Ronnie Brunswijk: el vicepresidente de Surinam, guerrillero y exnarco, debuta en la Concacaf con 60 años


Jugó un partido de la segunda competición más importante de Norteamérica con el equipo del que es propietario, el Inter Moengo Tapoe
Fútbol es fútbol, dijo en 1979 Vujadin Boskov, quien seguramente nunca habría imaginado que el deporte rey engendraría algún día un jugador como Ronnie Brunswijk.
Este martes, Brunswijk –que entre otras cosas es el vicepresidente de Surinam y según la leyenda, padre de 50 hijos- escribió su nombre en letras de oro en la Liga Concacaf, equivalente norteamericano a la Europa League.
Ayer se disputó el Inter Moengotapoe-Olimpia de Honduras de la Concafaf y debutó Ronnie Brunswijk, tiene 60 años, es Vicepresidente de Surinam, Presidente del Moengo, y está buscado por la Interpol por narcotráfico. No puede viajar a Honduras para ver a su equipo en la vuelta. pic.twitter.com/PrZELUKuP1
— NIPORWIFI © (@niporwifi) 22 de septiembre de 2021
Brunswijk disputó 53 minutos con su equipo (ahora explicamos lo de “su”) el Inter Moengo Tapoe de Surinam (antigua Guayana Neerlandesa) que se enfrentó al Olimpia de Honduras. Ronnie batió el récord como jugador de más edad en disputar un partido oficial, pues debutó con 60 años y 128 días.
Entre sus compañeros de equipo estaba su hijo Damian, con el dorsal 10, como Maradona. Su padre se reservó el dorsal 61. Saltó al campo como titular y con el brazalete de capitán, que para eso es el propietario del equipo. Por eso mismo, el estadio lleva su nombre: Brunswuijk Stadium. Sin complejos.

Su equipo perdió 0-6. Ronnie no podrá disputar el partido de vuelta porque está reclamado por Interpol por delitos de narcotráfico y sería detenido al pisar suelo hondureño.
Una vida de película
Que sea vicepresidente de Surinam, haya engendrado medio centenar de vástagos (oficialmente tiene cuatro: Damian, Pascal, Elton y Yoni), sea exnarcotraficante o futbolista es sólo parte de una vida insólita.
Brunswijk es un hombre hecho a sí mismo. Creció en una familia pobre con sus ocho hermanos. Los Brunswijk malvivían de lo que cultivaban o cazaban (a machetazos). Ronnie buscó fortuna como militar, paracaidista de élite.
Sus problemas con la justicia comenzaron en Europa. En los Países Bajos entró en el turbio mundo de las drogas, lo que le llevó al trapicheo, y del trapicheo al narcotráfico.

De vuelta a Surinam, en 1980 Brunswijk participó en el derrocamiento del gobierno. Fundó el Ejército de Liberación de Surinam, que sería uno de los actores de la guerra civil que entre 1986 y 1992 causó miles de fallecidos y 10.000 desplazados.