Miles de trabajadores temporales del sector servicios liderarán el incremento del paro de marzo

En España hay 4,4 millones de trabajadores temporales y más de la mitad están ocupados en el sector servicios, el más afectado por las medidas de confinamiento
Hay más de un millón de personas afectadas por lo cientos de ERTEs que se han presentando en los últimos días
El 1 de abril a Bárbara (nombre ficticio) le iban a hacer indefinida en la tienda de ropa en la que llevaba trabajando seis meses. “Ahora me han dicho que por la situación actual no me podrán renovar el contrato”, cuenta. A un compañero suyo le dijeron lo mismo. En su caso el contrato finalizaba el 15 de abril. Ninguno de los dos seguirá trabajando el mes que viene.
El eslabón débil sigue siendo el mismo. No importa que el origen de la crisis actual no tenga nada que ver con la de 2008. Ya se sabe quién va a caer primero: el que tenga un contrato temporal.
“Es la válvula de escape del mercado laboral. Las condiciones que tiene nuestro país en esto no son buenas de partida”, analiza Marta Martínez-Matute, profesora asistente en la Universidad Autónoma de Madrid (UAM).
A cierre del año pasado, 4,4 millones de asalariados, casi una cuarta parte del total de los ocupados, tenían un contrato temporal. “Es el principal colectivo ‘abandonado’. Las empresas pueden incluirlos en los ERTEs (expedientes de regulación temporal de empleo) pero tienen pocos incentivos para hacerlo”, explica Marcel Jansen, profesor asociado de la UAM e investigador en FEDEA.
Es el caso de Raquel, empleada con contrato de obra a tiempo parcial en una academia. Su empleadora María, que todavía está tratando de asentar el negocio, la ha despedido. “He tenido un montón de bajas de alumnos en pocos días. Pagarle la indemnización me supone un esfuerzo ahora mismo, pero es que no tengo alternativa. No me compensaba hacer un ERTE y mandarla al paro porque luego no la voy a necesitar con la caída que ya he tenido de alumnos.” La condición del Gobierno es que el empleador luego mantenga seis meses a ese trabajador que se manda al ERTE.
El próximo jueves día 2 conoceremos cuántos trabajadores han perdido su trabajo en marzo. Se espera un dato muy malo a pesar de las medidas puestas en marcha por el Gobierno. Más de un millón de trabajadores están afectados por los expedientes temporales de empleo que se han ido presentando. Pero ellos no contabilizarán como desempleados. Técnicamente su contrato está suspendido hasta que termine el Estado de alarma. La lista de desempleo se nutrirá, básicamente, de trabajadores temporales.
“El paro subirá porque les han despedido y porque mucha gente a la que se le iba a contratar en marzo no se le ha llamado”, pronostica Raül Segarra, estadístico del Observatorio de Trabajo de la Generalitat de Cataluña. “Se hacen contratos temporales porque es una forma de tener flexibilidad”. En 2019, una media de 207.000 personas tuvieron un contrato de menos de un mes. “Presumiblemente a estos ocupados los empresarios no les renovarán”, argumenta Segarra.
El problema crónico del mercado laboral de España sigue siendo la temporalidad y es posible que ahora sintamos todavía más la tragedia que esto supone: porque el sector económico más afectado por las medidas de confinamiento es también el que más empleo temporal tiene. Servicios acapara más de la mitad de los asalariados con este tipo de contrato.
“El impacto sobre el empleo es devastador”, reconocía el Gobierno en el BOE explicando las nuevas medidas adoptadas hace solo tres días. La ministra de Trabajo anunciaba una limitación de los despidos relacionados con el coronavirus. Si una empresa quería despedir, lo tenía que hacer pagando 33 días y no 20 días. Un intento disuasorio que quizá llega un poco tarde porque ya se ha materializado una gran parte del ajuste de las plantillas.
“Hay infinidad de contratos temporales: eventuales, por obra y servicio, concatenados, de formación... Hay mucha complejidad y muchas particularidades y aunque las medidas aprobadas van en la dirección correcta, hay bastante gente que no está cubierta por este paragüas”, expone Martínez-Matute. Otra medida del Gobierno es obligar a parar el contador del tiempo de esos contratos temporales durante el tiempo que dure el parón de la actividad. En ese caso, es posible que los empresarios tengan todavía menos incentivos a mantenerlos.
España, un país de microempresas
El 15% de las pymes, cerca de medio millón, teme no poder sobrevivir a los efectos del coronavirus en su negocio, según una encuesta de la propia patronal de las pequeñas y medianas empresas (CEPYME). “El principal problema es la elevada incertidumbre. Hay muchas compañías que se están planteando su actividad en el medio plazo”, sostiene Martínez-Matute. Y ahí radica otra vulnerabilidad de España: el 95% de todo el tejido empresarial son micropymes, negocios con menos de 10 trabajadores.
Es el caso de la carpintería de Juanra. Hasta el viernes pasado mantenía su actividad y plantilla de cinco personas. “Tenemos carga de trabajo para seis semanas. A partir de entonces, si la situación se mantiene, el problema será grave. La gente se sorprende de que las empresas estén despidiendo a gente, pero es normal. Yo no renuevo a un trabajador si no sé cómo va a ir mi negocio”, explica.
Para poder acogerse a las medidas de ayuda del Gobierno, en su caso un ERTE que le libre de la carga de salarios y cuotas a la Seguridad Social de los trabajadores, tendría que justificar un descenso del negocio del 75%. “Un pequeño empresario como yo no puede esperar a ver esa caída. A una pyme los gastos de un mes se la comen”, argumenta. “Los que sobrevivimos 2008 no dejamos pasar ni tres días. En cuanto vemos las orejas al lobo, empezamos a maniobrar”. Maniobrar significa aligerar costes y casi siempre, despidos.
Este autónomo también podría acudir a las líneas de liquidez que se han activado con aval público de hasta el 80% del crédito para superar el bache. Pero Juanra no es muy partidario de recurrir a esta medida. “¿Un préstamo para pagar a los trabajadores sin saber si va a reflotar el negocio? Es una locura”. El Gobierno ha movilizado ya 10.000 millones para este tipo de avales a pymes y autónomos.
“No sé lo que va a pasar, pero tengo la sensación de que esto será una crisis temporal”, responde este emprendedor de 46 años. “El horizonte en 2008 era diferente. Entonces solo se veía negro, todo negro”.
El jueves conoceremos la primera pincelada del color de la crisis del coronavirus en el empleo.