Maradona: Ta, ta, ta, ta, ta

Recuerdo del gol con el que Maradona acabó con todos los debates: en el fútbol, era D10S
Ta, ta, ta, ta, ta… hay que haber hecho algo muy grande para dejar sin palabras a un narrador de fútbol, argentino para más señas. La hazaña está solo al alcance de los más grandes. Maradona, que lo era, aquel junio del 86 rindió con su carrera de cincuenta metros a la selección inglesa y a Víctor Hugo Morales. Un logro menos reconocido, pero casi igual de meritorio.
Arrastrado por el hechizo de aquellos regates… ta, ta, ta, ta… Gooooooool el locutor salió del paso como pudo. Con reflejos y oficio, eso sí, acompañando el vértigo de la jugada con ese ta ta ta ta tan gráfico. Un regate, otro, otro más, otro más… El ta ta ta en el fútbol es la onomatopeya de los toques. La esencia misma del juego.
MÁS
Por entonces, Maradona ya era Maradona. ¡Barrilete cósmico!, ¿de qué planeta viniste? El todo en lo suyo. Simple en su extravagancia. Extravagante en su simpleza. Un exceso. Zurdo, rechoncho, bajito, un héroe forjado a la contra.
Tenía control, regate, disparo, virtuosismo, fuerza… pero le faltaba algo. Una obra maestra. Un lugar donde dejar su firma: soy el mejor. El futbol, ya se sabe, es una cooperativa y el trono se adjudica en interminables debates de barra. Para gustos, los colores… Ya.
Diego no estaba por ésas. Y sobre el lienzo verde del Azteca, Maradona, en recorrida memorable… en la jugada de todos los tiempos… gambeteó, así lo dicen ellos, a cuantos ingleses le salían al paso… ignoró a su compañero Burruchaga… siempre para Maradona… genio, genio, genio… marcó el Gol del Siglo. Dejó su firma.
Nadie le discutió nunca más lo indiscutible. Es para llorar, perdónenme. Gracias Dios, por el fútbol, por Maradona, por estas lágrimas... se desgañitó Victor Hugo Morales, antes sobrepasado, esta vez confundido en su delirio. ¿A quién daba las gracias? Maradona era D10S.