La confianza del consumidor de la eurozona cae a mínimos históricos


El índice que elabora la Comisión Europea está a punto de situarse por debajo del nivel registrado al inicio de la pandemia
La recesión en la eurozona no es descartable, según el escenario adverso del Banco Central Europeo
La inflación y la subida de los tipos de interés suponen un doble shock para el bolsillo de las familias
Cada día que pasa, las probabilidades de que Europa entre en recesión crecen. Dos indicadores del mes de junio traen malas noticias: el de actividad (el PMI) cayó a su nivel más bajo en dieciséis meses y la confianza del consumidor se hunde hasta zona de mínimos históricos. Son dos malas noticias para la recuperación económica.
La caída de la confianza de los hogares se sitúa ya en niveles similares a los registrados en el peor momento de la pandemia en 2020. Y ya entonces nunca se habían sentido tan pesimistas los consumidores de la zona euro. El último dato adelantado de este mes de junio se situó en los -23,4 puntos y acumula nueve meses seguidos de deterioro.
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Por qué es importante
La confianza es un elemento clave en las decisiones de consumo y de inversión. La invasión rusa de Ucrania impacta en la economía de la zona euro a través de varios canales y uno de ellos es la incertidumbre, explica el último Boletín Económico del Banco Central Europeo (BCE).
"Como resultado de la mayor incertidumbre, la confianza económica disminuye, dando lugar a recortes en el gasto esperado de los hogares y las empresas", explica. Y esa perturbación de incertidumbre tras la invasión de Ucrania "es la segunda más importante de las que se tiene constancia después de la de la pandemia", concluye este análisis.
La previsión es que los hogares gastarán menos y aumentarán su ahorro. Esto se traduce en menor crecimiento económico directamente. "La elevada incertidumbre tendría un impacto más intenso sobre la inversión empresarial que sobre el consumo, y los dos componentes de demanda se reducirían un 1,1 % y un 0,5 %, respectivamente, en el cuarto trimestre de 2022 con respecto a sus niveles tendenciales", concluye el análisis.
El escenario con recesión
Además de la incertidumbre que genera la invasión de Ucrania, las expectativas de una inflación cada vez más persistente pesan en el sentimiento de los hogares. Ya no hay nadie que crea que los elevados índices de IPC que se registran en toda la zona euro vayan a desaparecer rápidamente. El propio vicepresidente del BCE, Luis de Guindos, reconocía que íbamos a tener niveles de inflación por encima del 8% en los próximos meses.
La recesión no es todavía el escenario central del BCE. Las últimas previsiones del banco plantean un crecimiento del 2,8% para este año y del 2,1% en 2023. Muchos firmarían ya mismo para asegurarse estos números. Pero en el escenario adverso, el crecimiento se ralentizaría mucho este 2022 y sería ya negativo el año que viene, un -1,7%.
La caída de la confianza de los consumidores es un factor para transitar de un escenario a otro. Otro, la situación del gas. En el supuesto de recesión del BCE se contempla el embargo ruso. Los acontecimientos caminan en esta dirección. El Gobierno de Alemania elevó este jueves a una segunda fase el grado de alarma por el corte del suministro del gas.
Rusia ha reducido al 40% de su capacidad el envío de este combustible a través del principal gasoducto que conecta con Europa: el Nord Stream 1. Hasta hace bien poco, esta era la única vía de llegada de gas ruso que no se había visto prácticamente alterada por la invasión de Ucrania. Ya no es así y Alemania comienza a prepararse para lo peor. Y este es uno de los supuestos para que el crecimiento entre en terreno negativo, tal y como explicaba en BCE en sus proyecciones para este escenario adverso:
"Una interrupción total de las exportaciones energéticas rusas a la zona euro a partir del trimestre de 2022 daría lugar a un racionamiento del suministro del gas, a un aumento de los precios de las materias primas, a reducción del comercio."
Las crecientes dificultades para aumentar las reservas de gas de cara al invierno se traducen en tensiones en los mercados: el combustible se ha encarecido un 57% en tan solo diez días. A esta subida se suman también los carburantes: en el caso de España tanto diésel como gasolina se afianzan por encima de los dos euros el litro.
En este complejo entorno operará la anunciada subida de tipos de interés en la zona euro. Otro elemento más que pesa sobre los consumidores. Las próximas revisiones de las hipotecas con interés variable reflejarán ya este incremento. Aunque oficialmente el BCE todavía no ha movido ficha y el precio del dinero sigue en el 0%, los mercados anticipan esa subida y el índice Euribor, el de referencia para los créditos hipotecarios, ha superado el 1% por primera vez en una década.
A pesar de todos los elementos negativos, los expertos esperan un repunte del gasto en el segundo trimestre impulsado, sobre todo, por el sector servicios: viajes, restaurantes, hoteles... Esas dinámicas ya se observan en la actualidad, pero habrá que permanecer vigilantes. Tal y como indica el último dato de confianza, al consumidor europeo le van quedando pocos elementos para sentirse optimista.