Más renovables y menos carbón, pero la bajada del precio de la luz aún tardará en llegar

El Gobierno publica este martes una nueva subasta para asignar 3.300 megavatios más de energía renovable. Es la segunda en menos de un año
Endesa reduce al mínimo la producción de su central de carbón en Baleares antes de iniciar su desmantelamiento
En el mes con kilovatio más caro de toda la historia coinciden en el tiempo dos nuevos hitos que resumen el camino hacia la transición energética marcado por el Gobierno: más renovables y menos carbón (y emisiones de CO2 en general).
Este martes el Ejecutivo lanza una nueva subasta para que se instalen 3.300 megavatios más de energías limpias en España y Endesa anuncia que reduce al mínimo la producción en su central de carbón de Baleares. Era la única que le quedaba a la eléctrica operativa a nivel nacional.
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Sin embargo, ninguna de estas dos decisiones tendrá un impacto inmediato en el precio de la luz, que este martes sigue de tregua con un precio por debajo de la cota de los 90 euros megavatio/hora (MWh). El Gobierno ya ha reducido el IVA al 10% para tratar de amortiguar la escalada de los precios en el corto plazo. Pero el plan a medio plazo siempre ha pasado por darle mayor peso a las energías verdes en la factura de la electricidad. Los efectos de esta política tardarán más en notarse en los precios.
¿Si hay más renovables la luz será más barata?
Aunque muchos se quedaron con el recuerdo de que las energías verdes son caras, hace años que no es así. Generar electricidad a través del sol o el viento es más barato que hacerlo con cualquier otra tecnología que utilice fuentes no renovables (carbón, gas, fuel o nuclear). En teoría, cuanto más peso tenga el componente verde en la generación, más barata será la luz.
Las energías renovables que se instalan hoy en día en nuestro país no tienen primas. Ya no están subvencionadas y de hecho son ellas, en parte, las que están expulsando del mercado a las más caras (como el carbón).
¿3.300 megavatios más son muchos?
El Gobierno planteará las condiciones para sumar esta potencia. Supone añadir un 3% al total. A principios de año ya se adjudicaron 3.000 megavatios, otro 3% adicional. Es como subir peldaños poco a poco.
España cuenta en la actualidad con una potencia instalada de 111.679 megavatios si se suman todas las tecnologías. Algo más de la mitad de esa potencia es ya de origen renovable (el 54% a cierre de 2020).
Potencia y generación no es exactamente lo mismo. Como las energías verdes dependen en parte de la meteorología, en 2020 el 44% de toda la producción de kilovatios fue de origen renovable (menos que su potencia instalada). Fue todo un récord.
El objetivo del Gobierno es conseguir que ese porcentaje se eleve al 74% en 2030 y al 100% en 2050. Para alcanzar esas metas hace falta instalar muchas más renovable. Y de ahí, las subastas.
La clave, las subastas
A diferencia de lo que ocurrió en el pasado con las famosas primas a las renovables, la adjudicación de las nuevas instalaciones verdes se hace a un precio fijo y sin ningún tipo de subvención. Esta es la nueva modalidad de subastas que ha iniciado el Gobierno. Eso quiere decir que lo que van a cobrar esas plantas (y lo que vamos a pagar por esa electricidad) ya está cerrado. ¿De qué niveles hablamos? En la última subasta se adjudicó energía renovable a un precio medio de 25 euros MWh. Es decir, casi cuatro veces más barata de lo que costará este martes.
Cuantas más energías verdes se sumen al sistema con estos criterios de subasta, más se notará en el precio que pagamos los consumidores. Problema: estas nuevas instalaciones tardarán en estar operativas y por eso el Gobierno ha abierto la puerta a una especie de ventanilla rápida para algunos casos concretos.
El carbón ya es pasado
Entre la competencia de las renovables y el precio por contaminar (los derechos de CO2 que ahora mismo están en máximos históricos), las centrales térmicas han desaparecido prácticamente de España. Decir adiós al carbón supone dejar atrás las plantas más contaminantes y también las más caras.
En la actualidad la gran mayoría de las centrales de carbón están cerradas (o en proceso) porque a los dueños no les salía rentable invertir en ellas para reducir los niveles de emisiones de CO2 que exigía la normativa europea. Si en 2017 generaron el 14,3% de toda la electricidad, este año rondan el 1,6%, según los datos de Red Eléctrica de España (REE).
Endesa había anunciado el cierre de todas sus centrales en la península y este martes reduce al mínimo la producción de su planta en las Islas Baleares. Un último paso antes de la desconexión total del sistema y del inicio del desmantelamiento también de esta instalación. El plan de la eléctrica es sustituir el carbón por energía solar en este caso.
Ese es el destino de unas cuantas centrales de carbón: se reciclarán y terminarán sumando más potencia verde (y de nuevo, más barata).