El órdago de la Superliga de Florentino Pérez dinamita el 'statu quo' del fútbol europeo


La nueva competición solo suscita los apoyos de los clubes integrantes, mientras dirigentes políticos y organismos europeos la rechazan
Cada fundador de la Superliga, sólo por pertenecer a ella, se embolsará 300 millones de euros
La UEFA amenaza con sanciones históricas a los clubes y a sus jugadores, que no podrán participar en la Eurocopa
La Superliga Europea impulsada por Florentino Pérez ha roto las costuras del futbol continental: amenaza a la UEFA, a las competiciones domésticas e incluso al futuro de las selecciones nacionales. Le llueven las críticas por "insolidaria", elitista, nacida sin consenso, "un atentado en nombre de la codicia", según la federación española de socios... Los clubes ricos serán más ricos, los pobres más pobres.
Organismos deportivos, líderes políticos como Boris Johnson o Emmanuel Macron, o la Comisión Europea han alzado la voz contra contra esta nueva competición orquestada por los 12 clubes más poderoso del continente. Tampoco el Gobierno español apoya la iniciativa por haber sido pensada y propuesta sin consenso. español apoya la iniciativa por haber sido pensada y propuesta sin consenso.
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Hasta los aficionados, englobados en Football Supportes Europe piden sanciones por un formato que "conducirá a una desigualdad financiera aún mayor entre y dentro de las ligas".
La UEFA anuncia multas, pérdidas de puntos o exclusión de competiciones internacionales a los clubes. Los jugadores de los equipos participantes no podrán jugar con sus respectivas selecciones en campeonatos como la Eurocopa de este verano o próximos Mundiales de fútbol.
¿Quiénes integran la Superliga?
La Superliga nace con 12 clubes fundadores, son los más poderosos de Europa y del mundo. Ellos tendrán plaza asegurada, al margen de su rendimiento en las competiciones domésticas.
Habrá tres equipos españoles (Real Madrid, FC Barcelona y Atlético de Madrid), seis ingleses (Tottenham, Arsenal, Manchester United, Manchester City, Chelsea y Liverpool) y tres italianos (Milan, Inter de Milan, Juventus) son, de momento, los 12 clubes fundadores.
La presidencia la ostentará Florentino Pérez, presidente del Real Madrid, mientras que como vicepresidentes ejercerán Andrea Agnelli (Juventus) y Joel Glazer (copresidente del Manchester United). Su secretario general será Anas Laghrari, socio de la firma española Key Capital.
Los promotores esperan que el grupo de fundadores con plaza fija se eleve a 15. Otros 5 clubs accederán a la competición por méritos deportivos, según criterios que aún no se han detallado.
¿Por qué ahora?
Desde hace años, Florentino Pérez soñaba con una competición para los grandes de Europa. Pero la pandemia ha precipitado el proyecto. La ausencia de público en los estadios y la crisis derivada del coronavirus ha hundido los ingresos de los clubes.
Según datos de Deloitte, los ingresos del Real Madrid han caído en un año de 776 millones de euros a 705. Los del FC Barcelona han pasado de 861 millones a 728. Los del Atlético de Madrid, de 376 a 338.
El anuncio de la nueva competición disparaba un 18% la cotización de la Juventus en la bolsa de Milán y un 9,3% las acciones del Manchester United en Nueva York.
300 millones de euros para cada club sólo por participar
Cada club fundador ganaría en la Superliga Europea, sólo por pertenecer a ella, 300 millones de euros sin contar los resultados.
Una diferencia sustancial con respecto a la Champions League. Los clubes reciben actualmente 15,25 millones de euros únicamente por disputarla. Una cantidad no muy elevada para las grandes potencias futbolísticas pero muy importante para clubes modestos. Por cada victoria, el equipo ganador percibe unos 2,7 millones de euros, 900.000 si empatan. Por pasar a cuartos se embolsan 10,5 millones y por disputar las semifinales 12 millones. Los clasificados para la final, 15 millones de euros y el campeón 4 millones de euros.
Si sumamos las cantidades de un equipo campeón y que haya ganado todos sus partidos percibirá mucho menos de la mitad de lo que se puede embolsar en la Superliga. El Bayern de Munich, último campeón de la Champions, ganó 82 millones de euros la temporada pasada.
Además de la cuantía por resultados, la Champions League repartió la temporada pasada algo más de 290 millones de euros en concepto de marketing. Se ingresa según el valor como mercado televisivo. La distribución se reparte en función del número de partidos jugados en Champions, mientras que el otro 50% depende de la clasificación de cada equipo en su liga doméstica. En la Superliga esas cifras se disparan.
¿Más espectáculo?
La Superliga ha dejado claro que no va contra nadie. Pero la realidad es distinta. Los ricos serán más ricos y los modestos no tendrán las mismas oportunidades.
El fútbol ganará en espectáculo: los aficionados verán más duelos de 'alto standing', se repetirán más veces 'clásicos' como un Manchester-Real Madrid, un Barça-Chelsea o un Liverpool-Atlético. Además, no quedarán eliminados a las primeras de cambio. No habrá lugar para sorpresas deportivas. Antes estos duelos solían ser a vida o muerte ya que se emparejaban a partir de la fase de octavos. Ahora todos esos clubes, además de añadir más partidos atractivos al calendario, tendrán margen de error. Más partidos igual a más ingresos.

