Europa comienza a diseñar el plan para desconectarse del gas ruso

La Comisión Europea estudia imponer niveles mínimos de almacenamiento de gas de cara al próximo invierno
Un informe de la AIE propone pedir a la población que baje la calefacción de sus hogares para reducir la dependencia del gas ruso
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El pasado 30 de noviembre, el organismo que aglutina todas las redes europeas de gas, hizo un simulacro. Más concretamente, diecinueve. Planteó sobre el papel diferentes escenarios de corte del suministro y sus posibles soluciones e implicaciones en el consumo. En ninguno de esos planteamientos se contemplaba la posibilidad de un cierre total del grifo del gas con Rusia.
Conclusión: Europa no está preparada para prescindir del gas ruso, su principal proveedor con un tercio de las importaciones. Y esta dependencia y riesgo se convierte en verdadero pánico en el mercado: este lunes el precio gas ha amanecido con una subida superior al 40%.
Rusia ha jugado bien sus cartas: durante el invierno no ha vendido gas al contado como otros años y eso ha dejado las reservas europeas en niveles bajos. Concretamente en el 18% frente al 30% de hace un año, según las últimas cifras de la Comisión Europea. "Es fundamental que se comiencen a aumentar", reconocía la Comisaria europea de Energía, Kadri Simson, la semana pasada.
La escalada del gas se traduce inmediatamente en subida de la electricidad: este lunes se batirán todos los récords. La luz costará de media 443 euros el MWh y entre las ocho y las nueve de la noche el precio será de 500 euros MWh. Bruselas presentará medidas esta semana para hacer frente a un encarecimiento de los costes energéticos que ya no parece temporal por culpa de la guerra.
Incrementar nivel de almacenamiento
La clave está en el gas. Una propuesta de la Comisión Europea plantea elevar hasta el 80% las reservas de cara al próximo invierno, según un documento al que ha tenido acceso el diario 'Financial Times'. La Comisión planteará el próximo martes que los países puedan pagar a las empresas para almacenar este gas y asegurarles un precio mínimo. Se arriesgan a llenar depósitos a un precio muy caro sin saber a qué nivel lo venderán en el futuro.
Rusia podría decidir inundar el mercado de gas el próximo invierno y hundir los precios, argumenta un reciente estudio de Bruegel. Ninguna empresa privada asumirá ese riesgo si no cuenta con algún tipo de garantía o incentivo.
La apuesta de los mercados va en esta dirección: llenar al máximo y todo lo que se pueda los depósitos de gas (incluso con el de Rusia). Los precios en el mercado de futuros son ahora mismo más elevados en verano que en invierno.
Esto no tiene sentido y lo que indicaría es que las empresas europeas están adelantando todo lo posible las compras. “Europa ya está pensando en el invierno que viene”, sostenía Gonzalo Escribano, director del programa de Energía y Clima del Real Instituto Elcano, en una entrevista en Capital Radio.
Buscar otros proveedores de gas
La solución del almacenaje no es la única y tendrá que coordinarse a nivel europeo para aumentar la eficacia de las medidas. En la lista figura también aumentar la lista de proveedores de gas. Tampoco es tarea sencilla.
- Ni aunque consiguiéramos aumentar relaciones con otros productores se supliría todo el gas de origen ruso, según un estudio de Bruegel.
- El gas tendría que llegar por barco en modo líquido (GNL). Pero no puede llegar a cualquier puerto, sino a uno que tenga una planta para regasificarlo (convertirlo en gas de nuevo). Hay 20 instalaciones de este tipo en toda Europa y no están funcionando a pleno rendimiento.
- España cuenta con un tercio de esta capacidad (siete plantas en total). Pero por mucho más GNL que recibieran estas instalaciones, el problema es que no están bien conectadas para distribuirlo por el resto del continente.
- Esta debilidad del sistema europeo se señala en todos los informes: el país con mayor posibilidad de recibir GNL, España, es casi una isla energética en Europa.
- Había un proyecto de tubería para conectarnos con Francia que se descartó. "Construirlo ahora tardaría años, es decir, no llegaría a tiempo", explica Escribano.
- Además, su rentabilidad tampoco estaría muy clara porque en 2050 Europa se ha comprometido a tener emisiones cero.
Cortar o no cortar el grifo
Europa debe reducir sus compras de gas ruso por muchos motivos, los dos más urgentes:
- Rusia puede detener los envíos como represalia. Hay que prepararse para esto.
- A los precios actuales del gas, un 75% más caro que antes de iniciarse el conflicto, la UE manda cada día 660 millones de euros a Rusia, según los cálculos de Bruegel. Son 27,5 millones cada hora que pasa.
- Porque la guerra no ha alterado el suministro: el gas ruso sigue fluyendo por los gasoductos que recorren Ucrania. Así que Europa por un lado impone sanciones económicas a Rusia, pero por otro, le sigue llenando los bolsillos con sus compras de gas para financiar la guerra.

Acelerar la transición energética
Un reciente informe de la Agencia Internacional de la Energía (AIE) cree que la UE podría reducir en hasta un tercio las compras de gas ruso en el próximo año e iniciar una senda para desconexión total en 2030. Además de las medidas ya mencionadas, se habla de:
- Acelerar la instalación de plantas solares y de energía eólica todo lo posible.
- Maximizar la producción de las centrales nucleares y los biocombustibles.
- Animar a la gente a bajar la calefacción. Reducir el termostato 1º en los edificios puede suponer hasta un 6% menos de demanda de gas ruso.
- Ayudar a los consumidores. Se ha calculado que a estos precios del gas otras centrales eléctricas (que cobran a precio de gas sin tener el coste del combustible) recibirán 200.000 millones de beneficios caídos del cielo. Utilizar ese dinero para compensar a los consumidores.
La Comisión parece que también se ha replanteado esta cuestión de los beneficios de las eléctricas. En unos días presentará más medidas para amortiguar el precio de la luz. Se podrían introducir ajustes temporales para que el gas no contamine, como dice la ministra española Teresa Ribera, el sistema de precios de la electricidad.
España fue de los primeros países en pedir cambios en la fijación de precios ya en septiembre, con escaso éxito. Entonces, la luz superaba los 150 euros el MWh. Este lunes será máximo histórico: 443 euros el MWh.
Los economistas suelen decir que los precios emiten señales y que éstas sirven a las empresas y ciudadanos a tomar decisiones. Así que, Europa ya está pensando en el escenario 20: 'Se interrumpe el envío de gas desde Rusia'.