Nadar en un contenedor de obra: el entrenamiento de un triatleta valenciano para mantenerse en forma

Con los tobillos sujetos con unas gomas, Isidro Benavent puede bracear en el interior del contenedor y nada media hora dos veces a la semana
En su "piscina" ha instalado una pequeña depuradora y con cloro y antialgas mantiene en perfecto estado el agua
Isidro utiliza un rodillo para seguir haciendo bicicleta y corre hasta 8 kilómetros en una pequeña terraza que tiene en su casa
Que la necesidad agudiza el ingenio se está demostrando más que nunca en estos tiempos de confinamiento. Cada día se encuentran imaginativas soluciones a los numerosos inconvenientes que genera esta situación provocada por la pandemia de coronavirus.
Sin duda entre los más originales están los deportistas. Ellos exprimen sus neuronas para seguir machacando sus músculos y mantener la forma física. Es el caso de Isidro, un triatleta valenciano de 41 años, que no ha dejado de entrenar, a pesar de que su deporte abarca tres disciplinas: running, ciclismo y natación.
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Antes de la cuarentena, Isidro entrenaba un par de horas 6 días a la semana. "Dos días para correr, dos para la bicicleta y otros dos para ir a la piscina o nadar en el mar", explica Isidro Benavent.
Correr en la terraza y un rodillo para la bici
Para seguir pedaleando encontró rápidamente una solución. "Me puse el típico rodillo y a hacer kilómetros. Aunque no tiene nada que ver, salir con los compañeros o solo a la montaña, que estar mirando el pilar del comedor", cuenta.
Para seguir corriendo, ya tuvo que hacer varias pruebas. "Tengo una terraza y ahí es donde corro unos 8 kilómetros cada vez que entreno. Al final lo que mejor me va es correr haciendo ochos, en lugar de en línea recta, de esa forma me resiento menos de las rodillas", asegura. Además, en la empresa en la que trabaja cuentan con una nave industrial en la que aprovecha para hacer carreras de un lado a otro cuando está solo.

Nadar en un contenedor de obra
Con las piscinas públicas cerradas y la prohibición de desplazarse hasta la playa para sumergirse en el mar, lo que más quebraderos de cabeza le ha dado a Isidro, es encontrar la manera de seguir nadando.
Un amigo le ofreció su piscina privada para entrenar. "Esa no era una buena solución porque hay que ser responsable en esta situación y aunque iba a nadar solo sin contacto con nadie, tenemos que permanecer en casa para acabar con esta pandemia", afirma.
Después de mucho pensar, la solución la encontró también en su trabajo. Isidro es camionero en una conocida empresa de gestión de residuos de su pueblo, Rótava (Valencia). "Tenemos unos contenedores que se utilizan para hacer fiestas del agua en algunos pueblos de la zona. Le pedí a mi jefe que me dejara utilizar uno para entrenar y no me puso ningún problema", explica. Así que cargo uno de esos contenedores en el camión y lo llevó a su casa.
Con unos rodillos consiguió meterlo en el garaje y lo llenó de agua. "Fue increíble nadar de nuevo y recuperar sensaciones", asegura Isidro, que vuelve a dar brazadas, durante media hora dos días a la semana, en el interior de un contenedor de 8 metros cúbicos. "Para mantenerme en el mismo lugar me pongo unas gomas sujetas a los tobillos. No puedo utilizar mucho los pies porque si pataleo se hacen pequeñas olas y se sale el agua".
Incluso ha instalado una pequeña depuradora en el contenedor y utiliza cloro y antialgas para mantener su "piscina" en perfecto estado.

Lo que de momento no ha conseguido es calentar el agua y utiliza un neopreno y escarpines. "Como el contenedor está en el garaje no le da el sol y el agua está helada. Cuando acabo la cara la tengo congelada". Unos entrenamientos que a veces hace con público. "Mi mujer y sobretodo mis hijos me ven y se quedan alucinados", asegura.
Una preparación que completa con unas sesiones que hacen a través de Instagram una vez a la semana todos los miembros del Club de Atletismo Safor Teika. "Entre unas cosas y otras me voy manteniendo para cuando vuelvan las competiciones. No he engordado ni un kilo, aunque no es lo mismo", explica Isidro, que sueña con volver a correr y montar en bici por la montaña y nadar de nuevo en el mar.