El Gobierno planta cara a las eléctricas por los precios máximos a los que ofertan la energía hidráulica

El Gobierno considera que “no tiene sentido” que el precio lo fije una tecnología que no genera CO2 ni le afecta la subida del precio del gas
Ribera anuncia cambios en la Ley de Aguas para corregir, en parte, esta situación
Una tecnología reinará en el mercado mayorista. Diecisiete de las veinticuatro horas del día será la que fijará lo que cobre el resto. Ya sabemos que serán niveles récord. Pero no los marcará una central quemando gas contaminando, sino un salto de agua: la energía hidráulica.
“No tiene sentido que el precio lo fije una tecnología que no tiene costes por combustible ni CO2”, sostenía la vicepresidenta tercera y ministra de la Transición Energética, Teresa Ribera, durante su comparecencia en el Congreso. Por este motivo el Gobierno anuncia que quiere reformar la ley de aguas porque “claramente ha quedado desfasada”.
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Qué está pasando
- Unos derechos de emisión de CO2 que se ha duplicado en un año.
- Un gas que ha multiplicado por 5,5 su precio en doce meses.
Como hay más demanda por la recuperación y hay que producir más kilovatios, entran en juego las centrales de gas (las más caras por el combustible y por tener que comprar derechos por contaminar). Sin embargo, la gran mayoría de los precios máximos de la luz estos meses los ha marcado una tecnología que no se ve afectada por ninguna de estas dos variables: la hidráulica.
En este gráfico se puede ver cada una de las veinticuatro horas del día desde el pasado día 23 de agosto. En la actualidad. La hidráulica (HI) tiene más protagonismo que el resto a la hora de fijar el precio del mercado mayorista. Lo hizo en el 59% de las horas del mes de agosto, según los datos del Gobierno.

(Re= renovables, TCC = ciclo combinado, BG = hidráulica de bombeo)
¿Cómo es posible?
Los kilovatios de las eléctricas para cubrir la demanda se pagan cada hora al precio de la tecnología que ofrece el más caro. A las eléctricas que controlan saltos de agua se les plantea un dilema cada día:
- ¿Oferto a un precio moderado que refleje lo que me cuesta? El resultado es que, si entra el gas en la tarta de generación, da igual lo que haya dicho: cobraré a ese precio caro (como el resto de tecnologías).
- ¿Oferto a un precio muy alto, un poco por encima del gas y, si no me quedo fuera por muy cara, me llevo un poquito más de lo que ganaría en el caso 1?
El funcionamiento del mercado permite decisiones como la del caso 2. Detrás hay una idea que se llama ‘coste de oportunidad’: lo que dejaría de ingresar la hidráulica si no oferta con los precios que se están pagando en el mercado. “Sabemos que, a pesar de que esto sea escandaloso, es compatible con el diseño del mercado. Sin embargo, no es razonable”, decía Ribera. “Confío en que se vaya corrigiendo”.
A diferencia de otras renovables, la energía que se puede generar con el agua no se pierde de un día para otro. Se puede guardar y bombear en otro momento. Es decir, si la central se queda sin producir nada por pasarse de cara, al día siguiente puede intentarlo de nuevo sin que eso suponga un gran problema (sobre todo ahora en verano que no tiene una necesidad de dar salida a ese agua).
En agosto del año pasado, la hidráulica también fijó precios en unas cuantas horas. El día 31, en quince de ellas, muy parecido a lo que ocurrirá este martes. Pero entonces los precios que ofrecía eran de 42 euros el MWh y ahora son 130 euros MWh. ¿Qué ha cambiado? "El agua se fija en el gas. Los precios a los que se ofrece la hidráulica están condicionados por las centrales de ciclo combinado (gas)", resume un experto. "Es una prueba más de la necesidad de introducir cambios en el sistema".
Los pantanos vacíos
Para poder generar los saltos de agua y generar energía hace falta coger agua primero de los pantanos. Este vaciado ha sido polémico este verano por excesivo en algunos casos. “Nunca se había reducido el volumen embalsado con tanta intensidad, en tan poco tiempo”, aseguraba Ribera. El Gobierno ha abierto varios expedientes informativos para analizar estas circunstancias.
La versión de las eléctricas es que, ante el pico de demanda y los precios caros del gas, la energía hidráulica (con costes muy bajos) era necesaria para compensar. Sin embargo, el hecho de que sean este tipo de centrales los que marquen los precios más caros la mayor parte de las horas es más bien un reflejo de querer maximizar beneficios.
Nada ilegal, pero una muestra de falta de “empatía social” de las eléctricas, según la ministra Ribera. Un dardo en todo el centro ahora que muchas empresas se han apuntado al discurso de la importancia de la responsabilidad social (y no sólo de ganar dinero). “Aunque suene a broma, la empatía social cotiza en bolsa”, les recordaba la ministra.
La reforma del agua
Más allá de este reproche, el Gobierno anuncia su intención de introducir cambios que impidan o al menos pongan más difícil que las eléctricas puedan gestionar el agua de esta manera. Ribera anunciaba una reforma del artículo 55 de la Ley de Aguas.
“Claramente ha quedado desfasado”, aseguraba la vicepresidenta del Gobierno. “Esta reforma puede tener incidencia en el precio de la electricidad pero que sobre todo tiene en cuenta la consideración del agua como un bien digno de protección en sí mismo”.
El Gobierno también está abierto a la posibilidad de quedarse con las concesiones hidráulicas que vayan venciendo en los próximos años.