La emancipación de los jóvenes se sitúa en el nivel más bajo de la última década

Solo el 19% de las personas jóvenes ha logrado marcharse del hogar de origen
2018 termina con la menor proporción de jóvenes emancipados en diez años
Se veía venir desde lejos. Estalló la crisis en 2008 y la tasa de emancipación de los jóvenes españoles ha ido cayendo desde entonces. Ahora, diez años después, ha retrocedido a niveles de mediados de la década de los noventa. Solo 19 de cada 100 personas con una edad de entre 16 y 29 ha conseguido dejar de vivir con sus padres, según el balance anual del Consejo de la Juventud de España (CJE).
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Se supone que con la recuperación económica llegó también una mejoría para este colectivo. Sin embargo, a pesar de que su contratación ha subido en los últimos años más que en el resto de grupos de edades, la precariedad asola a quien inicia su trayectoria laboral. El 55% de la población joven asalariada tiene contratos temporales. En 2010 ese porcentaje era del 46%.
Además la incidencia de los trabajos parciales es mucho más elevada en el caso de los jóvenes y sobre todo de ellas: un tercio tiene un contrato de estas características. Este tipo de empleo es mucho más frecuente que antes de que estallara la crisis.
En los últimos años también se ha observado otro fenómeno: salir de casa supone también un retroceso en la calidad de vida cada vez más acusado. Desde 2017 se observa una brecha en los índices que miden la pobreza y la exclusión social entre los jóvenes emancipados y los que siguen viviendo con sus padres.
… Y por el lado de la vivienda
La subida de los precios del alquiler de la vivienda (más de un 9% de media en el conjunto nacional) supone que un joven tendría que destinar el 91% de lo que gana a pagar este gasto mensual. Si se tiene en cuenta el poder adquisitivo del hogar (es decir dos personas jóvenes trabajando) el esfuerzo por vivir de alquiler se lleva el 41% del total de los ingresos. Se trata de un porcentaje muy elevado igualmente y la mayoría de los jóvenes que optan por esta opción viven sobreendeudados para poder pagar el alquiler.
Ante este panorama vivir de alquiler ha perdido cierto peso en la población más joven, pero no en favor de la compra (que sigue siendo misión imposible) sino de la cesión de viviendas (por herencia o donación de un familiar). “Actualmente ya no puede afirmarse que se trate de un fenómeno residual, puesto ya son más las personas jóvenes emancipadas en viviendas cedidas que en viviendas de propiedad sin pagos pendientes.”
Más formación, menos paro
Una tendencia que no ha variado es que a mayor nivel de formación, menor probabilidad de estar en el paro. Sin embargo, los jóvenes sufren con mayor incidencia la sobrecualificación en sus puestos de trabajo, es decir: están empleados en tareas que exigen una titulación académica inferior. Este fenómeno, considerado también como otra situación de precariedad, afecta al 44,4% de los jóvenes españoles. En este caso concreto no se observan grandes diferencias entre chicos y chicas.