Los hosteleros vascos estallan: “No sé por qué tenemos que pagar los platos rotos”

El cierre de la hostelería decretado por el Gobierno vasco ha pillado a muchos bares por sorpresa y con todo el género ya pedido
"En el ERTE no vas a cobrar lo que tienes que cobras y no sabes cuándo vas a cobrar", se lamenta uno de ellos
“Estamos desesperados y decepcionados con estos políticos que nos gobiernan tan bien”. Aitor Aginako no puede dejar de lado la ironía al hablar de las nuevas restricciones que el Gobierno Vasco ha impuesto a la hostelería. “No sé por qué tenemos que pagar los platos rotos”, se queja este dueño del bar Bilbao, ubicado en el corazón de la capital vasca de la que toma su nombre.
El lehendakari Iñigo Urkullu ha decidido cerrar lo que queda de mes todos los establecimientos hosteleros y de restauración del País Vasco con el fin de hacer frente a la ola de coronavirus que asola a la comunidad. La restricción, que entrará en vigor este sábado, ha pillado a los hosteleros por sorpresa. “Nos esperábamos alguna medida un poco más dura, pero para nada esto”, cuenta Aitor. “Así de radical no”.
“Todos tenemos familia e hipotecas”, se lamenta este joven hostelero que ya está pensando en lo peor de los ERTE: “No vas a cobrar lo que tienes que cobrar y no sabes cuándo vas a cobrar”. ¿Y lo peor de todo? “La impotencia de que no se puede hacer nada. Es injusto”.
Patricia Flores tiene claro que prefiere reinventarse a morir en el intento. Esta hostelera, dueña de un bar en la capital vizcaína, ha decidido empezar este mismo sábado a dar desayunos a domicilio.
“Poco a poco nos hemos ido adaptando a la situación”, cuenta entusiasmada. “Vamos a meter todo para llevar y ofrecerle a nuestros clientes la posibilidad del desayuno a domicilio, por las oficinas, el café con el pincho o el zumo”. Cualquier cosa para evitar que tanto ella como sus empleados vuelvan al ERTE.

“Primero fue intentar que los ‘txikiteros’ se sentaran”
Jon de Miguel es otro de esos hosteleros que no vio venir el cierre. Hace días que él y muchos de sus compañeros de la taberna Plaza Nueva de Bilbao comentaban las posibles nuevas restricciones que les impondría el Gobierno de Urkullu. ¿Cerrar a las ocho de la tarde? ¿A las seis? Nada de lo que pensaron se acercó a la realidad. “Estamos todos desolados”, dice. “No han pensado nada en la hostelería”.
La falta de previsión de “las cabezas pensantes” del Ejecutivo es una de las quejas que más se repiten hoy entre los hosteleros vascos. “Lo que no se puede hacer es decirlo y cerrar el fin de semana”, se lamenta Jon. Porque la mayor parte de los restaurantes encargan el género de ese fin de semana los miércoles. “¿Qué hacemos con todo ese género? Tenemos que dar el servicio y encima organizarnos las cosas”.
Pero haciendo gala de su humor, este hostelero bilbaíno, muy conocido en la capital vasca por la decoración de su local y sus pintxos, bromea con las medidas que hasta ahora han tenido que asumir los bares. “Primero fue intentar que los ‘txikiteros’ se sentaran’, dice sobre la prohibición de consumir en barra. “Ha sido la leche, lo asumieron y se sentaron”.
“Nosotros no estamos en contra del buen hacer”
“Se ha criminalizado al sector. Nosotros no estamos en contra del buen hacer o de lo que haya que hacer para salvar esta situación en la calle”. La hostelera Amaia Guillamón cree que los “primeros interesados” en que todo vaya bien son los trabajadores de este sector, pero el cierre “tiene que ir acompañado de unas medidas compensatorias”.
Y lo único que la dueña del bar Bertoko Berria tiene claro es que a día de hoy las ayudas no han llegado y la supervivencia de muchos bares es totalmente inviable. “Ya no es que hayan cerrado muchos”, dice. “Es que esta última guinda del vaso a lo que va a abocar es a que la gente ya no abra las persianas”.