Nadal, el deportista perfecto

Nadal no busca excusas y practica la autocrítica, algo poco habitual en el mundo del deporte
Rafa Nadal perdió con claridad ante Alexander Zverev en su debut en la Copa de Maestros, el único gran torneo que aún no tiene en su palmarés. El español jugó sin convicción, cometió numerosos errores y no pudo reaccionar ante los cañonazos del joven alemán (sacaba a más de 230 km/h).
Tras felicitar a su rival en la pista, Rafa compareció ante la prensa. Y entonces ocurrió algo excepcional: Nadal asumió la derrota con total naturalidad. Ni una sola excusa. Hay que recordar que el balear arrastraba unas molestias que le habían obligado a abandonar en París hace apenas diez días. Rafa dijo lo siguiente ante los periodistas: “No he tenido dolor. Zverev jugó bien y yo mal. Podría buscar razones y excusas, pero lo que importa es que necesito jugar mucho mejor. Hoy no he competido bien, de alguna manera tendría que haber encontrado una solución para engancharme al partido”.
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Las autocríticas no son tan habituales
A mí no me sorprendió escuchar esta sincera autocrítica en boca de Rafa Nadal. Me sorprende que sea tan difícil que un deportista reconozca sus fallos y felicite a su rival después de una derrota o un mal resultado. El catálogo de excusas es infinito: el árbitro nos ha robado, el campo estaba en mal estado, hemos tenido pocos días de descanso, nos ha faltado suerte…
Nadal no es un deportista cualquiera. No recuerdo a Rafa protagonizando una salida de tono sobre la pista o en una conferencia de prensa. Es elegante en la victoria y comedido en las celebraciones. Un tipo humilde, discreto, con su novia de toda la vida, sus amigos de siempre. Que no tiene enemigos, ni dentro ni fuera de la pista.
Nadal es el mejor deportista de la historia de nuestro país y sigue teniendo los pies en el suelo. Ni siquiera ayer cayó en la tentación de contestar de mala manera a una desafortunada pregunta de un periodista, que insinuó que su reciente matrimonio podría estar afectándole en su juego. Una chorrada, una impertinencia que provocó que Rafa se revolviera ligeramente, pero la cosa no pasó a mayores.Él no va a caer tan bajo.
Rafa sigue siendo el mismo
¿Se acuerdan de aquel chaval de los pantalones piratas y la camiseta sin mangas que nos conquistó a todos con su talento, humildad y sacrificio? 15 años después, sigue siendo el mismo, aunque se haya convertido en el número 1 del tenis mundial y haya ganado 84 títulos, entre ellos 19 Grand Slams.
El español afrontará casi sin margen de error sus dos próximos partidos ante Medvedev y Tsitsipas. El objetivo en Londres es convertirse en Maestro y alcanzar el único gran trofeo que no ha levantado. ¿Y qué más da si no lo consigue? Rafa Nadal es el deportista perfecto.