Los efectos de la guerra dibujan un sombrío panorama con más inflación, desigualdad y pobreza

El 86% del PIB mundial se verá afectado por la guerra en Ucrania, según el Fondo Monetario Internacional
Las consecuencias del conflicto se extienden "de manera rápida por todo el mundo"
El BCE confirma que podría subir tipos de interés este mismo verano si la inflación a medio plazo no remite
“Nos enfrentamos a una crisis sobre otra crisis. La guerra en Ucrania supone un revés enorme para la recuperación global”. El sombrío pronóstico llega desde el puente de mando del Fondo Monetario Internacional (FMI). La pandemia no ha terminado y la guerra en Ucrania está generando “ondas de choque por todo el mundo”, alertaba este jueves Kristalina Georgieva, directora gerente del fondo.
Han bastado semanas de conflicto para darse cuenta de que las consecuencias se extienden "de manera rápida por todo el mundo". El 86% del PIB mundial se verá afectado por esta guerra, según el FMI y por eso revisará a la baja sus previsiones de crecimiento para 146 países la semana que viene. A final de mes, el Gobierno de España presentará sus nuevos pronósticos de recuperación, después de que varios organismos hayan reducido considerablemente el avance del PIB para este año.
“El conflicto, y la incertidumbre asociada, están deteriorando gravemente la confianza de las empresas y de los consumidores”, confirmaba la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, tras la reunión de este jueves. Una inflación en el 7,5% puede obligar a la entidad a subir tipos de interés ya este mismo verano. Una posibilidad remotísima hace tan solo dos meses.
El panorama que dibujan los organismos internacionales se tiñe de pesimismo ante la idea de que lo que se pensó temporal termine siendo más permanente. “No sabemos cuánto tiempo va a durar este episodio inflacionista”, admitía Lagarde. “La inflación ha aumentado significativamente y continuará siendo elevada durante los próximos meses”.
El compromiso que tienen los bancos centrales con el control de la inflación "es muy fuerte y eso puede implicar fuertes subidas de tipos", opina Jordi Galí, investigador de Centre de Recerca en Economía Internacional (CREi). "Si la inflación se enquista será necesario provocar una recesión para reducirla, y ello será de difícil comprensión por parte de muchos ciudadanos", explica.
El mundo entero encara una subida de precios como no se había visto en años. Parecía un fenómeno económico superado en muchos países avanzados. Los niveles que se registran nos devuelven a la década de los ochenta. Pocos economistas habían anticipado esta escalada del IPC. La inflación es ya “un peligro claro y presente” para muchos países del mundo, según el FMI.
“En términos económicos, el crecimiento ha bajado y la inflación ha subido. En términos humanos, los ingresos de las personas han bajado y las dificultades han aumentado”, resumía Georgieva.
El entorno económico "más complicado de nuestra vida"
Así como la pandemia aceleró tendencias que ya estaban presentes, la guerra en Ucrania ha activado un riesgo geopolítico de dimensiones todavía difíciles de calibrar: la fragmentación del mundo económico en dos bloques. Galí no se atreve a evaluar esta posibilidad, aunque advierte que en caso de confirmarse "sería mucho más relevante para el crecimiento y el bienestar que el ajuste a corto plazo para controlar la inflación".
Sería un cambio "tectónico", según el FMI. "Las cadenas de suministros, las redes de I+D y de producción se romperían y tendrían que ser reconstruidas. Los países pobres y los pobres serán los más afectados por estas deslocalizaciones".
Son precisamente también estos países los que más retrasados estaban en la recuperación. Ahora la vuelta a los niveles prepandemia costará más tiempo por culpa del la guerra. La seguridad alimentaria es una preocupación creciente ya que entre Ucrania y Rusia exportaban el 28% del trigo en el mundo. La carestía de los alimentos y de la energía amenaza las economías de los más vulnerables.
"Este es el entorno político internacional más complejo de nuestra vida", reconocía la directora gerente del FMI.
La inflación en el punto de mira
Es muy complicado pronosticar qué puede ocurrir, pero claramente "los riesgos para el crecimiento son a la baja”, repiten los organismos internacionales. Si hay sorpresas en el camino, es más probable que caigan en el terreno negativo. El resultado depende de cómo se desarrolle la guerra y del impacto de las sanciones y "de otras posibles medidas futuras", apunta el BCE. Si Europa decide cortar el grifo energético con Rusia las repercusiones en precios y actividad serán considerables.
"Es difícil introducir en los modelos un acontecimiento nuevo del que no hay un patrón en el pasado. Tenemos que ser humildes con nuestros pronósticos", reconocía Lagarde.
En Europa el pronóstico oficial es que la inflación remita claramente a partir del año que viene. ¿Qué más puede salir mal?
1. Que los salarios se contagien De momento el BCE no ha detectado la activación de este mecanismo. Pero:
- Cada día que pasa con un IPC muy elevado reduce las posibilidades de que los trabajadores no reclamen una compensación a sus empresas por la pérdida de poder adquisitivo.
- Lo mismo ocurre con las empresas: la energía cara más tiempo del previsto reduce las posibilidades de que las compañías no repercutan ese coste en los precios de sus productos.
- El riesgo es que las expectativas de los agentes se "desanclen" y que empiecen a actuar como si la subida de precios fuera permanente.
2. Los efectos de la subida de tipos. El BCE volverá a revisar sus pronósticos económicos en junio. Si la situación ha empeorado, el incremento de tipos de interés en la zona euro estaría a la vuelta de la esquina. Primero se pararía la máquina de estímulos monetarios (compra de deuda) en julio y en cuestión de “una semana, un mes o más tiempo”, según Lagarde, podría llegar el incremento del coste del dinero. Sería el primer movimiento al alza desde 2011 y seguramente no el último.
3. El covid sigue extendiéndose y todavía puede mutar a una variante más letal, advierte el FMI. En Shanghái 26 millones de personas tienen que guardar confinamiento por el peor brote de covid desde el inicio de la pandemia. La enfermedad todavía puede agravar los problemas de suministros y de transporte marítimo. Esta situación de los cuellos de botella no estaba del todo resuelta y la invasión de Ucrania ha supuesto un golpe atrás hacia la normalización. Ya hemos visto qué ocurre con esta variable: genera más inflación.