My name is Luka

El "niño lento" está batiendo todos los récords de precocidad en la NBA. Y también los que no son de precocidad
“Luka Doncic está sobrevalorado”. “Luka Doncic no tiene físico para triunfar en la nba”. “Es muy lento para competir con los mejores”. “Solo habláis de Luka Doncic porque juega en el Real Madrid”. “Si jugase en el Obradoiro no le daríais ni la mitad de bombo al esloveno”.
Son, todas ellas, frases textuales que me acabo de inventar pero que todos hemos escuchado un millón de veces. El tiempo a veces es muy mala gente y deja en evidencia los complejos, las carencias, los fantasmas y los miedos de los más atrevidos.
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Doncic, con 20 años recién cumplidos, nos deja en evidencia a todos. En su recién estrenada segunda temporada en la NBA está batiendo todos los récords de precocidad y también todos los récords que no son de precocidad. Cada semana aparece en titulares de los diarios impresos o digitales más importantes del mundo, en compañía de nombres como Michael Jordan, Lebron James, Oscar Robertson, Magic Johnson, Wilt Chamberlain. Puedes remontarte 70 años o quedarte con el mejor de la actualidad que Luka Doncic siempre está a la altura. Ha conseguido algo que parecía imposible, convertir el periodismo del clickbait en periodismo veraz. Todos sus titulares, por asombrosos o increíbles que parezcan, son ciertos.
Y aún sabiendo que todos mentimos en algún momento o casi siempre, incluso los números... éstos dicen que Luka es el tercer máximo anotador de la liga solo por detrás de James Harden y Giannis Antetokounmpo (30,1 puntos por partido), segundo máximo asistente, solo por detrás de Lebron James (9,5 asistencias por partido), es segundo en eficiencia solo por detrás del actual MVP, otra vez Giannis Antetokounmpo... ¿es necesario que siga?
Podrán estar pensando los lectores de NIUS que en su último partido ante los Clippers no convirtió ningún triple en 8 intentos. Y que fue secado por la pareja Kawhi Leonard-Paul George, la mejor pareja exterior defensiva del mundo. Si es eso lo que están pensando tienen dos opciones: vayan a terapia. La vida son dos dias y hay que disfrutarla. No tiene ningún sentido pasar las horas sumido en ese amargor con el único fin de tener razón. La otra opción es esperar, dejar pasar el tiempo y hacer pucheros contra la almohada ante la próxima exhibición del “niño lento”. Porque va a llegar.
No se me escapa la posibilidad de que sean ustedes personas normales, con la capacidad de admirar intacta y el rencor bajo control. Si ese es el caso, hágase un favor, no se acueste pronto esta noche, quédese a ver jugar al “niño gordo”. Véalo en directo, vea de lo que es capaz, con sus propios ojos, que no se lo cuenten, compruebe cómo los domina a todos, sin importar raza, tamaño o edad. Y luego vaya al trabajo con ojeras y una sonrisa. O no vaya al trabajo. Pídase el día y lea NIUS. Que la vida son dos días.