Cuatro datos de la EPA que encienden las alarmas del mercado laboral

El número de jóvenes que ni estudia ni trabaja se dispara un 22% en un año hasta situarse en 1.500.000 personas
En el mercado laboral están pasando cosas que antes no ocurrían. Los ERTE, por ejemplo. Y por eso la Encuesta de la Población Activa (EPA) no termina de reflejar del todo bien qué ocurrió este verano. Las cifras de paro y ocupados no permiten sacar grandes conclusiones. Sin embargo, se trata de una estadística muy rica en datos.
Un análisis más detallado de algunos de ellos señala en la dirección que muchos se temían: la precarización de los más vulnerables y el empobrecimiento de un sector de la población al que le costará superar esta crisis. Estos son cuatro tendencias que encienden las alarmas.
Los ‘ni-nis’ en niveles de 2015
Dos de cada nueve parados son jóvenes entre 16 y 29 años que ni estudian ni trabajan, los conocidos como ‘ni-nis’, según los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) del tercer trimestre que hemos conocido este martes.
Los ‘ni-nis’ han subido un 22% en el último año hasta situarse en 1.500.000 personas, el nivel más alto desde 2015. Este es uno de los datos que preocupantes de nuestro mercado laboral desde que estalló la pandemia. Sabíamos por la cifras que el la destrucción de empleo se está entrando más en jóvenes y mujeres. El elevado número de jóvenes que ni estudia ni trabaja es uno de los problemas de la sociedad española, que además tiene una de las mayores tasas de fracaso escolar de toda Europa.
Parte de los fondos europeos para la reconstrucción ira a la formación y la educación. Una de las prioridades es conseguir capacitar mejor tanto a las personas que están dentro del merado laboral como las que están fuera.
Inactivos por ‘desesperación’
El segundo indicador que refleja el deterioro paulatino del mercado laboral en nuestro país es el número de inactivos, es decir, las personas que no tienen trabajo y que tampoco buscan. Podrían buscar un empleo pero no lo hacen por diferentes motivos. La gran mayoría es porque está estudiando o está jubilado. Sin embargo la EPA recoge también otras circunstancias que se han visto afectadas por la pandemia.
Se ha registrado un tremendo repunte de las personas que pasan a ser inactivas porque creen que no van a encontrar un empleo (línea roja). Han pasado de ser 275.000 personas en el primer trimestre del año a 366.000 personas entre julio y septiembre. Son 90.000 más, un 33% de subida. Es el mayor incremento porcentual desde finales de 2009. Un síntoma de las malas perfectivas y del pesimismo que tiene muchos trabajadores a la hora de encontrar un empleo.
Pero además hay casi dos millones de personas que todavía no se han podido reactivar en la búsqueda de un empleo por otros motivos (línea amarilla) y algunos de ellos están asociados a la crisis del coronavirus: porque la oficina del paro no le ha dado cita, porque no pueden dejar su currículum en una empresa porque está cerrada... Estos inactivos subieron con mucha fuerza durante los meses del confinamiento hasta los 2,7 millones (lo habitual rondaba alrededor de 1,5 millones). La cifra que nos deja el tercer trimestre todavía se sitúa por encima de lo que se considera épocas normales.
Los datos de la EPA también reflejan a su manera el enorme impacto de los ERTE (línea azul). Si lo normal un mes era tener unos 10.000 trabajadores afectados por esa situación, ahora las cifras se han multiplicado por doce. Si bien es cierto, que para conocer mejor la realidad de estos trabajadores es más fiable la estadística que proporciona la Seguridad Social.
Hogares con todos en paro
El tercer indicador del empeoramiento es el de los hogares con todos sus miembros en paro: en el tercer trimestre subieron en 23.900, casi un 2,1% más respecto al trimestre anterior, hasta situarse en 1.172.700, su cifra más alta desde el principio de 2018.
En el último año, los hogares con todos sus miembros en paro han crecido un 16%, su mayor alza desde el cuarto trimestre de 2012. Un claro síntoma de cada vez hay más familias vulnerables y en situación crítica por falta de oportunidades de empleo.
Los que llevan mucho tiempo buscando
Y por último está el aumento del número de parados de larga duración. Los desempleados que llevan más de dos años sin encontrar un empleo crecieron un 11% en el tercer trimestre en comparación con el segundo hasta situarse en 1.248.300 personas. Es la mayor subida porcentual en nueve años.