La imparable subida de los precios, principal preocupación del consumidor español

Hay tres componentes de la cesta de la compra que suben más de un 25%: electricidad, aceite y combustibles
El alza continuada de los precios vuelve a quitarle el sueño a muchos españoles. Uno de cada tres considera que su situación económica ha empeorado en los últimos seis meses. La inflación es el principal motivo que apuntan a la hora de explicar este deterioro. En España el IPC (Índice de Precios al Consumo) ha subido hasta el 3,3% en agosto, su nivel más alto desde 2012.
La encuesta de confianza del consumidor del CIS de agosto refleja este sentimiento, que ya se detectó hace dos meses: a la gente le preocupaba más la deriva de los precios que la propia recuperación económica.
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“Es cierto que puede tener un impacto en la confianza en los consumidores. La inflación puede generar cierta incertidumbre… Pero también hay una sensación de que esto es transitorio”, explica Andreu García, consultor del área de Análisis Económico y de Mercados de AFI. "Es verdad que no se esperaban los niveles que estamos viendo. Antes creíamos que el año podía terminar con un IPC en el 2,5% y ahora estará más cerca del 3%".
Impacto micro
Que la subida sea transitoria no quiere decir que no tenga un impacto en el poder adquisitivo de los hogares: con el mismo dinero pueden comprar menos bienes y servicios. La subida de los salarios en los convenios colectivos ronda el 1,5%. Los sindicatos acuden este miércoles a la primera reunión para descongelar el salario mínimo con este dato como gran baza.
El argumento de que en 2022 la inflación no se espera que aumente tanto como este año no quiere decir que se recuperará la capacidad de compra. Si los productos que se están encareciendo estos meses no caen el año que viene, la pérdida de poder adquisitivo se consolidará.
La subida media de la compra es en agosto del 3,3%, pero en esa lista hay ocho componentes que a cierre de julio registraban subidas de más del 10% respecto al mismo mes de 2020. En la lista está la electricidad (+26,9%) y también los carburantes y el gas por la subida del petróleo. Además, aceites comestibles y refrescos registran subidas notables.
Si bien es cierto que precisamente los factores que más impulsan los precios ahora mismo son también los más volátiles: esto quiere decir que pueden subir mucho y luego también caer. Es, por ejemplo, el caso de la electricidad. Esto refuerza la hipótesis general de una inflación alta pero temporal.
Este año la electricidad está registrando tasas más elevadas que en otros episodios recientes de subidas, pero también se observa que el año pasado llegó a caer un -20% o en 2016, año sin pandemia, cerca de un -15%.
Otro factor a tener en cuenta es el peso de los bienes y servicios en la cesta de la compra. Alimentos frescos, vivienda y electricidad y transporte son los que más porcentaje de gasto se llevan. Una subida en cualquiera de estos componentes tiene un impacto mucho mayor en el IPC, tal y como se está viendo.
Impacto macroeconómico
A nivel agregado de la economía, esta es la crónica de una inflación esperada (solo que un poco más elevada de lo esperado). Los precios en Europa han escalado en agosto a niveles que no se veían desde 2011. El IPC acapara titulares que no se veían desde hace una década.
Entre los países grandes del euro, Alemania lidera las tasas del mes con un IPC del 3,4%. La media de la eurozona se sitúa en el 3,3%.
"Se sabía que los precios iban a subir en los próximos seis-ocho meses. Pero está aumentando más fuerte de lo que se pensaba. Son cifras altas", reconoce Ángel Talavera, economista jefe para Europa en Oxford Economics. "La clave está en año que viene. Cuántos de estos precios vuelven a subir en 2022".
Los economistas entienden como inflación un incremento sostenido en el tiempo y de momento, casi nadie espera ese escenario.
"Para tener una inflación como la que veíamos hace años en España hacen falta más factores", explica Talavera. No vamos a ver subidas del 100% de la electricidad cada año. Otra cuestión es que se quede en esos niveles".
¿Qué va a hacer el BCE?
Los datos de inflación de agosto meten algo más de presión al Banco Central Europeo (BCE) y su política monetaria. Para atajar la subida del IPC habría que elevar tipos de interés, dice el manual. Sin embargo, la presidenta del banco central, Christine Lagarde, ya sabía que este momento decisivo iba a llegar. Su mensaje fue muy claro: solo moverán ficha cuando se tenga la confianza de que la inflación estará en el 2% (el objetivo del BCE) de manera “clara, persistente y prolongada”.
Lagarde avisaba también de que esa guía podría implicar "un periodo transitorio en el que la inflación estuviera moderadamente por encima del objetivo". Ya estamos en esa fase. La clave de nuevo es: transitoriedad.
"Este repunte del IPC es por unas causas muy determinadas y se sabe que lo más probable es que se reviertan. No por un año van a cambiar el enfoque de la policía monetaria", apuesta García de AFI. Coincide con él Talavera. “A veces parece que cualquier movimiento del BCE fuera como el fin del mundo. Ahora mismo no veo ningún cambio a ese nivel, pero sí veo un impacto en la renta de los hogares”.