Plantones y desplantes de Sergio Ramos: el lado más provocador del capitán del Real Madrid

La ausencia de Sergio Ramos en la reunión del ministro de Sanidad, Salvador Illa, con capitanes de la Liga española de fútbol ha hecho sonar las alarmas. El defensa central del Real Madrid cedió su brazalete a Dani Carvajal, que compartió videoconferencia con Illa, Gerard Piqué, del FC Barcelona; Asier Illarramendi, de la Real Sociedad, y Jorge 'Koke' Resurrección, del Atlético de Madrid.

¿Por qué Ramos faltó a esa reunión donde los futbolistas opinaron sobre el reinicio de La Liga el próximo 11 de junio tras el parón por la pandemia de coronavirus?

Según El Larguero, de la cadena Ser, el sevillano se negó a participar en la reunión virtual por sus discrepancias personales por la gestión del Gobierno en la crisis sanitaria. Algo que el jugador no ha confirmado ni desmentido por el momento.

Según la versión del diario ABCpresionó al jugador para que participase en la reunión. Pero el formato del encuentro no convenció al futbolista, que prefería que fuese en directo y accesible a cualquiera que quisiese participar.

Al parecer, Sanidad prefería un encuentro privado, y que se difundiesen posteriormente determinados cortes del mismo. Algo que rechazaba el defensa madridista.

No es esta la única polémica con la marca Sergio Ramos. Repasamos algunas de ellas.

El capitán de la selección española de fútbol no ocultó su enfado con un periodista en una rueda de prensa que ofreció junto a Gerard Piqué en una convocatoria, en octubre de 2010. "Que conteste en andaluz", propuso indignado Sergio Ramos después de que le pidiesen a su compañero que respondiese primero en catalán a una pregunta de los medios.

El futbolista recibió, en mayo del año pasado, una jugosa oferta de un equipo de la liga china cuando todavía le quedaban dos años de contrato con el club blanco. Una tentación económica que el capitán madridista trasladó a su presidente, Florentino Pérez, que se negó a aceptar puesto que no iba acompañada de un traspaso que reparase en las arcas de la entidad.

Este tipo de tanteos son habituales para mejorar contratos en el mundo del fútbol, pero las dudas que sembró Sergio Ramos entre su afición le obligaron a ofrecer una rueda de prensa para desmentir que quisiese irse del Real Madrid por dinero.

Las relaciones entre el presidente y el capitán no pasaron por su mejor momento. "Nuestra relación es la de un padre y un hijo y... ¿quién no se ha peleado con su padre?", explicó días antes de contar con Florentino Pérez como invitado en su mediática boda con Pilar Rubio.

La final de la Liga de Campeones que ganó el Real Madrid al Liverpool en 2018 no estuvo exenta de polémica, con Sergio Ramos como protagonista. A la media hora de partido, el defensa lesionó a la estrella del equipo rival, Mohamed Salah, que tuvo que abandonar el terreno de juego por un forcejeo con Ramos que terminó con el hombro del jugador egipcio dislocado.

Ramos también fue señalado por propinar un sutil codazo a Karius, el portero del conjunto inglés aquella noche, minutos antes del error garrafal del guardameta en el primer gol merengue en aquella noche aciaga para el portero alemán.

El central entró al trapo hace unos días en una provocación del club holandés, que recordó en su cuenta de Twitter la remontada histórica del conjunto de Amsterdam en el Santiago Bernabéu, con el defensa presenciando el partido desde un palco VIP después de haber provocado su sanción en el partido de ida.

El intercambio de puyas no llegó a mayores pero dejó claro que el central no se amilana por mucha entidad histórica que haya detrás.

El jugador sevillano, criado en la cantera del Sevilla, no es profeta en su tierra. Cada vez que ha vuelto a jugar en el estadio del conjunto andaluz vistiendo la camiseta del Real Madrid, los que un día fueron sus aficionados le han abucheado como si fuese el peor de sus enemigos.

"A Rakitic y a Dani Alves (ex jugadores también del Sevilla) se les recibe como dioses y conmigo se acuerdan de mi madre", lamentó tras un partido en el que después de marcar un gol al Sevilla, se dirigió a la grada donde se sientan los Biris (ultras del equipo) para llevarse las manos a las orejas en en respuesta a los insultos y cortes de manga que recibía desde las gradas del que fuera su estadio.