El coste por contaminar mantiene alto el precio de la luz pese al abaratamiento del gas

La luz lleva instalada un mes por encima de los 100 euros/MWh con un precio del gas que ha vuelto a niveles de 2021
La menor aportación de las renovables y la subida de los derechos de emisión de CO2, factores determinantes en los precios actuales
Las empresas tienen hasta abril para adquirir certificados que cubran sus emisiones de 2022 y eso ha disparado la demanda de derechos de CO2
El precio de la electricidad lleva prácticamente instalado el último mes en niveles superiores a los 100 euros MWh en el mercado mayorista. La generación renovable tumbó los costes de la luz en enero, pero ha reducido su aportación en las últimas semanas. El gas vuelve a ocupar más hueco en la generación y eso se traslada al precio final. Esto lo hemos aprendido: más gas para producir luz supone kilovatios más caros. Sin embargo, hay otro factor que está actuando: los derechos de CO2 están en zona de máximos históricos.
Eso quiere decir que cualquier actividad que contamine en Europa tiene que pagar más caro por sus emisiones. Y eso incluye a los ciclos combinados y las centrales de carbón del sistema eléctrico. En febrero el precio de las emisiones de CO2 ha subido casi un 21% rozando los 100 euros la tonelada. "Un aumento de diez euros del precio del CO2 supone un impacto en la luz de tres euros", explica Juan Antonio Martínez, analista del Grupo ASE. "Si se aplica a una central de carbón, mucho más contaminante, el impacto es tres veces superior".
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La meteorología no parece que vaya a acompañar este mes de marzo. "Hay unas previsiones de frío y poco viento en Europa. Esto hará que aumente la aportación de la generación térmica, sobre todo de carbón", explica el analista de Grupo ASE. Estas instalaciones, si entran a operar más de lo previsto, necesitan comprar derechos de emisión.
Pronosticar el coste de esta variable es casi tan difícil como con el gas. Son también muchos los factores que inciden en su cotización y desde hace tiempo se ha instalado además un relevante componente especulativo. Es decir, actores que compran y venden derechos de CO2 solo para ganar un margen. Los defensores de estos actores argumentan que aportan liquidez y hay otros expertos que proponen que la UE acote su papel en este mercado tan poco conocido y tan relevante.
¿Hay algo más que explique esta subida de los derechos de emisión? Hay un factor calendario. "El próximo mes de abril se cierra el plazo para que todo el mundo adquiera los derechos de CO2 que le hacen falta para su ejercicio de 2022. Es posible que esté subiendo por este motivo", explica un experto en energía. Todas las empresas que contaminan están haciendo números para ver si tienen derechos para cubrir todo el CO2 que emitieron el año pasado. Si se han quedado cortos, tienen que comprarlos antes de que termine marzo.
La curva del gas
La tendencia alcista en el mercado de CO2 contrasta con la curva que dibuja el gas en los últimos meses. Después de superar los 150 euros el MWh a principio de diciembre, el Mibgas, la referencia española, lleva un mes por debajo de los 50 euros MWh. Esto supone volver a niveles del año 2021.
El gas ha caído tanto que la última vez que se activó el mecanismo para topar su precio fue el pasado 3 de febrero. Desde entonces la excepción ibérica o bien no ha sumado nada al precio final o incluso lo ha reducido ligeramente (por los ingresos derivados de vender electricidad a Francia).
Después de lo que hemos visto, teniendo en cuenta que Rusia ya no manda gas a Europa, parece que un coste inferior a 50 euros/MWh para este combustible es casi un 'chollo'. Sin embargo, no hay que perder de vista la referencia histórica. Antes de que Moscú empezará a tensionar los mercados, lo normal era pagar el gas a 20-25 euros/MWh (o incluso menos). Ese mundo no parece que vaya a volver.
"El precio del gas sigue estando muy por encima de los rangos históricos. Está entre dos y tres veces por encima", recuerda Martínez de Grupo ASE. "Todo apunta a que, con los niveles de gas almacenado en Europa, este verano va a ser difícil que se repita la volatilidad. Pero cuánto durará la tregua de precios que estamos viendo dependerá de la demanda de gas en Asia, de la climatología... Pequeños cambios en un mercado tan estrecho pueden generar grandes oscilaciones de precios tanto hacia arriba como hacia abajo".
Si antes decíamos que diez euros de aumento del coste de CO2 supone tres euros de subida de la luz, en el caso del gas "diez euros de subida se traducen en 20 euros de electricidad más cara. El impacto del gas es mucho mayor que el de las emisiones", apunta este analista.
En resumen: el gas sigue siendo comparativamente caro, vuelve a asumir mayor protagonismo en la generación por la menor aportación del viento y además, el coste de las emisiones contribuye a presionar al alza el precio final de la luz.