En Estepa, la cuna del mantecado, la Navidad trae el pleno empleo

La industria del mantecado genera cada campaña 4.500 empleos directos e indirectos
22 empresas locales se dedican a la fabricación de este dulce, y facturan 77 millones
"Prieto por fuera y tierno por dentro": el secreto de un buen mantecado
Hace ya más de dos meses que Estepa huele a Navidad. El aroma de la canela, el ajonjolí y la almendra tostada invaden las calles de este municipio sevillano de 12.500 habitantes. Dedicado, en cuerpo y alma, a la fabricación de mantecados y polvorones, Estepa defiende con pasión su industria. Son 22 las empresas que, desde principios de septiembre, engrasan sus amasadoras para la elaboración de estos dulces, cuya campaña se prolonga hasta el final de las fiestas.
El negocio genera más de 4.500 puestos de trabajo entre empleos directos e indirectos. 2.000 amasan y envuelven en las fábricas; el resto trabaja en sectores vinculados como transportes, imprentas, fábricas de cartón y envases o maquinaria industrial. Esto supone una tasa de paro, en la localidad, de apenas un 7 %. Prácticamente, el pleno empleo. El alcalde de la localidad, Antonio Jesús Muñoz, cuenta a NIUS que llevan más de 150 años dedicados a la fabricación de estos dulces. “Estepa vive en torno al mantecado”, señala, “no hay familia estepeña que no tenga uno o varios miembros trabajando en el sector o en una empresa vinculada”.

En la calle Santa Ana, en pleno centro de Estepa, se ubica el obrador de La Colchona. Es la empresa más antigua del pueblo y la única que sigue realizando el proceso de forma totalmente artesanal. Fue hace casi dos siglos cuando doña Micaela, apodada La Colchona, comenzó a hacer dulces con la manteca de cerdo sobrante de las matanzas.
Esta emprendedora descubrió el truco de estos dulces: "Prieto por fuera y tierno por dentro" e inició un negocio que, ahora cinco generaciones después, continúan sus tataranietos. Santiago Fernández es uno de ellos. “Somos los únicos que seguimos haciéndolo todo manualmente, con horno de leña y de forma natural”, cuenta a NIUS orgulloso. Una receta clásica de azúcar, harina, manteca y canela, a la que en este obrador añaden un ingrediente clave: el tiempo. “Es el secreto de nuestros productos, aquí no hay prisas”, explica Fernández. Una elaboración tradicional y pausada a la que se dedican veinte empleados, que fabrican 43 toneladas de dulce durante la campaña.

El contrapunto, las 1.500 toneladas de otra empresa de tradición familiar, La Estepeña. Una de las marcas líderes del sector. Aquí se aúnan artesanía y tecnología. Los 24.000 metros cuadrados en los que se extiende la fábrica dan trabajo a 260 empleados en el periodo de campaña. Cuatro meses de producción constante. Marcos Galván, uno de los propietarios, cuenta a NIUS una de las peculiaridades del sector: el 85 % es mano de obra femenina. “Históricamente, las mujeres estepeñas se han dedicado al mantecado por ser un trabajo manual que no requiere fuerza física”. En los últimos años, además, las mujeres han accedido a puestos de responsabilidad en el sector, informan desde el Consejo Regulador de la IGP Mantecados y Polvorones de Estepa.

Hablar de mantecados es hablar de Estepa. Las cifras la sitúan a la cabeza en la producción de dulces navideños, a nivel nacional. “El año pasado se fabricaron 22.000 toneladas, una cifra récord, que este año se quiere superar”, señala José María Fernández, secretario del Consejo Regulador. Lo que se traduce en unos 77 millones de euros de facturación por este dulce manjar que llega a todos los hogares españoles. El reto, aún pendiente, su exportación. Sólo un 10 % de los mantecados y polvorones de Estepa cruzan fronteras.