El BdE rebaja su previsión de crecimiento al 4,1% y revisa al alza la inflación subyacente

El IPC que no tiene en cuenta alimentos frescos y energía se eleva hasta el 3,2% este año desde el 2,8% de la previsión anterior
El BdE calcula que el tope al gas conseguirá reducir en 0,5 puntos porcentuales la inflación este año, aunque es un cálculo muy "incierto"
La revisión a la baja del crecimiento obedece a la desaceleración mayor de lo previsto observada en el primer trimestre
La guerra en Ucrania y una inflación que ha dejado de ser puntual (y ha comenzado a trasladarse a más bienes y servicios) complican las cifras económicas de España. El Banco de España (BdE) ha reducido del 4,5% al 4,1% su previsión de crecimiento del PIB para este año, en gran parte por la desaceleración que vimos en el primer trimestre. La buena noticia es que ahora se observa un incremento del dinamismo, apunta el BdE en su último informe de proyecciones.
Sin embargo, la evolución de los precios añade todavía más incertidumbre al contexto de la guerra y de unos cuellos de botella que siguen sin solventarse. La entrada en vigor del tope al gas permitirá moderar algo la tasa de inflación y por eso se revisa a la baja la previsión de IPC para este año: del 7,5% al 7,2%.
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El mecanismo temporal aprobado esta semana por Bruselas y el Congreso comenzará a operar el próximo 14 de junio. El impacto en la contención de los precios será más limitado de lo esperado: el Gobierno ha calculado ocho décimas menos de inflación gracias al tope al gas y el BdE dice que medio punto porcentual y "muy incierto".
Lo que resulta difícil de parar en estos momentos es la extensión de la subida de precios a bienes y servicios que forman parte de lo que podríamos llamar "la inflación base". Su nombre técnico es IPC subyacente porque no incluye alimentos frescos ni energía, los elementos más volátiles. Este indicador se revisa al alza y pasa del 2,8% previsto en abril al 3,2% de media ahora. En mayo se situó en casi el 5%.
"La prolongación del período de incrementos de costes de los inputs ha hecho que los aumentos de la inflación se hayan ido transfiriendo de modo creciente (y con una intensidad mayor de lo previsto) a los componentes de bienes industriales no energéticos y a los servicios del IPC", alerta el supervisor.
La otra incógnita sin despejar todavía es cómo impactará la subida de tipos de interés en la economía española.
- Por un lado qué efecto tendrá en los presupuestos de las familias, las más vulnerables son también además las más afectadas por el incremento del IPC.
- Y por otro lado el impacto en los tipos de interés que tiene que pagar el Estado para vender su deuda. Las últimas emisiones ya reflejan una subida notable de los costes en relación a meses anteriores.
La tabla a la que se aferra el BdE, y también el Banco Central Europeo (BCE), son los salarios. "De momento, apenas se aprecian, por el momento, señales de que el repunte de los precios de consumo esté siendo trasladado a las demandas salariales", constata el informe. El último dato de convenios negociados del mes de mayo arroja una subida de salarios del 2,42%, muy en línea con el dato de abril. El propio gobernador reconocía hacía unos días de la "considerable" de pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores.
Pero no se pueden descartar cambios en este sentido. "Si bien las expectativas de inflación de medio plazo en el área del euro permanecen ancladas en torno al objetivo de política monetaria del 2%, se advierten algunas señales que apuntan a un aumento incipiente de los riesgos de desanclaje (tanto en las medidas de esas expectativas procedentes de encuestas a distintos agentes económicos como en las que se construyen a partir de la información de los mercados financieros)".
Ese "desanclaje" al que hace referencia el informe precipitaría mayores subidas de interés en la zona euro de lo previsto. Este jueves el BCE confirmó que subirá el precio del dinero en 0,25% puntos en su reunión de julio y que volvería a hacerlo en septiembre. La cantidad de incremento para entonces todavía no está definida y dependerá de las previsiones de "inflación a medio plazo". Es precisamente en este indicador donde pueden empezar a aparecer esas señales de desanclaje a las que se refiere el BdE en su análisis.
Mejor evolución del empleo
A pesar de la enorme incertidumbre económica, el sector servicios está evolucionando de manera muy positiva y eso permitirá mantener la creación de empleo que se observa en el mercado de trabajo. El BdE reduce en medio punto su previsión de paro para el cierre de 2022 hasta el 13% de la población activa.
"A corto plazo, se anticipa que la guerra seguirá teniendo una incidencia notable sobre la actividad. En un contexto en el que no se produzcan perturbaciones significativas adicionales, la actividad económica cobraría un mayor dinamismo a partir del tramo final de este año, en consonancia con la mejora paulatina de la confianza, la atenuación gradual de las alteraciones de las cadenas de aprovisionamiento y el despliegue progresivo de los fondos vinculados al programa Next Generation EU".