La subida de la inflación sitúa en el punto de mira los estímulos monetarios de los que depende la recuperación española


Los expertos coinciden en que los factores que han impulsado la inflación a sus mayores niveles en décadas son transitorios, pero advierten de riesgos si se mantienen en el tiempo
El incremento de los precios pone en el punto de mira las políticas monetarias y el adelanto de la retirada de todos esos programas de estímulos
El Índice de Precios al Consumo (IPC) no alcanzaba niveles tan elevados en nuestro país desde hace cuatro años. En junio encadenó su sexta tasa positiva consecutiva y se situó en el 2,7%. Este crecimiento de los precios se ha producido también en la zona euro, donde el IPC alcanzó el 1,9% el mes pasado. En Reino Unido está en máximos desde 2018 y en Estados Unidos se disparó hasta el 5,4% y marcó los mayores registros desde hace 13 años.
Los analistas coinciden en considerar este aumento de los precios algo transitorio, y relacionado con los desajustes provocados por la recuperación económica tras el desplome provocado por la pandemia (las fábricas se pararon, los precios cayeron). Pero cada vez son más los que empiezan a descontar que la subida de la inflación pueda durar algo más de lo previsto inicialmente y que hay que considerarla como un riesgo en el horizonte.
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¿Por qué ha subido la inflación?
Hay consenso en que el aumento de la tasa de inflación se originó, principalmente, porque la reactivación económica ha sido más rápida de lo esperado y ha provocado que la demanda haya crecido más deprisa que la oferta. "La recuperación está siendo tan rápida que ha pillado a algunas cadenas de producción algo oxidadas. Esto ha provocado el aumento de precios de algunas materias primas, cuellos de botella, y el encarecimiento de muchos productos", explicaba Jorge Sicilia, economista jefe del Grupo BBVA y director de BBVA Research, en la presentación de la nueva edición del informe ‘Situación España’.
"Pensábamos que el precio de las materias primas se iban a moderar un poco antes y que la oferta se iba a recuperar, pero no ha sucedido", señalaba, aunque pronostica que este incremento de los precios debería ser transitorio y augura que "es difícil pensar que va a a haber inflaciones sostenidas en 2022 por encima del 2%".
Las estimaciones del organismo, que ya sitúan la inflación como uno de los riesgos al alza para la recuperación, señalan que se mantendrá hasta 2022, tanto en Estados Unidos como en Europa, por encima del nivel de la última década, pero que se ralentizará en los próximos meses.
- En el caso de Estados Unidos, calculan que se situará algo por encima del 3,5% a finales de este año y que descenderá hasta el 2,5% en el último trimestre del año que viene.
- Las previsiones para Europa señalan que podría situarse por encima del 2,5% en el cuatro trimestre de 2021 y bajar al entorno del 1,5% a finales de 2022.
Entre las materias primas que se han encarecido destaca el petróleo, que de mínimos históricos ha pasado a costar más que antes de estallara la crisis del covid.
"Este año ha subido, ha vuelto a la normalidad e incluso se ha puesto por encima del que había antes de la pandemia, por lo tanto, los precios de combustibles y de otros productos han subido. Además, se ha producido un aumento del precio de la electricidad que no tiene que ver con efectos de la pandemia ni con recuperación de la pandemia, sino por los propios mecanismos de esa industria. Esto es lo que ha hecho, hasta el momento, subir la tasa de inflación", opina Mª Jesús Fernández, economista senior de Funcas, que pone el foco en el comportamiento de los productos energéticos y estima que en España el IPC podría llegar al 3,5% a finales de año y empezara a moderarse a partir de febrero de 2022.
Esta experta destaca, además, que la inflación que excluye los precios de la energía y de los alimentos no elaborados, la subyacente, sigue estable y en niveles muy moderados: cerró junio en el 0,2%, dos puntos y medio por debajo del índice general.
¿Es preocupante?
Si el aumento de los precios se había convertido ya en el principal debate económico del verano, las declaraciones del consejero delegado de BlackRock, el fondo de inversión más grande del mundo, encendían esta semana aún más las alarmas. "Estoy preocupado por la inflación. Creo que no será transitoria", aseguraba Larry Flink señalando que la cantidad de dinero en el sistema y la cantidad de estímulos monetarios y fiscales nunca había alcanzado los niveles actuales.
Esta intranquilidad, por una subida más fuerte y más duradera de lo esperado, ha hecho que muchos expertos empiecen a reconocer la necesidad de vigilar atentamente la evolución de los precios en los próximos meses.
"La sentencia final de lo que pase el año que viene va a depender de que caigan los factores transitorios por la apertura y cierre de la economía mientras la oferta se ajusta y que esas permanentes, que dependen más de que el ciclo sea fuerte y de que haya una espiral de subida de salarios, que se traduzca en consumo que se fortalezca. Ahora mismo estamos en una situación en la que sabemos que una parte no es peligrosa porque no es duradera, pero hay otra que puede serlo", advierte José Manuel Amor, socio director del área de Análisis Económico y de Mercados de Analistas Financieros Internacionales (AFI).
También Fernández insiste en la necesidad de "permanecer atentos" a aspectos como el impacto sobre la inflación del enorme aumento de la masa monetaria que se ha producido como consecuencia de las políticas monetarias de los bancos centrales de compra masiva de deuda pública.
Riesgo para la recuperación
Y es que ese repunte de la inflación puede acabar suponiendo un riesgo para el escenario de recuperación ya que pone en el punto de mira las políticas monetarias y el adelanto de la retirada de todos esos programas de estímulos puestos en marcha para salir de la crisis.
Ante las presiones de sectores que ya reclaman frenar estos planes para invertir miles de millones en las economías, los banqueros centrales han optado por esperar e ir viendo como se comportan los precios a lo largo de los próximos meses.
De momento, el Banco Central Europeo, ya ha anunciado su primera revisión en 18 años de su estrategia de política monetaria para situar el objetivo de inflación el el 2%, frente a la definición anterior que delimitaba la estabilidad de precios como un nivel de inflación de cerca, pero por debajo del 2%.
El organismo estableció, además, que durante "cierto periodo de tiempo" la inflación pudiera situarse "moderadamente por encima" del 2%, lo que da más margen para mantener los estímulos y sostener los tipos bajos a pesar de que el repunte de los precios se extienda algo más de lo previsto hace unos meses.
También en Estados Unidos quiere contar con esa capacidad de actuación y ha reiterado que permitirá una inflación algo superior al 2% durante un tiempo. El presidente de la Reserva Federal (Fed), Jerome Powell, ha insistido en calificar como transitorio el avance de los precios y se ha mostrado firme en el propósito de mantener los planes de estímulos porque todavía no se han alcanzado los niveles de empleo.
"Si en seis meses se llega a tasas de pleno empleo y las variables de inflación muestran una cara más permanente que transitoria, la Fed tendrá que retirar el apoyo sí o sí y hacerlo relativamente rápido", pronostica Amor, de AFI. Y apuesta por que si la pandemia se controla en los próximos meses, lo normal es que los bancos centrales inicien una retirada progresiva de los estímulos.
"Hay un debate tremendo. Los estímulos no pueden ser los mismos cuando la economía está hundida que cuando está ya recuperada o en proceso de recuperación total. Todo tiene que ser proporcional y hay que retirarlos poco a poco", dice el experto que advierte: "El problema sería que la retirada tuviera que ser muy rápida porque la inflación sí fuera peligrosa y ahí sí nos metemos en un problema".