Escrivá y Díaz escenifican una tregua tras su encontronazo por la edad de jubilación

Caras serias y mensajes indirectos en su reencuentro público en la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros
La política tiene estas cosas. Un día los ves a la greña. Al día siguiente, sentados en la misma mesa. Cuando hay coalición de por medio, pasa aún con más frecuencia.
José Luis Escrivá y Yolanda Díaz se han visto en esas. Casualidad, o no, justo un día después de su encontronazo por el tema de la jubilación, al ministro de la Seguridad Social y a la vicepresidenta les tocaba comparecer juntos en Moncloa. En la solemnidad que tienen las ruedas de prensa posteriores a los Consejos de Ministros. Enfrentados a un pelotón de periodistas más interesados en el roto que en el remiendo que le han intentado poner ambos.
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Había expectación por ver como gestionaban el trance. Y la cosa se ha resuelto en tregua. Porque, compañeros al fin y al cabo, ambos han intentado no dar mayor vuelo a la polémica. Cada uno, eso sí, a su estilo. Ambos, sin desdecirse ni dar marcha atrás.
Escrivá: "Sin conocer lo que he dicho"
"Es evidente que alguna de las reacciones que hemos visto durante los últimos dos días se han manifestado sin conocer exactamente lo que yo había dicho", ha afirmado Escrivá, en su respuesta a la última de las preguntas del día. En el tiempo de descuento, el ministro se atrincheraba en su versión de lo ocurrido. La clásica del malentendido.
Según él, en la entrevista de Ara en la que dejó caer que en Europa hay una tendencia clara a trabajar hasta los 75 años y abogó por un “cambio cultural”, supuestamente en esa dirección, no era una invitación a prolongar la edad de jubilación hasta esa edad.
Su pretensión, decía este martes, extendiéndose en una primera aclaración que se vio forzado a hacer en Twitter una vez desatada la tormenta, es que hay que poner el foco en el riesgo laboral de los mayores. "Hay que juramentarse para que los de 55 años en sus últimos años no estén en la precariedad y en la incertidumbre. Me estaba refriendo a ese asunto", argumentaba el ministro de la Seguridad Social.
El caso es que cuando Escrivá bromeaba con que parecen haber sido "pocos" los que leyeron la entrevista de la discordia y se quejaba de los muchos que han hablado sin conocer lo que ha dicho, invitaba, quizás sin quererlo, a mirar a la vicepresidenta y ministra de Trabajo, con la que casualmente estaba compartiendo mesa. Tan seria como él durante toda la comparecencia, por cierto. Y sin intercambiar demasiadas miradas ni gestos de complicidad con su compañero de gabinete.
Díaz: "Me quedo con lo que estamos haciendo"
A Díaz, que había reaccionado rotunda a lo dicho por Escrivá en Ara -"Seamos cautos, prudentes y no generemos más tensiones en un país que lo esté pasando mal", comentó- le han preguntado si se siente satisfecha por sus explicaciones posteriores. No lo ha dejado claro.
Es más, se diría que ha obviado las palabras del ministro al afirmar tajante: "Me quedo con los que estamos haciendo". A los efectos, con la idea de que el jueves se deroga una parte de la reforma del PP relativa a pensiones, que eso supone garantizar su revalorización... "Estamos cumpliendo con el acuerdo de Gobierno", zanjaba, haciendo ver que ese es el "hecho" al que da más valor que cualquier explicación. Ya le había recordado a Escrivá, antes de su matización de este martes, que lo que supuestamente proponía no está contemplado en ese acuerdo.
La risa floja
La ministra de Trabajo, de acuerdo a su estilo, evitaba en todo caso regodearse en un tema que muestra las costuras entre los socios de Gobierno. La comparecencia ya venía cargada con suficiente presión desde la entrada en la sala de los dos protagonistas de la refriega. Miradas serias. Ella a sus papeles. Él haciendo amago de ensayar su intervención durante el turno de su compañera. Los dos, conscientes de que el tema jubilación a los 75 iba a caer fijo.
Ha sido la pregunta dos. Acompañada de unas risas flojas que han tenido efecto válvula. Han destensado el ambiente. Llegaba, al fin, el momento de enfrentar el conflicto cara a cara. Escrivá ha aprovechado el alivio para reenfocar el caso hacia el PP, aprovechando que este lunes, en la Convención que han iniciado los populares en Santiago, Mariano Rajoy le dijo a Pablo Casado que le tocará afrontar de la reforma de las pensiones.
La mención le ha dado pie a la ministra portavoz, esta vez en un discreto segundo plano entre los dos protagonista del duelo, a insistir en esa misma maniobra de distracción. Al menos aparente. "El principal partido de la oposición sigue anclado a los ataques a los pensionistas españoles. Se empeñan en mantenerlas bloqueadas, mientras nosotros estamos en el incremento de acuerdo al IPC", ha dicho Isabel Rodríguez. Para añadir,: "Eso nos une a todos en el Gobierno". Tal y como veían las cosas, era el mesaje.