La verdad sobre la salida de Robert Moreno

Moreno confiaba en seguir al frente de la selección
No pudo evitar las lágrimas al comunicárselo a los jugadores
Se lo olía, pero no sabía nada. Así llegó Robert Moreno al Wanda Metropolitano. Sabía que algo había, que el nombre de Luis Enrique sobrevolaba, pero seguía confiando en la palabra de Rubiales. Llegó sentado junto al preparador físico Rafael Pol en el autobús del equipo. Justo delante de otro de sus ayudantes.
Del 1 al 10, confiaba en seguir 10, pero sabía que algo se estaba negociando. A Rubiales días antes, en Cádiz, cuando normalmente no habla, se le escapó que se abría un periodo de reflexión y análisis para resolver el futuro del entrenador de la roja.
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Molina llevaba tiempo hablando con Luis Enrique sobre el regreso del asturiano. Así lo acordaron cuando se fue. Pero las conversaciones se habían sucedido en las últimas semanas. Robert Moreno quizás lo sabía, o quizás no. Lo cierto es que la relación entre ambos se había alejado mucho, tanto que algunos afirman que ya no tienen relación. La manera de asumir el cargo podría ser uno de los motivos por los cuales Luis Enrique y Robert Moreno se habían distanciado tanto.
¿Qué pasó ayer?
Pero volvamos a lo de ayer, lo que pasó. Al último partido de Robert Moreno. El encuentro terminó con goleada. Con cada gol de la selección, Robert miraba a una de las cámaras del estadio, como buscando reivindicarse. Esa mirada no pasó desapercibida para muchos, el partido sonaba a despedida.
Cuando terminó, Molina, Director Deportivo de la Federación, le estaba esperando. Mantuvieron una conversación, donde al parecer la trasmite que va a dejar de ser seleccionador. La decisión estaba tomada quizás mucho antes, pero se lo notificaron ayer, y eso explica que en sus últimas ruedas de prensa, mostrara su confianza en seguir.
Lágrimas en la despedida de los jugadores
Nadie le había dicho lo contrario. Hasta ayer. A partir de ahí Robert entró en el vestuario para comunicárselo a los jugadores. Los reunió e intentó tomar la palabra, pero no pudo seguir. El discurso no lo pudo ni empezar, Robert empezó a llorar.
Dicen los que lo vivieron en primera persona que fue un momento tenso donde Moreno mostró su decepción. Se hablaba incluso de un sentimiento de traición. Hacía unos días había dicho que Molina y Rubiales le decían todo a la cara y confiaba en ellos, pero esto no se lo habían dicho, y se derrumbó.
Los jugadores intentaron consolarle, sólo algunas palabras de alguno de ellos le animaron, le dieron consuelo en un momento muy duro para él. Se veía como seleccionador, y quizás ese deseo le alejó del que fuera su jefe y sobre todo su amigo no hace mucho.
Tristeza y decepción
Robert Moreno lloró, se emocionó, estaba triste, decepcionado y tan afectado que declinó hacer la rueda de prensa, ni tenía ganas de dar la cara, ni tenía fuerza para ello. Así abandonó el estadio, rodeado de sus ayudantes, en un coche, y sabiendo que no seguirá en la Federación.
Salvo sorpresa de última hora, Robert no va a seguir. Será en principio el único del cuerpo técnico que abandone la Federación. El resto salvo giros de última hora, continuará, aunque aquí visto lo visto nunca se sabe.