Zidane tapa bocas otra vez

Dudar de Zidane es un deporte de riesgo
No ha podido manejar mejor el 'caso Bale'
El método Zidane: hacer sentir a todos importantes
Hace poco más de un mes, en Estambul, una derrota hubiese dejado a Zidane tocado, muy tocado, incluso reconoció sentirse molesto por las críticas y la búsqueda de sustituto. Mourinho acechaba. Un mes después el Real Madrid está en octavos, Zidane reforzado y Mourinho en el Tottenham.
Queda demostrado que dudar de Zidane es un deporte de riesgo. Aún así hay quien se atreve a practicarlo y vuelve a perder. Zidane ha tapado bocas... otra vez. Sin hacer ruido. Demostrando, por encima de todo que confía en sus jugadores y que sus jugadores le devuelven esa confianza en el campo. Da igual el terremoto semanal al que tenga que hacer frente. Por muchos grados que tenga en la escala de Richter, la reconstrucción con Zidane siempre es posible.
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Inteligencia, sutileza y empatía, por ese orden
El 'caso Bale' no ha podido manejarlo mejor. Como decía ayer Álvaro Montero en Deportes Cuatro: con inteligencia, sutileza y empatía. Por ese orden. Y así ha conseguido, a pesar de todo, que una pieza clave en el ataque no se vaya ni mental ni físicamente. Al menos esta temporada puede ser importante. Todos lo saben.
Es el responsable de la irrupción de Fede Valverde y Rodrygo. Sabía que era necesario “mover el avispero”, activar al equipo para que volviese a ser eso mismo, un equipo. Lo ha conseguido, Zidane ha sido valiente. Se trata de apuestas difíciles, decisiones complicadas en un grande convertidas en acierto. Valverde es titular indiscutible, lo será en el Clásico. Rodrygo ha demostrado ser ese jugador que lo puede cambiar todo.
El método Zidane: hacer sentir a todos importantes
Hace de los hechos mejor mensaje que las palabras. A todos les sorprendió la titularidad de Isco y Marcelo ante el PSG. Es su filosofía, el método Zidane: hacer sentir a todos importantes, contar con el mayor número posible de jugadores al máximo nivel como única forma posible de competir y aspirar a todo. Lo consiguió en su día y va camino de repetirlo. Y siempre teniendo que demostrar algo más que el resto.
Parece que no valen tres Champions consecutivas, una Liga, dos Mundiales de Clubes, dos Supercopas de Europa y una de España. Todo en dos temporadas y media. Parece que la lupa con la que se le mira va más allá de la exigencia propia del Real Madrid. Parece que no valen las 5 victorias y dos empates en los últimos siete partidos (con 21 goles a favor y 3 en contra). Él nunca ha sacado ni títulos ni números a pasear cuando han venido mal dadas. Ha preferido seguir trabajando, confiar en los suyos como la mejor forma de darle la vuelta a los problemas. De las dudas a la ilusión. De no convencer a brillar. Zidane tapa bocas... otra vez.