Los hoteleros de La Palma ante la Semana Santa: “La recuperación no llegará hasta después del verano”


Según la asociación Ashotel, se espera un 75% de ocupación durante los próximos festivos
Las plazas de alojamiento turístico están un tercio por debajo de las registradas antes de la pandemia
El retraso en la recuperación de las operaciones aéreas ha lastrado la llegada de visitantes extranjeros durante la Semana Santa
“Han pasado tantas cosas en estos dos años que estamos todos a la expectativa”, esta respuesta sobre la evolución del turismo en la isla de La Palma la ofrece el vicepresidente de la asociación Ashotel, Carlos García, que ya está haciendo números sobre los visitantes que recibirán esta Semana Santa.
“Las previsiones son buenas, aunque hay que tener en cuenta que, realmente, son solo cuatro días. Parece que estaremos en torno a un 75% u 80% de ocupación, pero antes de la pandemia hubiera sido un lleno casi total”, asegura. El problema es que esas altas cifras de ocupación no muestran uno de los efectos de todas "esas cosas" que han pasado desde marzo de 2020. La pandemia, primero, y el estallido del volcán Cumbre Vieja, después, han reducido mucho la oferta de plazas de alojamiento turístico en la isla.
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Con los datos del pasado mes de febrero, las plazas ascendían a 4.872, lo que supone un 35% menos de las que había en el mismo periodo de 2019. Por comparar, en Tenerife, las plazas están ya solo un 10% por debajo del nivel precovid.
“Aquí hay tres grandes hoteles de importantes cadenas nacionales y uno de ellos, con cerca de mil plazas, está vacío. Está bloqueado por la acción del volcán y no se puede acceder a él. Había además muchísimo turismo de vivienda vacacional, y también hay un importante número de camas de esos alojamientos que han quedado sepultadas por la lava o están bloqueadas”.
Menos plazas, menos operaciones aéreas
Esa limitación de la oferta ha retrasado mucho, explica, la recuperación de las operaciones aéreas hasta La Palma y ha condicionado la llagada de turistas esta Semana Santa.
“Cuando en septiembre se activó el volcán, prácticamente se pararon las operaciones aéreas y no se han recuperado hasta marzo. Eso lo estamos notando, porque muchos clientes, los europeos, programan sus vacaciones con meses de antelación y eso ha supuesto una pérdida de visitantes”.
Lo cierto es que la llegada de turistas a La Palma está muy lejos de la que podría haberse registrado antes de la crisis del covid. En los dos primeros meses de 2022, la cifra total de visitantes asciende a los 32.226, es más del doble de la registrada el pasado año, pero se sitúa todavía un 56% por debajo de la de 2019. De ellos, tres de de cada cuatro, han sido extranjeros.
Por lo que respecta a los ingresos totales de los alojamientos hoteleros, entre enero y febrero superaron los 2,3 millones de euros. De nuevo, la comparación con los niveles prepandemia y prevolcán deja un resultado negativo, ya que suponen menos de una tercera parte de los obtenidos en los mismos meses de hace tres años.
A la espera de los alemanes
Aunque para este empresario del sector hotelero, el retraso en la recuperación del tráfico aéreo condiciona la lentísima vuelta de los turistas internacionales a la isla, ya hay señales de que pronto podría cambiar esa tendencia. Ryanair ha anunciado que conectará este verano La Palma con Madrid, Barcelona y Santiago de Compostela y que abrirá el próximo invierno una nueva ruta con Milán para "aprovechar las oportunidades" derivadas de la erupción.
“Con la península ya está recuperado el tráfico, pero con el norte de Europa, sobre todo con los alemanes, nuestro principal mercado, aún no se ha completado”, dice García, que no ve una fuerte recuperación de estos turistas hasta pasado el verano.
Y eso, si la situación de la guerra en Ucrania no empeora las perspectivas. "Parece que, si las cosas no van a más, la recuperación del mercado alemán puede llegar a partir de septiembre y octubre… pero todo dependerá de cómo evolucione el conflicto", pronostica.
“Hasta 2019, eran nuestros principales clientes, aunque en periodos vacacionales como el verano o la Semana Santa también venían españoles. Con la crisis del covid eso cambió. Y cuando pudimos ir recuperando poco a poco la actividad, el que tiró del mercado fue el cliente nacional, tanto el peninsular como el canario. Y son estos últimos, los que de momento han mostrado más interés la actividad turística relacionada con el volcán”.
Nuevo atractivo turístico
Con todo, para esta Semana Santa esperan que se empiece a ver los primeros efectos de la reactivación de los turoperadores y del turismo. Los visitantes, augura el responsable de Ashotel, serán "mitad nacionales y mitad extranjeros" y podrán disfrutar, dice, de una isla que solo tiene un 8% de su superficie afectada por los efectos del estallido del Cumbre Vieja, pero un nuevo interés para los turistas.
"El volcán, para quien venga a visitarnos, es un atractivo más… El espectáculo del mar de lava, salvando todas las desgracias que causó, tiene su atractivo", dice García, que en todo momento se muestra cauto sobre la evolución de las reservas en las próximas semanas. "Ya hemos tenido una pandemia, un volcán, una guerra... quiero ser optimista, pero tenemos que ser prudentes"