La salvación de los bares: las terrazas ocupan la plazas de aparcamiento

Madrid y Barcelona facilitan la ocupación de la calzada para poner sillas y mesas
De las 5.300 terrazas de Madrid, 1.900 ya han conseguido una ampliación
Los bares han disparado la demanda de de estufas para poder seguir teniendo terrazas en invierno
“La ampliación de la terraza nos ha salvado el negocio”. Miguel tiene un bar cerca de la estación de Atocha de Madrid. Antes de la pandemia este hostelero no tenía terraza porque la acera donde tiene el negocio es muy estrecha. Pero el Ayuntamiento de la capital ha cambiado la normativa para ayudar al sector y ahora permite poner sillas y mesas en los chaflanes y en los carriles destinados a aparcar coches hasta hace solo unos meses. “La gente no quiere estar dentro de los locales y prefieren quedarse en las terrazas que son las que mantienen a flote el negocio”, explica Miguel.
El caso de Miguel no es una excepción. El número de bares que han expandido su negocio al aire libre en los últimos meses se ha multiplicado en Madrid. Los hosteleros solo tienen que pedir permiso al Ayuntamiento y cuando éste contesta –a veces suele tardar más de un mes- ya pueden empezar a servir en los chaflanes.
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“Esas terrazas permiten sobrevivir a los dueños de los bares”, explica Juan José Blardony. El presidente de la asociación Hostelería Madrid asegura además que “el cliente puede consumir con más tranquilidad porque estas terrazas están pensadas para guardar la distancia de seguridad”.
En Madrid hay 5.300 terrazas, de ellas, 1.900 ya han conseguido una ampliación y otras 1.400 están a la espera de que se lo concedan. “La supervivencia del sector radica en tener o no terraza”, sentencia Blardony.
Esta asociación está satisfecha en general con las concesiones que se están dando. “Nosotros estamos descontentos con lo que se está haciendo en el centro. Las 79 peticiones de ampliación en esa zona se han denegado”, explica el presidente de Hostelería Madrid.
Pero, ¿por qué se deniegan en el centro? Para minimizar la reducción de plazas de aparcamientos en los barrios cuando un bar ocupa la calzada, el Ayuntamiento cambia zonas azules de aparcamiento –destinadas a los visitantes- a verdes, que pueden utilizar solo los residentes. Sin embargo, el Ayuntamiento asegura que en el centro de la capital no hay suficientes zonas de aparcamiento y por eso rechaza las peticiones de los hosteleros. Además, se considera que es una zona de protección acústica especial.
Igual que Madrid otras grandes ciudades han seguido el mismo camino y permiten ocupar zonas de aparcamiento.
Es el caso de Barcelona donde sí ha habido una importante reducción de zonas de aparcamiento. La capital catalana ha suprimido unas 1.300 plazas destinadas hasta ahora a motos y coches.
“Estas terrazas cumplen con las medidas de seguridad, la gente no quiere entrar dentro de los bares y ahí se sienten más seguros”, explica Rocío que tiene un bar en un barrio céntrico de la ciudad. “Mi única queja es que el Ayuntamiento ha tardado mucho en conceder esta ampliación. Y ahora nos dicen que tenemos que volver a cerrar. Esto es una ruina”, se queja esta hostelera.
“Todo lo que sea ampliar el espacio de las terrazas ha sido un balón de oxígeno”, explica Joaquim Boadas. El secretario general de la patronal hostelera Frecasarm muestra su frontal rechazo al cierre del sector durante 15 días en Cataluña que acaba de decretar la Generalitat: “es una medida desproporcionada. Es la puntilla para muchos locales y el golpe definitivo. El cierre puede afectar al 50% de los bares”.
También en Valencia las terrazas ocupan parte de la calzada."Es una compensación a los bares por la reducción de aforo y para que puedan mantener la distancia de seguridad", según Rafael Ferrando. El Secretario general federación
empresarial hostelería de Valencia explica que la ampliación se concede mediante "un procedimiento exprés muy ágil que permite tener en pocos días el permiso".
Se dispara la demanda de estufas para terrazas
Las terrazas son la tabla de salvación de muchos negocios. Por eso, la mayoría busca cómo mantenerlas abiertas también cuando empiece el frío.
“En invierno la gente suele preferir el interior del local, pero creo que este invierno será diferente. Por eso voy a pasar de comprar las tres estufas de siempre, a comprar hasta ocho para este año”, cuenta Manuel Rosso. El propietario del restaurante Las Piletas, en Sevilla, asegura que “los clientes tienen miedo de contagiarse y no pisan apenas el interior del restaurante”.
Que la demanda de estufas para bares se ha disparado, lo confirma Rodrigo Stroethoff. Este hombre está al frente de una empresa familiar situada en la Costa del Sol que se dedica a distribuir calefactores desde hace 15 años. “Nos llaman de toda España. Nuestro pedidos se han duplicado respecto al año pasado”, cuenta Stroethoff que ha tenido que contratar a cuatro personas para dar abasto a todos los pedidos. “La verdad es que no esperábamos este boom de estufas. Algún año nos habíamos planteado incluso cerrar”.
Al boom de calefactores ayudarán normativas como la que ha aprobado el Ayuntamiento de Madrid. El consistorio simplifica los trámites y ya no obligará a solicitar un cambio de autorización para poner estufas en la calle y simplemente tendrán que comunicarlo a la junta de distrito.
Los ayuntamientos han canalizado las ayudas a los bares y restaurantes a través de las terrazas. Madrid ha suspendido la tasa que cobraban a los hosteleros por ocupar el espacio público este año y se plantea alargarlo también a 2021 y en Barcelona esa bonificación llega al 75% este año.