El hostelero de Ermua encerrado en su bar: "No hemos tenido miedo al covid, pero tenemos miedo al hambre"

José Antonio lleva desde el viernes aislado en su local para protestar por la prohibición de no reabrir la hostelería en los municipios que tengan una IA de más de 500 casos
"Hemos estado jugándonos la vida, cuidando de la vida de los clientes y se ha valorado de esta manera", dice el dueño del bar Herga
José Antonio Arronategi lleva desde el viernes encerrado en su local de Ermua. "No puedo estar en casa llorando y amargando al que está al lado", dice el dueño del bar Herga de la localidad vizcaína. "Esta es una manera de que se nos oiga".
Es su manera de protestar ante la decisión del Gobierno Vasco de prohibir la reapertura de la hostelería en los municipios de más de 5.000 habitantes cuya tasa de incidencia acumulada en los últimos 14 días no supere los 500 casos.
El sábado 12 de diciembre los establecimientos hosteleros del País Vasco reabrieron sus puertas tras pasar más de un mes cerrados ante el avance del coronavirus. Pero no lo hicieron todos. En estos momentos los hosteleros de Arrigorriaga, Arrasate, Azpeitia, Beasain, Ordizia y Ermua siguen sin cumplir las condiciones impuestas por el Ejecutivo de Iñigo Urkullu para levantar la persiana.
Arronategi considera "completamente inaceptables" esas medidas que el Gobierno Vasco ha tomado en relación a la hostelería. "Estamos pendientes de unos datos para poder trabajar uno, dos o tres días y si esos datos cambian nos vuelven a cerrar. Es inadmisible e inviable", sentencia este hostelero que tiene claro que "son unas medidas tomadas por gente que desconoce lo que es el negocio de la hostelería".

"Hemos quitado ya la palabra ayuda de nuestro vocabulario"
Porque los gastos continúan aunque los ingresos no lleguen. José Antonio no tiene una cifra exacta de lo que ha perdido en este año, aunque cree que la media está en "unos 3.000 o 4.000 euros mensuales" y que en verano ha facturado hasta un 50% menos que el año anterior.
"Hemos quitado ya la palabra ayuda de nuestro vocabulario", dice este hombre antes de asegurar que lo que la hostelería vasca necesita en estos momentos es un "rescate e indemnizaciones" por cada día que no han podido abrir. Porque, a su juicio, hablando en cifras las ayudas que el sector ha recibido en Ermua son "ridículas".
"No hemos tenido miedo al Covid-19 pero ahora tenemos miedo al hambre", asegura antes de confesar que para poder abrir el local después del confinamiento tuvo que pedir un crédito. Porque este hostelero no puede evitar emocionarse al hablar de la situación que está atravesando su sector. "Hemos estado aquí jugándonos la vida, cuidando de la vida de los clientes y se ha valorado de esta manera".
Pese a todo José Antonio sólo tiene palabras de agradecimiento para todos los vecinos de Ermua que le han mandado su apoyo y se han acerdado hasta al bar para llevarle comida: "Eso te da un subidón y un chute de fuerza para seguir".