Qué hacer si te ofrecen un trabajo pero estás esperando respuesta de otro

Si estás sin trabajo, es lógico presentar el currículum vitae y postularse a diferentes candidaturas
Para tomar la decisión, deberás saber los riesgos que entraña cada escenario y también orientar tu elección en función de lo que te resulte más motivador
La opción más segura es aceptar un trabajo y no esperar a la otra empresa, pero quizá la más ilusionante es esperar por si te quisieran en la segunda
El proceso de encontrar un puesto de trabajo siempre depara muchas sorpresas. Si estás sin trabajo, lo más lógico y probable es que optes por presentar el currículum vitae en el máximo de ofertas de empleo para lograr una vacante que te permita obtener una remuneración económica necesaria para vivir.
Si tu perfil cumple con los requisitos de distintos puestos de trabajo para los que te has postulado, puede ocurrir algo bastante exitoso y es que tengas la posibilidad de poder elegir. Imagina la siguiente situación: una de las empresas en las que has presentado tu candidatura te confirma que has sido elegido para cubrir el puesto de trabajo que necesitan y, de otra organización, te seleccionan para la fase final, pero estás a la espera de una respuesta definitiva.
Ambas te gustan y te satisfacen pero, puestos a elegir, te decantarías por la segunda opción, ya sea porque el proyecto te parece más ilusionante y encaja más con tus intereses o porque te queda más cerca de casa y económicamente es mejor.
Ante este dilema, ¿qué se puede hacer? Desde NIUS, te contamos las seis posibilidades con las que cuentas, yendo desde la opción más arriesgada hasta pasar por la más conservadora:
Descartar la oferta de trabajo en firme que tienes y esperar a ver si hay suerte en el otro proceso de selección
Esta es la opción que acarrea más riesgos, puesto que rechazar una oferta de trabajo segura (para la que has sido elegido) y optar por esperar a ver si se salda con éxito el otro proceso de selección puede acabar dejándote sin ningún empleo.
A pesar de este riesgo, si estás firmemente convencido que el puesto de trabajo que te han ofrecido no está hecho para ti, que no se ajusta para nada a tus intereses y que estás dispuesto a asumir las consecuencias que suponga (hipotéticamente) quedarse sin ninguna vacante, esta vía no necesariamente tiene que verse como una equivocación. Priorizar el bienestar y la felicidad no es algo malo. Puede que, más adelante, en caso de fracasar con tu apuesta, encuentres el proyecto que buscas.
Soy transparente: hablo con ambas empresas y explico mi situación
Esta situación de incertidumbre y de duda puede agobiar mucho a una persona. Para resolver, en cierta medida, la cuestión, siempre está la posibilidad de exponer a las dos empresas que has participado en varios procesos de selección y prefieres esperar para ver cómo acaban concretándose ambas. Eso sí, a pesar de que esto genera un clima de confianza, no admitas abiertamente que esperas una respuesta por parte de la otra empresa porque pueden sentirse menospreciados.
Me pongo en contacto con la empresa de la que espero respuesta para saber si hay alguna novedad
Sabes que estás en la fase final, pero sigues sin respuesta y es importante responder si coges o no la otra oferta lo más rápido posible. Esta segunda vía es la que más te convence, pero debes tomar una decisión inmediatamente. Puedes llamar o contactar con esta segunda empresa para saber cómo está avanzando el proceso de selección y si hay alguna fecha que te pueden concretar para tener noticias definitivas.
Esperar y hacer que el reloj corra a tu favor
Evidentemente, no es bueno dejar pasar demasiadas horas o días para dar una respuesta a la empresa que te está ofreciendo en firme una vacante. Ahora bien, si te consta que en breve conocerás qué ocurre con la segunda posibilidad de empleo, puedes solicitar a la otra empresa que te marque un plazo y te dé un tiempo para poder aceptar o rechazar la oferta.
Acepto el trabajo y, si también me eligieran en la segunda empresa, entonces renuncio y firmo con esta última
Empezamos a entrar en las decisiones más conservadoras para evitar el riesgo de quedarse sin ningún puesto de trabajo. Una posibilidad es aceptar la oferta de trabajo y, en el caso de que la segunda empresa también te quiera, entonces renuncies a la oferta que habías aceptado y firmes un contrato con la segunda organización porque es la que te ilusiona más.
Sin embargo, esta posición no te dejaría en muy buen lugar ante la primera empresa para la que firmaste, puesto que ya entrarías con unas expectativas bajas y sin demasiada motivación ante la expectativa que te genera la otra vacante. Dejar el puesto de trabajo tras pasar pocas semanas desde tu incorporación será algo que no será visto como muy elegante por parte de la empresa y posiblemente crean que haberte elegido fue un error.
Voy a lo seguro: acepto el trabajo ofrecido
Es la opción menos arriesgada y más segura. Supone desistir de la tentación que supone el posible segundo puesto de trabajo, pero a su vez implica tener trabajo seguro y una remuneración económica garantizada. Ante la incertidumbre de lo que pudiera ocurrir con la segunda vacante, te inclinas por la primera empresa que ha depositado su confianza en ti.
Este es, pues, el abanico de posibilidades con las que cuentas para gestionar esta situación. Si necesitas consultar y escuchar a tu familia y a tus amigos antes de tomar una decisión, hazlo. Quizá sus consejos te hagan decantar la balanza.