams
Kobe Bryant se despidió del baloncesto con un poema que en realidad era una autobiografía en forma de carta de amor. De amor al baloncesto. Era noviembre de 2015 y la estrella de los Lakers contó en verso libre cómo a los seis años había empezado encestando los calcetines de su padre hechos un gurruño. Cómo lo dio todo en la cancha. Cómo su cuerpo le había dicho ya que era hora de irse. El poema se publicó en “The Player’s Tribune”

MÁS
Pues ese poema, dos años después se convirtió en un corto animado que dibujó Glen Keane –La Sirenita, Aladin, La Bella y la Bestia-, que musicó John Williams –Star Wars, Indiana Jones, ET- y que locutó el propio Kobe Bryant. Se llevó el Oscar al mejor corto de animación en 2018. Él mismo recogió la estatuilla.
🏀 | KOBE BRYANT (1978-2020) El día que Kobe Bryant ganó un premio Oscar, pues si, hasta un premio Oscar se ganó. Q.E.P.D🏴 #CSR8 pic.twitter.com/JqHF9wEdzp
— Ikki Ave Fenix #CSR8 (@AvFenix_) 26 de enero de 2020
La cinta, blanco y negro salpicado del amarillo y violeta de la camiseta de los Lakers, aire de carboncillo y montaje pausado, condensa en cuatro minutos la relación entre Bryant y el baloncesto. Una oda al deporte que subraya los valores de la superación, el compañerismo y la entrega y que llevó a Bryant de la cancha a la alfombra roja con todos los honores.
Esta es la traducción del texto original del poema:
"Querido baloncesto,
Desde el momento en el que empecé a ponerme los calcetines de jugar de mi padre, disparando mi imaginación con tiros ganadores en el Great Western Forum, supe que una cosa era verdad: quedé enamorado de ti.
Un amor muy profundo al que le entregué todo, desde mi mente y mi cuerpo hasta el alma y el espíritu.
Siendo un niño de seis años, profundamente enamorado de ti, nunca vi el final del túnel, solo me veía a mí mismo corriendo para salir de uno.
Y corrí, corrí hacia arriba y abajo de cada cancha, después de cada balón perdido, por ti. Exigiste mi empuje, te di mi corazón, porque eso vino con mucho más.
Atravesé el sudor y el dolor, no porque el desafío me llamase, sino porque TÚ me llamaste. Hice todo por TI, porque eso es lo que tú haces cuando alguien te hace sentir tan vivo como tú me has hecho sentir.
Concediste a un pequeño niño de seis años su sueño Laker, y siempre te amaré por ello. Pero no puedo amarte de manera tan obsesiva por mucho más tiempo. Esta temporada es lo último que tengo que dar. Mi corazón puede atajar los golpes, mi mente puede lidiar con la dura rutina, pero mi cuerpo sabe que es tiempo de decir adiós.
Y eso está bien. Estoy listo para dejarte ir. Quiero que lo sepas para que ambos podamos saborear cada momento que dejamos juntos. Los buenos y los malos. Nos hemos dado todo lo que tenemos mutuamente.
Y los dos sabemos que no importa lo que haga después, siempre seré ese niño con los calcetines y cubos de basura en la esquina: “05 segundos en el reloj, balón en mis manos 5… 4… 3… 2… 1”
Siempre te amaré,
Kobe".