El Bayern de Munich, Borussia Dortmund y Oporto dicen no
Para completa el plantel de 15 clubes fundadores, de momento, uno de los mejor posicionados sería el PSG, que asiste como espectador viendo cómo va tomando forma un proyecto que ya es una realidad. Ahora se debate entre desistir y no aparecer en este formato o arriesgar y esperar una histórica sanción por parte de la UEFA. De momento, esta Superliga no contará con representación de la Bundesliga y de la liga portuguesa. El Bayern de Munich, el Borussia Dortmund y el Oporto han dicho no.

¿Quién financia la competición?
La entidad financiera estadounidense JP Morgan ha confirmado que financiará el proyecto de esta nueva competición. “Puedo confirmar que nosotros financiamos la operación”, dijo en un correo electrónico a Efe un portavoz del banco en Londres, aunque sin hacer más comentarios al respecto.

Según el comunicado de la Superliga, "los pagos de solidaridad serán mayores que los actualmente generados por el sistema europeo de competición y se prevé que superen los 10.000 millones de euros a lo largo del periodo de compromiso de los clubes.
Por otra parte, la nueva competición se construirá con criterios financieros de sostenibilidad, ya que todos los clubes fundadores se comprometen a adoptar un marco de gasto. A cambio de su compromiso, los clubes fundadores recibirán, en conjunto, un pago de una sola vez de 3.500 millones de euros dedicado únicamente a acometer planes de inversión en infraestructuras y compensar el impacto de la pandemia del COVID".
Derechos de televisión
La idea de los promotores de la Superliga es obtener un contrato televisivo en torno a los 4.000 millones de euros a repartir de la siguiente manera: un 65% a los clubes fundadores, un 20% en función de los méritos deportivos y el 15% restante irían distribuidos por aspectos comerciales. Además, el campeón de la Superliga se embolsará 250 millones de euros, más del doble de lo que percibe actualmente por ganar la Champions League.
Los organizadores de la nueva competición han comenzado a negociar los futuros derechos de televisión y esperan lograr acuerdos con firmas como Amazon, Facebook, Disney o Sky.
Esta nueva competición podría devaluar los derechos de televisión de la Liga de Campeones y aumentar los costes de operadores y cadenas, que se verían obligados a pujar también por ella.
Según un informe de Barclays, la cuestión clave es si los contratos suscritos por las cadenas de televisión y operadores para retransmitir la Liga de Campeones les permiten devolver los derechos a la UEFA "si la competición pierde doce de sus mejores clubes".
En caso contrario, deberían "pagar una cantidad significativa por la Liga de Campeones y pujar también por la Superliga.
Todos contra la Superliga, una competición 'insolidaria'
La UEFA, la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), LaLiga, la Federación Inglesa de Fútbol (FA), la Premier League, la Federación Italiana de Fútbol (FIGC), la Bundesliga y la Lega Serie A, entre otros, se han unido para criticar abiertamente el "cínico proyecto" de creación de la Superliga, que según ellos solo busca "el interés propio de unos pocos" en un momento en el que es imprescindible "la solidaridad".
El Gobierno español, tras entrevistarse con los distintos organismos del deporte español ha señalado que "no apoya" la iniciativa por falta de "un acuerdo amplio" y porque ha sido pensada "sin contar con las organizaciones representativas de este deporte, tanto a nivel nacional como internacional".

No sólo se ha pronunciado la UEFA, también lo han hecho primeros ministros europeos como Macron en Francia y Boris Johson en Reino Unido y la Unión Europea, organismo que, a través de uno de los vicepresidentes de la Comisión, el griego Margaritis Schinas, ha defendido el antiguo modelo porque considera que el deporte europeo "está basado en valores como la diversidad y la inclusión”. E insiste en la misma idea no respaldando una propuesta “para unos pocos clubes ricos y poderosos que quieren romper con sus ligas nacionales, el sistema de ascensos y descensos y el apoyo al fútbol amateur. Universalidad, inclusión y diversidad son los elementos clave del deporte europeo y de nuestro modo de vida europeo”, señala.