Exportadores, sector agrario, energía, turismo: las víctimas económicas de la guerra en Ucrania


Las relaciones comerciales de España con Rusia y Ucrania pueden verse afectadas por las tensiones bélicas
Una subida de los precios de la energía prolongada supondría un riesgo para la recuperación económica
La patronal reclama que las sanciones a Rusia sean "coordinadas" y se adopten con la "máxima claridad y transparencia"
Automoción, cerámica, empresas de textil, agroalimentarias… muchas empresas españolas están sufriendo ya por los efectos que puede provocar en sus negocios el ataque de Rusia sobre Ucrania. El presidente Sánchez reconocía este jueves que el conflicto tendrá “sin duda” un impacto en la economía española y europea, y aseguró que la UE lleva tiempo preparando "cuantas medidas sean necesarias para mitigar el impacto económico y energético".
La única buena noticia es que ni Rusia ni Ucrania son grandes socios comerciales de España. La primera supone el destino del 0,7% del valor total de las exportaciones españolas, mientras que, en el caso de Ucrania, representan un 0,2%. Para hacernos una idea, en 2020, fueron los mercados número 26 y 53, respectivamente, de las ventas españolas, según los datos de ICEX España.
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¿Qué ventas corren peligro?
Las principales exportaciones a Ucrania son productos de los sectores de automoción, máquinas y aparatos mecánicos, pescados, productos químicos y cerámicos. En 2020 supusieron poco más de 500 millones de euros.
Por lo que respecta a Rusia, se trata de máquinas y aparatos mecánicos, prendas de vestir, automóviles, tractores, conservas de frutas y verduras o productos cerámicos.
Muchos de estos productores están siguiendo con mucha preocupación la evolución de la crisis. Entre las empresas que tienen mayores intereses en la zona destacan Acerinox, Cie Automotive, Fluidra, Gestamp, Grupo Antolín, Iberia, Indra, Tous, Lladró, Meliá Hotels International, Tendam, Viscofan e Inditex. Este gigante del comercio textil cuenta con más de 520 establecimientos en Rusia y otros 80 en Ucrania, (estos últimos que permanecen cerrados desde el inicio del ataque). La compañía ha asegurado que está siguiendo “muy de cerca” los acontecimientos y que tomará las decisiones adecuadas para la seguridad de los integrantes de la plantilla y sus familias.
Importamos energía y cereales
Los efectos de la guerra sobre Ucrania no solo se plasmarán en las ventas de las empresas españolas, también en la actividad de las que dependen de los productos de que llegan desde allí y desde Rusia.
Dee Ucrania llega el 30% del maíz que necesita España, el 60% de las compras de aceite de girasol, el 17% del trigo o el 31% de las tortas de aceites vegetales. Por eso, la guerra afectará, ha vaticinado la organización Asaja, de forma importante al sector agrario. “Nuestras importaciones, así como de medios de producción básicos como abonos y fertilizantes, se resentirán gravemente, lo que implicará un nuevo encarecimiento de los costes de producción para el sector", han señalado.
Por otro lado, las compras a Rusia son, fundamentalmente, de productos energéticos. Los combustibles suponen tres cuartas partes del valor de las importaciones que España realiza desde Moscú. Y a pesar de que la dependencia energética de España es de las menores de toda Europa (es nuestro octavo vendedor de petróleo y el cuarto de gas) el alza de los precios de la energía provocados por la guerra supondrá también un importante problema para las empresas españolas.
Además, la incertidumbre creada por el conflicto puede acabar afectando a otro motor económico que no ha logrado aún recuperarse de la pandemia: el turismo.
La patronal de las grandes empresas turísticas ha advertido de que la crisis geopolítica puede afectar a la evolución de la demanda intraeuropea y, muy en especial, a la rusa hacia España. En concreto, ha afirmado que podría suponer un problema a Cataluña, ya que en 2019 los rusos representaron cerca del 50% de pernoctaciones del turismo extranjero.
La factura energética
La fuerte subida de los precios del gas y el petróleo registrada tras el inicio del ataque a Ucrania plantea un escenario preocupante sobre las consecuencias económicas globales que puede acarrear el conflicto. El gas, del que depende energéticamente Europa, llego a encarecerse más de un 60% y el petróleo se alzó por encima de los 100 dólares por primera vez en ocho años.
Estas subidas no hacen más que intensificar aún más las presiones sobre los precios, que se llevan registrando desde hace meses (precisamente, por el aumento de la energía) y que han llevado a la inflación a sus niveles más altos en décadas.
De momento, la crisis ya ha hecho saltar por los aires las previsiones de que a partir de la primavera se iban a moderar estos precios, que se acaban trasladando a la factura de la luz o lo que pagamos por la gasolina. Si además provoca que estos niveles se mantengan cierto tiempo, la inflación será bastante más alta de lo previsto y dificultará la recuperación económica.
Funcas ya ha calculado que, por el impacto de la guerra en la energía, el IPC de España podría aumentar un punto sobre las previsiones iniciales para 2022, o dos si los precios se perpetuaran, llegando a alcanzar el 6,5%. Esta inflación más elevada, que afectaría desde a la capacidad de consumo de los hogares hasta a las exportaciones o la inversión, provocaría un crecimiento económico inferior al 5,6% previsto inicialmente.
Efectos de las sanciones
A todos estos problemas que ya están sobre la mesa podrían sumarse los efectos de la respuesta rusa a las sanciones anunciadas por Estados Unidos y Europa. Las contrasaciones de Moscú por la guerra de Crimea afectaron al sector agrario y llegaron a suponer unos perjuicios para España de 785,3 millones de euros en 2015, según datos del ICEX .
Por eso, desde la patronal europea BusinessEurope, de la que es miembro la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), se ha pedido a la Unión Europea que actúe en "estrecha coordinación" con el resto de países a la hora de imponer sanciones a Rusia, alertando del impacto de esas medidas en las empresas que comercian u operan en ese país.
“No hay que olvidar que son las empresas las que sufrirán el impacto de estas sanciones económicas, incluyendo las compañías que comercian y operan en Rusia”, señalaba la patronal en un comunicado. Por eso ha reclamado “la máxima claridad y transparencia” en relación a las sanciones económicas que se adopten.