Much Wenlock, el pueblo inglés que inspiró los Juegos Olímpicos modernos

Esta localidad celebra unos Juegos Olímpicos desde 1850 cada mes de julio , aunque la edición de este año ha sido pospuesta hasta septiembre por la pandemia
El creador de la competición fue el doctor Brookes, que quería ayudar principalmente a la clase obrera a mejorar sus vidas a través del deporte y de la cultura
El gran sueño de Brookes era reanudar la competición de la Antigua Grecia y De Coubertin tomó el relevo para crear los Juegos de Atenas de 1896
Much Wenlock es un pueblecito de apenas tres mil habitantes en el centro de Inglaterra, cerca de la frontera con Gales, que celebra desde 1850 unos juegos olímpicos. Su competición está considerada como la principal inspiración para la creación de los Juegos Olímpicos modernos, que se celebraron por primera vez en Atenas en 1896. Londres 2012 puso el nombre de Wenlock a su mascota y, en 2014, una delegación de Tokio 2020 viajó hasta esta pequeña localidad para conocer su historia. Este mes de julio debía celebrar sus 134 Juegos Olímpicos, pero la pandemia obligó a aplazarlos hasta septiembre por la pandemia.
Los Juegos de Much Wenlock fueron uno de los primeros intentos de reinstaurar las Olimpíadas que se disputaron en la Grecia Antigua entre los años 776 AC y el 393 DC cada cuatro años durante casi doce siglos. Se habían producido distintos intentos de reproducir aquellas competiciones atléticas en las que competían representantes de las diversas ciudades-estado griegas. Los más significativos fueron los Juegos de Cotswold, también en Inglaterra (1612), los de la Francia postrevolucionaria (1796) o los de Ramlösa, en Suecia (1834). Pero los que realmente sentaron las bases para las Olimpíadas modernas fueron los de Wenlock. Y surgieron de un sueño, el sueño del doctor William Penny Brookes.
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El sueño de Brookes
Penny Brookes nació en Much Wenlock en 1809 y se marchó a estudiar Medicina a Londres, primero, y luego a París y Padua, en Italia. Regresó a Wenlock en 1831 y se instaló en la casa donde nació y desarrolló su carrera como médico. Su actividad profesional estuvo marcada por el impacto que le provocaron las penurias de la gente de clase obrera. En 1841 fundó la Sociedad Agricultora y de Lectura de Wenlock (WARS, por sus siglas en inglés) con el afán de promover la cultura y la actividad física entre los más desfavorecidos. Combinó la actividad física para los lugareños con la creación de una biblioteca de préstamo de libros y clases de botánica y de música. Él también era botánico y músico.
Brookes consideraba que la educación física era fundamental para el desarrollo personal de las personas. A lo largo de su vida pugnó para que el estado incluyera la educación física como asignatura obligatoria en las escuelas, objetivo que finalmente consiguió. En 1950 creó los Juegos Olímpicos para promover “el desarrollo moral, físico e intelectual de los habitantes del pueblo y de los pueblos vecinos de Wenlock, y en especial entre la clase obrera”, según se lee en el texto fundacional. Brookes era el presidente de la organización.
Los primeros juegos olímpicos de Much Wenlock se celebraron el 22 y 23 de octubre de 1850 en el hipódromo del pueblo y mezcló disciplinas clásicas como el atletismo, que incluían pruebas de correr, de salto y de lanzamiento, con otras como el tenis, el fútbol o el quoits, que es un juego tradicional que consiste en lanzar un anillo de metal (quoit) a una estaca clavada en el suelo. También había competiciones más campestres como carreras con carretillas con los ojos vendados o una carrera para las señoras mayores del pueblo. El premio era medio kilo de té. Todos los ganadores recibían algún tipo de premio.
Los Juegos se hacen grandes
Más tarde introdujeron una prueba de destreza ecuestre que emulaba a las justas medievales con caballos y lanzas, aunque sin contacto físico. La prueba consistía en desenganchar un anillo del tamaño de un penique sostenido en un punto alto, con una lanza y galopando un caballo. El ganador era proclamado campeón de campeones y se convertía en una verdadera celebridad local de la época. Los primeros juegos tuvieron un gran éxito y esto atrajo a competidores no solo de los pueblos de los alrededores sino también de lejanas ciudades como Londres o Liverpool, aunque siempre hubo pruebas específicas para los habitantes del pueblo (y las sigue habiendo).
Asistían a los Juegos decenas de miles de espectadores de todos los rincones del país. La competición se fue haciendo grande, en parte gracias al esfuerzo de Brookes para promoverla y anunciarla en los diarios locales. Pero el sueño de Brookes era mucho más grande que todo esto. Su sueño, ya desde niño, era que se celebran unos Juegos Olímpicos modernos con atletas de todo el mundo.
A lo largo del siglo XIX hubo varios intentos de reanudar los juegos de la Antigua Grecia por personalidades influidas por el movimiento del Romanticismo. Una de ellas fue el hombre de negocios y filántropo griego Evangelos Zappas. Zappas remodeló el estadio de Panathinaikó, donde se celebraron los Juegos quince siglos atrás y organizó una competición en Grecia llamada los Juegos de Zappas en 1859, 1870, 1875 y 1889. Brookes sufragó la competición, limitada a atletas solo de habla griega.
De Coubertin, invitado de honor
En 1860 se produjo una división en la WARS entre los que querían que los Juegos de Wenlock fueran más internacionales y hubiera más referencias griegas, entre los cuales estaba Brookes, y los que querían que fueran más ingleses. La WARS acabó escindiéndose y se creó la Sociedad Olímpica de Wenlock, que siguió liderando el doctor Brookes, con esta idea más internacional. Entonces se ampliaron los Juegos a todo el condado y celebrándolos cada dos años en una sede distinta cada vez, estableciendo el concepto de sede itinerante asumido más tarde por los Juegos Olímpicos modernos.
El sueño de Brookes no empezó a volar alto hasta que conoció al barón Pierre de Coubertin. El noble francés vivió un tiempo en Inglaterra y fue influenciado por el movimiento del Cristianismo Musculoso, que era una filosofía que se hizo muy popular durante la época victoriana en especial en las escuelas privadas inglesas y que consistía en moldear el carácter de los alumnos a través de competencia atlética. Dentro de su campaña para promover la educación física en la enseñanza pública inglesa, Brookes invitó a De Coubertin a los Juegos de Wenlock de 1890. Allí se dio cuenta de que ambos compartían la ambición para reinstaurar unos Juegos Olímpicos como los de la Antigua Grecia con atletas de todo el mundo y unieron esfuerzos.
“Si los Juegos Olímpicos siguen vivos allí, no se debe a un griego, sino al doctor William Penny Brookes”, dijo De Coubertin en un discurso en Atenas tras su visita a Wenlock. De Coubertin fundó el Comité Olímpico Internacional (COI) en 1894 y organizó los primeros Juegos Olímpicos modernos en Atenas en 1896. Brookes falleció en diciembre de 1895, a los 87 años de edad, cuatro meses antes de que se celebraran los Juegos Olímpicos de Atenas, los Juegos que siempre soñó. Los Juegos Olímpicos de Much Wenlock, que están reconocidos por el COI, siguen celebrándose cada mes de julio, ciento setenta años después, con trece deportes. Y en marzo celebran un festival cultural siguiendo la tradición que empezó William Penny Brookes de desarrollar cuerpo y mente.