Vuelve la prima de riesgo: en dos meses sube un 50% y de nuevo se descuelga el sur de Europa

La diferencia de intereses entre el bono español respecto a la alemán sube hasta los 136 puntos básicos
Los mercados vuelven a apuntar a una posible división de la eurozona por el coste del pago de la deuda
La situación no es todavía muy preocupante, pero podría empeorar si el Banco Central Europeo no aclara qué medidas tomará para evitar la fragmentación
Entra en escena la prima de riesgo. Ya se venía venir desde hace semanas, pero tras la última reunión del Banco Central Europeo (BCE), parece que puede tener un papel más protagonista. La diferencia del coste de la deuda española respecto a la alemana acumula una subida del 50% en los dos últimos meses. Ha pasado de 85 puntos básicos a principios de abril a 136 puntos este lunes.
Más preocupante es el caso de Italia donde la prima de riesgo se ha disparado hasta los 240 puntos. ¿Zona de peligro? No exactamente. Son niveles que se veían antes del covid.
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La prima de riesgo tradicional, la que mide la diferencia del coste de la deuda a diez años, no es el único indicador al que hay que prestar atención, según los expertos. "Es preocupante cuando sube la prima española y la italiana, pero la alemana cae. Eso no está sucediendo", apunta José Manuel Amor, socio del departamento de análisis de AFI. "Me preocupa más la subida de la prima a dos años porque cuando tienes problemas, los tienes en el corto plazo. Y en el caso de Italia, este indicador se ha duplicado desde el pasado jueves".
¿Qué ha cambiado desde el jueves?
Hasta el pasado día 9 de junio, lo que se observaba en los mercados era una cierta vuelta a una situación normal. El BCE estaba retirando los estímulos monetarios que habían mantenido en niveles bajísimos el coste de la deuda pública de los países del euro durante la pandemia. La persistencia de la inflación hizo que los inversores comenzaran a anticipar una subida de tipos de interés antes de lo previsto hace tan solo unos meses. Pero tras la reunión del pasado jueves algo más cambió.
"Hasta entonces el mercado no estaba más preocupado por Italia o España. No existía un riesgo de fragmentación", argumenta Amor. Es decir, no había una excesiva penalización a los países más endeudados (los del sur de Europa). "Ahora ha vuelto el fantasma de que esa división pueda volver a reeditar problemas del pasado", apunta este analista. Se refiere a los episodios en los que España, por ejemplo, tuvo que ofrecer muchos intereses a los inversores para vender su deuda.
En 2012 esa rentabilidad que hacía falta superó el 7%. Este lunes rozaba el 3%, un nivel que no se tocaba desde el año 2014.
Los inversores quieren saber cómo va a evitar exactamente el BCE que se repitan esas divisiones del pasado y que afectan más a países como Grecia, España, Italia y Portugal (también conocidos en el mundo anglosajón con el acrónimo de PIGS). En Fráncfort parecen más inclinados a actuar cuando "la amenaza se materialice", apuntaba Bloomberg este lunes citando fuentes en el BCE. El argumento, según esta agencia de noticias, sería que existen pocos beneficios en revelar de forma anticipada un mecanismo de lucha contra estas diferencias de primas de riesgo, ya que los inversores pueden verse tentados de poner a prueba la medida.
Pero lo que parece claro es que la inflación va a obligar al BCE a subir tipos más de lo pensado y "en ese entorno de mayores costes de financiación los países con mayor carga de deuda van a ser siempre los más castigados por el mercado. Es precisamente cuando más falta hace ese plan para evitar enormes diferencias", sostiene Amor.
El caso de España
Nuestro país cerró 2021 con una deuda pública en el 118% del PIB. Italia y Grecia superan esta cifra. Pero el menor crecimiento por culpa de la guerra en Ucrania hará que, sin tomar medidas adicionales, la montaña de endeudamiento se reduzca algo más lentamente.
El entorno de incertidumbre generado por al guerra y la persistencia de la inflación han obligado a reajustar las previsiones económicas para este año. El pasado viernes el Banco de España (BdE) rebajó al 4,1% su cifra de crecimiento del PIB desde el 4,5% previsto en abril. Pero el mayor cambio de estas previsiones se refleja en los supuestos sobre los tipos de interés.
Si en abril el BdE basó sus números teniendo en cuenta que el mercado esperaba que el bono a 10 años tuviera un rendimiento del 0,4%, dos meses más tarde actualizaba la cifra elevándola hasta el 1,8%. Lo mismo ocurría con los números de 2023 y 2024. El panorama ha cambiado mucho en poco tiempo.
España va a seguir teniendo importantes necesidades de financiación en los próximos años, pero la gestión de esa cartera de deuda (gracias en gran parte al efecto de la política monetaria del BCE) ha permitido reducir a mínimos el tipo de interés medio. Nuestro país cuenta ahora con un tiempo que no tenía en la crisis de deuda de 2012 aún teniendo más deuda que entonces.
Pero sigue siendo nuestro punto débil, según señalaba recientemente la Comisión Europea. "Un escenario de endurecimiento de las condiciones financieras daría lugar con el tiempo a una carga de intereses cada vez mayor", advertía Bruselas. Los intereses se 'comen' un 6% de todos los ingresos del Estado.