Un estudio de la OMT revela que el 96% de los destinos turísticos del mundo impone restricciones a los viajes por el Covid-19

Alrededor de 90 destinos han cerrado total o parcialmente sus fronteras a los turistas
En África, Asia, Pacífico y Oriente Medio, el 100% de los destinos ha impuesto restricciones
Fronteras cerradas y millones de vuelos cancelados. Es la tónica general desde que el Covid-19 comenzó a extenderse a nivel mundial. Ahora, un informe de la Organización Mundial del Turismo (OMT) revela que hasta el 96% de los destinos turísticos del mundo ha impuesto restricciones a los viajes.
Una de cal y otra de arena, porque si bien es cierto que el estudio ha observado una tendencia continuada hacia una mayor apertura, igualmente concluye que raíz de la expansión de la pandemia por todo el mundo, alrededor de 90 destinos han cerrado total o parcialmente sus fronteras a los turistas. A su vez, señala que otros 40 se encuentran cerrados a ciertos turistas, dependiendo del país de origen.
El estudio muestra que las distintas regiones del mundo han tenido respuestas similares frente al Covid-19:
- En África, Asia, Pacífico y Oriente Medio, el 100% de los destinos ha impuesto restricciones desde enero de 2020.
- En América, el 92% de los destinos ha adoptado medidas similares
- En Europa la proporción es del 93%
Asimismo, el análisis identifica cuatro tipos de medidas restrictivas clave:
- Cierre completo o parcial de las fronteras a los turistas
- Restricciones a los viajes según los destinos
- Suspensión total o parcial de vuelos
- Otras medidas como requisitos de cuarentena o autoconfinamiento, certificado médico, invalidación o suspensión de emisiones de visados, entre otras.
El mayor batacazo de la historia para el turismo
El secretario general de la OMT, Zurab Pololikashvili, afirma que esta pandemia ha afectado a los viajes y al turismo "como ningún otro evento anterior en la historia".
La organización, en su tercera reunión del comité de crisis, instó a sus miembros a incrementar la presión sobre los líderes mundiales para que reconsideren sus políticas fiscales y de empleo relativas al turismo, y de esta forma ayudar a garantizar la supervivencia de las empresas para impulsar los esfuerzos de recuperación a mayor escala.
"Esta crisis ha demostrado la fuerza de la solidaridad allende fronteras. Pero las buenas palabras y los gestos no protegerán los puestos de trabajo ni ayudarán a los millones de personas cuyas vidas dependen de la pujanza del sector turístico. Los gobiernos tienen la oportunidad de reconocer la capacidad única del turismo no solo para crear empleo, sino también para impulsar la igualdad y la inclusividad", concluye Pololikashvili.