Valverde y la cobardía

El técnico del Barça no es un entrenador mediático, pero da la talla y tiene calidad
El Barça derrotó al Celta con claridad. Lo previsto. Goleó al equipo del recién llegado Óscar sin grandes dificultades. Lo previsto. Y al acabar el partido yo me pregunto: ¿Quién es el responsable de la victoria? Ingenuamente pienso que alguien le dará algún mérito a Ernesto Valverde. Pero no. Veo, escucho y leo que el partido lo ha ganado Messi. Lo de siempre.
Valverde pierde el partido en el Ciutat de Valencia ante el Levante, donde ninguno de sus jugadores, incluido Messi, ofreció el mínimo exigible, y también fue el entrenador quién empató frente al Slavia de Praga en el Camp Nou. En ese partido fallaron el acierto de los futbolistas y, en algún caso, la actitud, pero el culpable fue Ernesto. Faltaría más. Porque Valverde es solo un entrenador, un magnífico entrenador.
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No es especialmente mediático, no concede entrevistas para “vender” su imagen, no es populista, ni utiliza su privilegiado puesto para hacer política. Nada de eso. Pero todo el mundo sabe que Valverde pasará, vendrá otro, y los jugadores sobrevivirán a su actual técnico, y continuarán en el equipo, con todo lo que eso supone. Por eso es mucho más “rentable” atizarle a quién ocupó el banquillo en su día en París, Turín, Roma, o Liverpool, que hacerlo con las estrellas que ni la olieron en esos, y en otros cuantos batacazos del equipo.
Valverde no va a cambiar, eso es seguro. Va a seguir gestionando egos con gran habilidad y mano izquierda. Va a seguir entrenando con la calidad que tiene, que es mucha, va a seguir aguantando que se especule con su posible destitución en cuanto haya un mal resultado y, como todos los entrenadores, va a seguir dependiendo, en buena medida, de sus futbolistas, sobre todo en los partidos grandes. Y va a seguir dando la talla, seguro. Porque sí, Valverde también tuvo la culpa de la victoria del Barça sobre el Celta.