Haven Shepherd, la nadadora paralímpica que sobrevivió al suicidio de sus padres

La deportista se quedó sin piernas cuando tenía 14 meses en una explosión en la que murieron sus padres
Fue adoptada por una familia de Missouri y a los 13 años el equipo estadounidense comenzó a seguirla
"Hay que mirar lo positivo de la vida", que también compite en CrossFit y ha sido modelo de Tommy Hilfiger
Una bomba destrozó las piernas de Haven Shepherd, hoy nadadora del equipo estadounidense en los Juegos Paralímpicos de Tokio, cuando tenía 14 meses. En Vietnam, su padre la ató a ella y a su madre a un dispositivo explosivo. El impacto provocó la muerte de sus padres, pero la bebé quedó a unos metros de la cabaña donde vivían.
Estaba quemada, con los pies destrozados y, sin embargo, todavía respirando.
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Las razones del suicidio difieren, según la BBC: algunos medios locales dijeron que su padre respondió de esa manera a la amenaza de la madre de dejarlo tras enterarse de que tenía otra familia. En cambio, sus abuelos le contaron que sus padres decidieron suicidarse al no poder casarse.
De cualquier modo, su abuela la llevó al hospital después de la explosión, atravesando montañas y selva. Para evitar infecciones, le amputaron las dos piernas por debajo de las rodillas. La vida posterior fue difícil: la niña crecía sin sus dos pies mientras sus abuelos no podían pagar sus tratamientos y tenían que pedir donaciones.
Meses más tarde, Shepherd fue adoptada por un matrimonio estadounidense de Missouri que había ido al país asiático a visitar un orfanato. Su destino inicial era otra familia, pero sus miembros estimaron que no eran los adecuados. La nadadora terminó así en la casa de Rob y Shelly, rodeada de cuatro hermanas y dos hermanos. Era el año 2004.
"Hay que mirar lo positivo de la vida", dice Shepherd, que compite en CrossFit y es modelo
"Siempre he bromeado con mis hermanos (diciendo que) soy la niña milagro, la favorita de mamá y papá", cuenta al Comité Paralímpico Internacional. "Estoy muy agradecida de haberme salvado. No entré en la explosión y solo perdí las piernas. Podría haber perdido la vida", agrega quien competirá en los 100 metros braza y los 200 combinados.
Armada de prótesis que recibió de una organización benéfica, la estadounidense probó con el atletismo, pero el sudor y el dolor en las piernas la hicieron desistir. A cambio, Shepherd comenzó a nadar a los 10 años a sugerencia de su madre. Dos años más tarde ya competía y a los 13 el equipo paralímpico estadounidense comenzó a seguirla.
"Hay que mirar lo positivo de la vida: sé que afronté una circunstancia muy mala pero salí, tuve esa segunda oportunidad", explica Shepherd, que a los 18 afronta una primera cita paralímpica en la que simplemente quiere divertirse. "No voy a venir con grandes expectativas sobre mí misma porque si te pones expectativas siempre te vas a decepcionar", dice.
Además de su faceta como nadadora y de competir también en CrossFit, la norteamericana ha sido modelo, un rol desde el que ha querido abogar por la diversidad de los cuerpos.
"Cuando desfilé para Tommy Hilfiger me di cuenta de que el cuerpo perfecto no existe; solo un puñado de personas tienen este tipo de cuerpo y este estilo de vida", comenta. "Si realmente miras a tu alrededor, todos tenemos pequeños golpes y magulladuras por todas partes y todos somos imperfectos", concluye.