Familiares y amigos de los jugadores del Athletic viajaron a la final de la Copa saltándose el cierre perimetral

El Athletic no gana para disgustos. Tras caer en las dos últimas finales de Copa, ahora se ve envuelto en polémica por el viaje de familiares e invitados del club a Sevilla el pasado fin de semana saltándose así el cierre perimetral. Desde el Gobierno Vasco aseguran no tener constancia de estos desplazamientos ya que “no han pasado ningún control de la Ertzaintza para desplazarse a donde hayan ido”, insiste el portavoz del ejecutivo vasco, Bingen Zupiria.

Sin embargo, hay pruebas gráficas que demuestran que en el palco y en las gradas tanto familiares, como expresidentes del Athletic, exjugadores del mismo, patrocinadores y otros empleados del club disfrutaban de lo lindo del encuentro.

Lo que se preguntan en la calle es por qué pudieron salir del País Vasco para ver un partido de fútbol cuando sólo está permitido salir de la comunidad autónoma por motivos laborales y la mayoría de los municipios están confinados por las desorbitadas cifras de contagios.

Balón para el gobierno vasco que Bingen Zupiria recoge haciendo alusión al Real Decreto del Gobierno central el cual establece en el Estado un confinamiento perimetral de las comunidades autónomas e indica que en Andalucía "existe un confinamiento perimetral y existen unas normas establecidas para todo tipo de instalaciones deportivas". Es decir, despeja y lanza la pelota al campo de la Junta de Andalucía.

La plataforma de socios 'Athleticen Alde Bustiko Gara’, en un comunicado publicado en su perfil de Facebook, ha solicitado a la Ertzaintza y al Gobierno Vasco que "abran una investigación” y que, llegado el momento, "se tomen las medidas necesarias" ante lo que consideran un “grave incumplimiento” e “irresponsabilidad”. Balón para el Athletic.

Desde el club se limitan a decir que fueron los jugadores y el primer entrenador los que pidieron poder ir acompañados.

Si nos remitimos a la última final, la del pasado 17 de abril contra el Barcelona, la Federación Española de Fútbol entregó 65 invitaciones a cada equipo. De tal manera que cada uno de los 25 jugadores y siete miembros del equipo técnico podían convidar a una persona. Sin embargo, a alguno de ellos, como es el caso del capitán del equipo rojiblanco, Iker Muniain, le acompañaron alguno más: sus padres, su mujer y uno de sus hijos para ser exactos.

Misma maniobra con los directivos. La mayoría de ellos acudieron también con un acompañante. Lo hicieron en un vuelo Bilbao-Málaga, por lo que se supone que deberían haber pasado los correspondientes controles. En ese avión también volaba la mujer del presidente. Los cinco directivos que decidieron ir solos lo hicieron, dicen, por tratarse de un agravio comparativo ya que la afición no podía estar en el campo.