Comprar por internet, más seguro pero más complicado


La normativa PSD2 refuerza la autentificación de los compradores y aumenta la seguridad de los pagos
No es ni el nombre de una videoconsola ni un robot de La guerra de las galaxias. La PSD2 son las iniciales, en inglés, de la segunda directiva de Sistemas de Pagos. Es una norma de la Unión Europea que afecta a la banca online, al comercio electrónico y al pago con tarjeta. Tiene dos objetivos:
- Mejorar la seguridad cuando compramos, tanto cuando lo hacemos presencialmente como cuando lo hacemos online.
- Mejorar el acceso a servicios financieros.
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Entró oficialmente en vigor el pasado 14 de septiembre, pero se ha establecido una moratoria para toda la parte relacionada con los pagos en el comercio a través de internet.
La autentificación reforzada
Lo que quiere la nueva norma es hacer más fuerte la autentificación del usuario. Es decir, asegurar que la persona que paga (en un datáfono o a través de internet) eres tú. Y que ese mismo nivel de seguridad sea el necesario para acceder a nuestra banca online. Tengámoslo claro, los procesos serán más seguros – es muy importante porque estamos hablando de nuestro dinero- pero también más complicados.
Existen tres formas de identificarnos y tendremos que hacerlo a través de dos de ellas. Hasta ahora valía con una.
- Con algo que solo nosotros tenemos: una tarjeta o un móvil
- Con algo que solo nosotros sabemos: una contraseña o un código pin
- Con algo que solo nosotros somos: huella dactilar o reconocimiento facial.
Combinen a su gusto o según sus posibilidades (si no tienen un smartphone la identificación con nuestros datos biométricos no es una posiblidad)
¿Cómo mejora la seguridad?
La PSD2 insiste en garantizar la identidad y el consentimiento de quien hace una operación de pago. “El nuevo sistema da más seguridad a los clientes, pero también es un punto de fricción que hace más complejo el proceso de pago”, dice Rubén Merino, director de Open Business de Bankia.
- Para entrar en nuestro banco online: tendremos que identificarnos, ya saben, por partida doble. Algunos bancos obligan al cliente a descargase su aplicación y otros envían códigos de acceso por SMS para poder conectarse a través de la versión web. Además esta identificación tendrá que renovarse cada 90 días.
- Para pagar presencialmente con tarjeta: afecta a las compras que se hacen con tarjeta contacless, la que tiene un chip que aprueba el pago solo con acercarla al datáfono. Hasta ahora no se requería el código pin si el importe era inferior a 20 euros. Con la nueva norma tendremos que ir identificándonos de forma recurrente. Así que nos pedirán que pongamos nuestro código cuando acumulemos cinco pagos o un importe de 150 euros.
- Para pagar en comercio online: es la parte de la norma que persigue reducir el fraude en las compras por internet y es la que tiene una aplicación más complicada, por eso la Autoridad Bancaria Europea ha dejado que los bancos y los comercios pueden ir adaptándose progresivamente. Para esa fecha las compras y pagos que realicemos tendrán que ser seguras, es decir, haber sido aprobadas utilizando dos de las tres formas posibles de identificarnos. Este doble paso no es solo una complicación para los compradores, también para los comercios. Porque si el proceso es más farragoso aumentarán las compras que se abandonan antes de completarse. Ya saben, todos esos carritos virtuales a los que decimos adiós cuando la experiencia de compra se pone complicada. Para que esto no suceda, habrá algunas excepciones:
- - Los comercios que lo deseen podrán ahorrarse la doble autentificación para las ventas de menos de 30 euros.
- - Podremos evitar también ese trámite cada vez que nos pasen un cargo de un servicio al que estemos suscritos (siempre que no cambie el importe).
- - El usuario podrá crear una lista blanca (lo contrario de una negra) en la que incluya a los comercios online a los que está dispuesto a pagar sin tener que identificarse dos veces.
Mejores servicios financieros
El nuevo sistema también quiere mejorar la competencia en el sector. Para eso pone sobre la mesa dos novedades, con nombres, de nuevo, poco atractivos: los iniciadores de pagos y los agregadores de contenidos financieros.
- Iniciadores de pagos: se eliminan los intermediarios para pagar. Al hacer una compra por internet ya no te reconducirán a una pasarela de pago. Los comercios podrán cargarte el importe directamente en tu cuenta.
- Agregadores de información financiera: la normativa apuesta por abrir la información financiera de los clientes a otras entidades o proveedores digitales de servicios financieros, siempre que se produzca con el consentimiento del usuario."Los bancos tendrán que dar tus datos a quien tú decidas, y podrás usarlos para obtener mejores servicios", dice Oriol Tintore, cofundador de Belvo, uno de estos agregadores de información financiera. Asegura que la nueva normativa puede ser un riesgo o una oportunidad para la banca. Los bancos podrán ofrecer productos y servicios más ajustados a sus clientes porque sabrán lo que tienen en las cuentas de otras entidades. Por su parte el cliente podrá beneficiarse de este aumento de la competencia.