Por qué los supermercados no tienen ventanas


Los supermercados utilizan estrategias para guiar el comportamiento y controlar las decisiones de los clientes
La ausencia de ventanas al exterior en las tiendas de alimentación tiene como finalidad aumentar las ventas
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A la hora de vender, todo es cuestión de marketing. Desde los anuncios hasta otros aspectos que, a priori, pasan desapercibidos para el consumidor, como el olor escogido para la tienda, la música, la distribución de los productos y de los pasillos e incluso la temperatura. Todos ellos, tienen un objetivo: aumentar las ventas.
Estrategias psicológicas que también utilizan los supermercados. Por ejemplo, ¿sabías que las mallas de las naranjas son rojas para ‘cambiar’ la percepción del humano y conseguir vender más?
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El mismo objetivo tiene la ausencia de ventanas en las tiendas de alimentación. ¿Te habías dado cuenta? Con ello, al igual que otros métodos, lo que se quiere conseguir es que los clientes compren más de la cuenta y, por tanto, sacar un beneficio económico.
Estudian el comportamiento de los clientes
Actualmente, cuando nos disponemos a hacer la compra, una de las tareas más comunes y habituales, acudimos a las grandes superficies con una lista de alimentos y productos concretos. Ahora bien, a pesar de ello, en la mayoría de los casos, esta no se cumple y se sale con la cesta más llena, es decir, con más artículos de los estrictamente necesarios.
Y como casi todo lo relacionado con las ventas, este hecho no es casualidad, más bien todo lo contrario. Existen y se ponen en práctica muchos trucos para ‘seducir’ al consumidor con tácticas que tienen como objetivo controlar las decisiones de compra.
Colocar carros más grandes para crear la necesidad de llenarlo o distribuir los productos más solicitados en diferentes puntos del establecimiento para que el cliente recorra toda la tienda, son un ejemplo de que los supermercados están diseñados estratégicamente para que el consumir compre lo máximo posible.
¿Por qué no hay ventanas?
Por lo general, lo que quieren conseguir los vendedores es crear un ambiente cómodo para sus clientes. De ser así, se consigue que estos pasen más tiempo dentro del establecimiento y, según marcan las estadísticas, probablemente gasten más dinero.
Lo que también ayuda a esto último es el hecho de que en los supermercados no haya ventanas al exterior. ¿Cuántas veces has entrado de día en la tienda y has salido de noche? La respuesta, en la mayoría de los casos, es muchas. El no tener acceso al exterior y, por tanto, a estímulos externos provoca que se pierda la noción del tiempo. De esta manera, el consumidor no tiene prisa y compra con más tranquilidad, por lo que cuanto más tiempo permanezca en el interior, más probabilidades hay de que compre y gaste más.