España ante la crisis del coronavirus: “Las reformas sólo se hacen cuando estamos con el agua al cuello”


El Real Instituto Elcano cree que la crisis es una oportunidad para cambiar el modelo productivo
Hay un gráfico en el nuevo estudio presentado por el Real Instituto Elcano sobre España y la crisis del coronavirus cuya lectura sorprende después del duro impacto de la pandemia. España supera en personal médico a otros muchos países desarrollados. En camas de UCI, se sitúa en la media.

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El gráfico plantea la gran pregunta: ¿Cómo es posible que un país con uno de los mejores sistemas sanitarios del mundo haya sido uno de los más golpeados por el coronavirus?
¿Qué ha fallado en España?
“No somos un país donde las pandemias golpeen, no estamos preparados para esto”, responde Ignacio Molina, uno de los investigadores del Real Instituto Elcano que ha participado en la elaboración del documento España ante la crisis del coronavirus, en el que este think tank de política exterior ha revisado las debilidades y las oportunidades de España en la era poscovid.
Pese a que “España ha sido uno de los países más golpeados por el coronavirus” y ha sufrido un alto número de fallecidos, los investigadores del Elcano creen que faltan datos y es demasiado pronto para saber si ha sido uno de los países que peor ha gestionado la pandemia.
“España no se encuentra entre los casos exitosos a la luz de la muy fuerte incidencia de contagios y muertes. No obstante, una mirada comparativa a Europa occidental muestra que la enfermedad ha golpeado de modo similar a ciertos Estados contiguos que comparten rasgos propicios”.
Entre los rasgos citados por el estudio, se cuentan la gran conexión nacional e internacional de ciudades de alta densidad de población como Madrid y Barcelona, la forma de relacionarse socialmente, la manera en que entró la enfermedad, una población envejecida, los recursos y la gestión de la sanidad o la tardanza a la hora de imponer medidas. “No hay una respuesta. Es un tema muy controvertido en los países muy golpeados”, comenta Ignacio Molina.
La epidemia deja España al desnudo
Por ahora son conjeturas, matiza el estudio, pero lo que sí es evidente es que la pandemia ha dejado al descubierto las costuras de España. No sólo sus debilidades sanitarias, también económicas y sociales. “Su dependencia del turismo (uno de los sectores más perjudicados) se une a la escasa base tecnológica de su modelo productivo, a la fragilidad del mercado laboral, a la desigualdad enquistada tras la anterior crisis y a un nivel previo de endeudamiento público que condiciona los planes de estímulo”, apunta el documento.
Por eso “España debe hacer de la necesidad, virtud”, comenta el director del Real Instituto Elcano, Charles Powell. “Las reformas sólo se hacen cuando estamos con el agua al cuello”, añade el investigador de Elcano Federico Steinberg. Esta crisis nos va a afectar más que a otros países, cree Steinberg, y precisamente por eso, “esta es una oportunidad para avanzar en reformas que están ampliamente consensuadas”, aunque más en el ámbito económico que en el político.
¿Cuáles? Steinberg enumera asuntos pendientes como la transformación digital, la agenda verde, una economía más inclusiva, el desajuste fiscal entre gastos e ingresos públicos e incluso otras “más controvertidas” como la reforma laboral y la de las pensiones. “Si no hacemos reformas, no tendremos fondos europeos”, añade Steinberg, quien admite que una vez más el euro va a ser “nuestro salvavidas”.
Hay que cambiar el modelo productivo
“La crisis va a suponer una brecha adicional muy acusada”, afirma Illiana Olivié, la tercera investigadora de Elcano que ha participado en la presentación telemática del estudio. “El modelo social y el modelo productivo no pueden estar desligados”. El Ingreso Mínimo Vital -que todos los ponentes han defendido- “no va a poder coexistir con un modelo productivo que arroja amplios grupos de población a la exclusión”.
En definitiva, coinciden los investigadores de Elcano, España debe aprovechar el hundimiento económico más fuerte que ha sufrido desde la Guerra Civil para avanzar, con la ayuda europea, hacia ese objetivo secular que siempre se va posponiendo: cambiar el modelo productivo.
Pero es más fácil decirlo que hacerlo. Federico Steinberg lo admite al recordar el salto que dio España en los 80 y los 90 con la llegada de los fondos europeos: “Hacer autopistas e infraestructuras físicas es mucho más fácil que hacer inversiones en capital humano y tecnológico. Ese siguiente paso de la economía española requiere cosas más intangibles, más complejas, pero que son las que van a generar el crecimiento económico en el siglo XXI”.
Un modelo económico más tecnológico y menos visible que el turismo, el ladrillo o la fabricación de coches. Han pasado al menos 20 años desde que se introdujo en el debate la necesidad de cambiar el modelo productivo español. Pedro Sánchez lo ha vuelto a repetir en la comparecencia que puso fin al estado de alarma. Entre tanto, las primeras ayudas han sido para el turismo y el automóvil. No resulta fácil escapar del bucle. Fernando Simón lo resumió al justificar la reapertura del país: "Tal vez algún día seamos un país que vivamos de la ciencia, pero ahora vivimos del turismo".