Sin cobrar el paro y sin poder hablar con el SEPE: “He llamado cada día y no he conseguido nada”

Los jóvenes se encuentran en una situación difícil para encontrar trabajo y es uno de los grupos más castigados por la crisis del Covid
“Llevo tres meses en el paro y solo he cobrado 200 euros”. Naila Calderón trabajaba en una ludoteca con niños de 3 a 12 años. Con la Covid y el confinamiento, llegó el ERTE. “En junio, cuando podíamos volver a trabajar, se rescindió mi contrato. Las restricciones de ratio y el poco espacio en mi centro limitó el número de monitores. Desde entonces, estoy en paro”.
Solicitó la prestación por desempleo y el primer mes cobró lo que le correspondía: 200 euros. Todo se torció en julio. “Ese mes no solo no cobré, sino que en el portal del SEPE aparecía que tenía 'cobros indebidos'”. La joven asegura que en ningún momento le llegó una carta ni se le notificó la necesidad de devolver ese dinero. “Me lo encontré mirando la web”, recuerda. En esa misma página figura también que Naila está pendiente de cobrar el paro de julio y agosto.
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Tratar de aclarar con el SEPE qué ha ocurrido en su caso está resultando muy complicado. “Muchas no cogen y otras me ponen a la espera para luego colgarme”, relata.
Quien no se da por vencido en las llamadas es Augusto Magaña, de 25 años: ha llamado al SEPE cada día laborable de las últimas tres semanas. Solo ha conseguido ser atendido una vez y la llamada le costó 20 euros. No cayó en la cuenta de que su tarifa de teléfono le cobra a partir del minuto 50 y estuvo esperando dos horas.
“El 4 de agosto me dijeron que se pondrían en contacto conmigo por si hacía falta alguna documentación, que aún estaban tramitando las gestiones de junio, que tuviera paciencia. De momento, casi dos meses después, no sé ni siquiera si la solicitud está en trámite y si voy a cobrar el paro”.
En julio, cuando terminó antes de tiempo el contrato de este joven en una cooperativa, en el SEPE se presentaron 2,7 millones de solicitudes de prestaciones, un 276% más que en el mismo mes del año anterior. Las oficinas consiguieron tramitar tres de cada cuatro de ellas, según los datos que proporciona mensualmente el ministerio.
“Yo hice el papeleo en internet por que las oficinas estaban cerradas entonces”, recuerda. “A fecha de hoy, aún no he recibido respuesta. Estoy utilizando mis ahorros para pagar mis gastos de vida: alquiler, suministros, transporte...”.
Los planes de futuro de este joven están un poco en el aire ahora. “Durante la cuarentena, como tenía ahorros, me apunté a un máster que empiezo ahora en octubre, pero no sé si podré permitírmelo”.
Unos días antes de que Augusto fuera despedido, terminaba el contrato de Irene Maculé en una empresa de videojuegos. “Desde entonces estoy buscando trabajo sin éxito”, explica. Aunque su despido no esté tan directamente relacionado con la pandemia, sí le ha afectado la cuestión de la saturación del SEPE: también solicitó el paro en julio y todavía no ha cobrado. “Dos meses después, el estado de mi solicitud sigue siendo desconocido. He intentado contactar con ellos a través de la web porque te da la opción de enviar un mensaje, pero no he obtenido respuesta alguna".
Además, la situación para aquellos que buscan trabajo es poco esperanzadora. "Llevo desde finales de junio buscando trabajo. Aplico a ofertas en LinkedIn cada día pero no he tenido todavía ninguna entrevista”, cuenta Irene. “Me contactan de empresas de Estados Unidos, pero a la que ven que estoy en España, dejan de responderme. Voy a seguir buscando trabajo hasta que salga algo”.
Los expedientes que manejan en el SEPE
Estos tres jóvenes son parte de los 556.000 personas que desde marzo se han registrado como desempleados en las oficinas. Los funcionarios del SEPE, sin ningún aumento de plantilla, algunos casos positivos por Covid entre ellos y vacaciones mediante, han gestionado una valancha de solicitudes nunca vista. A los nuevos desempleados (la gran mayoría con derecho a paro por los decretos aprobados por el Gobierno) se sumaron los casi 3,5 millones que alcanzaron los ERTE en su momento más álgido. Ahora solo quedan 800.000 trabajadores por activar.
Durante los primeros meses de la pandemia también surgieron algunos retrasos con el pago de las prestaciones por ERTE, dado el elevado volumen de peticiones. El Ministerrio de Trabajo cerró acuerdos con los bancos para adelantar el cobro, pero aún así algunos errores en la documentación también jugaron en contra de los trabajadores y retrasaron el pago.