El turismo se despide del mercado ruso, pero mantiene las buenas perspectivas a pesar de la guerra


Los turistas rusos supusieron solo el 1,5% del total en 2019
Su gasto medio por turista ascendió en el último año prepandemia a los 1.516 euros
El Gobierno anuncia una campaña de promoción turística en Estados Unidos para mitigar el impacto del descenso de los visitantes rusos
Los hoteleros de la Costa Dorada, en Tarragona, ya no cuentan con los turistas rusos para este verano. Esta zona, que durante el verano recibe al mayor número de visitantes internacionales procedentes de Rusia, temía que las restricciones que aún se mantienen por el covid impidieran recuperar las llegadas previas a la pandemia, pero la guerra ha dibujado un escenario aun peor.
“Las expectativas para este verano ya no eran de recuperación total, porque los niveles de vacunación eran bajos y la vacuna Sputnik que se está poniendo allí no está homologada por lo que no sirve para acceder al certificado covid. Eso ya nos tenía preocupados, pero este momento es mucho peor”, explica Xavier Guardià, portavoz de la Federacion Empresarial de Hosteleria y Turismo de Tarragona.
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En esta zona, los turistas rusos suponen el tercer mercado internacional por detrás de los franceses y los británicos, y representan hasta un 7% del total de pernoctaciones. Unas cifras que están muy por encima de la media nacional, que se situó en el 1,5% en 2019. De Rusia llegaron entonces 1,3 millones de visitantes del total de 83,5 millones de turistas internacionales recibidos, según los datos de Frontur.
Los rusos gastan un 38% más que la media
Aunque en volumen Rusia no está entre los principales clientes turísticos, ya que es el decimotercer mercado emisor, desde el punto de vista del dinero que sus ciudadanos dejan en España el impacto es mayor. El gasto medio por turista se situó en los 1.516 euros, lo que supone 415 euros más que la media de los visitantes internacionales. En términos generales representa un 2,1% del gasto total que hacen los turistas en España.
“La característica más clara del turismo ruso es que se mueve mucho, es un turista inquieto, al que le interesan los monumentos, la cultura, la gastronomía. Es más atrevido que otros visitantes que buscan más el descanso, o que han viajado más y prefieren más tranquilidad. Para ellos la playa no es tan importante y lo es mucho más conocer el país. Eso es muy bueno para el destino turístico porque reparten mucho su gasto en toda la zona”, explica Guardià, que no se atreve a aventurar las consecuencias que el conflicto provocará en el sector más allá de este verano.
Mercados alternativos
De momento, la guerra no solo ha frenado la llegada de los turistas rusos, también de los ucranianos con los que las asociaciones de la Costa Dorada estaban empezando a trabajar hace unos meses. “Habíamos lanzado una campaña en Ucrania, porque sus ciudadanos no necesitan visado y sus cifras de vacunación frente al covid eran mejores que las de Rusia. Ya había algún turoperador que se estaba planteando volar a Reus, pero esto lo paraliza todo”.
Para tratar de "minimizar el impacto" que supondrá la falta de turistas procedentes de Rusia, la ministra de Turismo, Reyes Maroto, anunciaba este viernes que en menos de dos semanas viajará a Estados Unidos para realizar "una gran campaña de promoción" con la que espera atraer turistas estadounidenses como alternativa a los visitantes rusos.
También Turespaña renuncia a mantener su actividad promocional en Rusia y ha cancelado su participación en la feria turística MITT de Moscú, la más importante del mercado ruso, que se celebrará del 15 al 17 de marzo, como consecuencia de la invasión de Ucrania por parte de Rusia.
Las reservas no acusan el conflicto bélico
A pesar de los problemas que, inevitablemente, la guerra provocará en el turismo procedente de Rusia, el sector señala que no se está percibiendo, de momento, que el conflicto esté impactando en las reservas de los visitantes internacionales. Según el ministerio, las previsiones de cara a Semana Santa son “positivas” y se trabaja con la idea de que la tendencia de la recuperación se va a consolidar.
Las sensaciones son positivas también en la Costa del Sol, donde la presencia de los turistas rusos, se limita, casi exclusivamente a los establecimientos hoteleros de cuatro y cinco estrellas de Marbella y Estepona. “El mercado ruso es bastante marginal y de momento no se está notando nada en otros países emisores. Ni se están produciendo cancelaciones en reservas ya confirmadas, ni se está notando una ralentización de las que están registrando los establecimientos hoteleros", avanza Javier Hernández, vicesecretario general de AEHCOS.
Eso no significa, dice, que el conflicto no pueda llegar a afectar, pero asegura que con los datos actuales, esperan una temporada “medianamente” buena. “Estábamos notando un repunte de reservas en las últimas semanas y no se está notando un parón”.
Las buenas previsiones las confirman también desde la plataforma online Destinia, desde donde señalan que, aunque se produjo un mínimo descenso de las reservas internacionales a España los dos primeros días del conflicto, estas se recuperaron rápidamente. “Estamos a niveles de crecimiento normales y con buenos datos”, aseguran y destacan que en la última semana han aumentado un 20% las reservas procedentes de Estados Unidos.