José Luis Zoreda, Exceltur: “Si el verano transcurre con una demanda tibia será una catástrofe”


Exceltur reclama al Gobierno un plan específico de apoyo al sector y ayudas superiores a los 40.000 millones de euros para sobrevivir al cierre
En el centro de la tempestad económica provocada por la crisis del coronavirus, el sector turístico español, que representa cerca del 12% PIB y emplea a 2,8 millones de trabajadores, pide respuestas y ayuda para sobrevivir. José Luis Zoreda, vicepresidente de Exceltur, asociación de empresas de toda la cadena turística, asegura que necesitan “algunas certezas” dentro de la situación provocada por la pandemia que ha causado el cierre completo del sector.
“Se desconocen los protocolos para que se pongan en marchas las líneas aéreas, la apertura de hoteles, no sabemos cómo se podrá alquilar un coche ni cómo se podrá hacer todo eso con garantías para proteger la salud”, lamenta.
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Pregunta: El sector turístico será una de las víctimas económicas más importantes de la crisis del COVID-19.
Respuesta: El turismo depende de dos cosas: de la movilidad y del uso de espacios públicos donde haya más o menos concentración de gente. Todavía estamos lejos saber cómo se van a regular los dos aspectos y algunas insinuaciones no ayudan demasiado. Por ejemplo, pensar en ir a la playa con mascarilla… Eso no es ir a la playa, porque no se trata ahora de convertir estos espacios de disfrute en hospitales de campaña al aire libre. Es imprescindible encontrar un punto de equilibrio entre las facilidades para movernos y las garantías sanitarias precisas para que no se extienda la pandemia.
P. ¿Cómo se adaptarán los hoteles para poder recuperar las llegadas de turistas?
R. Antes de eso nos preocupa que haya aviones volando, porque si no no habrá turistas que lleguen a esos hoteles. Nos preocupa saber cómo será el movimiento en autobuses para poder viajar… y tenemos que saber cómo está la industria global. De poco serviría tener los hoteles abiertos si la oferta global está cerrada. La gente no viaja por la cama de un hotel, sino por visitar un museo, por asistir a un congreso, por practicar una actividad, por conocer un restaurante... Todo eso es por lo que nos movemos y es clave: la llamada oferta complementaria. Y tenemos que saber en qué medida se podrá realizar. Ni siquiera sabemos en qué condiciones podremos visitar un museo.
P. Han calculado que el sector perderá 124.000 millones si la parálisis de la actividad turística se mantiene hasta finales de año.
R. Necesitamos saber cuándo podremos abrir, pero mientras eso llega le pedimos al Gobierno que nos ayude a sobrevivir. Llevamos dos meses sin facturar y si el cierre se prolonga hasta finales de año, como ha llegado a insinuar un miembro del Gobierno, ni siquiera estaríamos hablando de una catástrofe, sino de la desaparición. Ese escenario no queremos planteárnoslo más que como hipótesis conceptual.
P. ¿Cómo se podría evitar ese escenario?
R. Se necesita un plan específico de apoyo al sector, si es hasta verano, o de rescate si nos vamos más allá en el tiempo. La piedra angular de la temporada turística es julio, agosto y septiembre. Esos meses se concentra el 70% de la actividad en muchísimas zonas. Si el verano transcurre con una tibia demanda estaríamos hablando de catástrofe.
P. ¿Cuánto dinero necesitaría el plan de apoyo?
R. Las líneas de ayudas tienen que alcanzar, al menos, los 40.000 millones de euros, y han de ser para todos. Para las empresas pequeñas, medianas y para las grandes. Porque serán estas las que tirarán del carro cuando llegue la recuperación. Hasta ahora el Gobierno ha aprobado un paquete de ayuda de 400 millones cuando se está dejando de facturar 13.000 millones de euros al mes, ¿eso es un apoyo a uno de los sectores más importantes del país?
P. ¿Qué otros aspectos deberían incluirse ese plan específico para el turismo?
R. Hay que identificar las necesidades, y una prioritaria es que se amplíen los plazos de los ERTE. La vuelta a la normalidad no llegará tocando un timbre para que vuelvan los turistas, no sabemos el tiempo que se necesitará. Y es muy importante que se articulen ayudas para las líneas aéreas. El Ministerio de Transporte está empezando a reaccionar en ese sentido, algo que ya han hecho buena parte de los países europeos.
P. ¿Sería beneficiosa una apertura escalonada por territorios?
R. Entiendo las reclamaciones de algunas zonas, alegando que puedan tener condiciones sanitarias mejores que otras, pero no me atrevería a decir que se abran para la llegada de turistas. ¿Estamos dispuestos a que a los archipiélagos, donde la incidencia de la enfermedad ha sido menor, lleguen miles de británicos conociendo las cifras de contagios del Reino Unido?
P. ¿Llegarán turistas europeos, nuestros principales clientes, este verano?
R. Falta unidad de acción europea y es imprescindible saber cuanto antes si la UE se está planteando medidas restrictivas al tráfico de pasajeros para los próximos meses. Tiene que quedar claro porque condicionará todas lo demás. Además, hay que buscar el punto de equilibrio en Europa, y va a ser muy difícil debido a la diferente evolución de la pandemia, que provocará que cada país tome las decisiones y las medidas en tiempos diferentes.
P. ¿Cómo será la recuperación?
R. Hemos pasado, de una actividad completamente normal a principios de marzo, a cero. Sabemos por todas las cuestiones sanitarias y psicológicas que nuestra recuperación será la más lenta de todas. Somos los que más rápido hemos caído, los que tenemos una actividad no recuperable y los que más tarde saldemos. Existe una falta de comprensión de la intensidad del problema que se va agravando día a día. Cuando el resfriado pasa a neumonía ya sabemos que el tratamiento de recuperación será distinto.