La inflación amenaza con recortar el consumo de las familias un 2% en el corto plazo

Una pérdida del 10% de la renta disponible de las familias podría reducir su consumo un 2% a corto plazo y un 4% a largo plazo, según BBVA Research
Los datos de consumo con tarjeta muestran una ligera moderación pero todavía es pronto para hablar de un impacto por la subida de los precios
Los indicadores de confianza del consumidor y empresarial han retrocedido a niveles que no se veían desde el inicio de la pandemia
Está en todos los informes de análisis económico: el consumo de las familias se puede ver muy afectado por la subida de los precios. A la incertidumbre que genera desde hace un mes la guerra en Ucrania se ha sumado ya oficialmente otra certeza: la de la inflación. El IPC creció un 9,8% en marzo en el caso de España, algo inaudito en 37 años.
"Un descenso del 10% de la renta disponible real de las familias podría reducir su consumo un 2% a corto plazo y un 4% a largo plazo, según nuestras estimaciones", explica Miguel Cardoso, economista Jefe para España en BBVA Research.
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De momento, ni la guerra ni la inflación pasan todavía factura al consumo de los hogares. Los datos disponibles, casi en tiempo real sobre el gasto con tarjeta no permiten hablar más que de "cierta moderación" y muy limitada a ciertos sectores.
- "Las compras con tarjeta aumentaron un 31% en tasa interanual en la semana del 22 al 28 de marzo, seis puntos menos que en la semana precedente", detalla Cardoso. "No sabemos si este ligero descenso es atribuible a la guerra. Somos cautos porque los datos de empleo no se han visto afectados por lo menos hasta mitad de mes".
- También se observa algún comportamiento algo anómalo. "Hubo cierto adelantamiento del gasto en alimentación en la primera quincena del mes. Quizá por el medio a falta de productos como la leche. Algo de eso hay", explica este economista.
Algo parecido ocurre con las cifras que ofrecen las compras con tarjeta del Banco Sabadell. Arrojan una ligera caída en las últimas semanas que desde la entidad se atribuye a la inflación, el precio de las gasolinas y también reflejan ese mayor acopio de alimentos en las primeras semanas de marzo.
La incertidumbre sobre el futuro y la subida de precios son las dos principales vías de impacto de la guerra en la economía. “Le tengo más miedo a la inflación que al impacto vía confianza", resume Cardoso.
Caída en picado de la confianza
El caso es que las expectativas ya están afectadas: algunos indicadores de confianza del consumidor y del sentimiento empresarial han retrocedido a niveles que no se veían desde los peores momentos de la pandemia. El indicador de clima económico en Alemania ha caído en un solo mes como nunca se había visto antes.
“Pensamos que tal vez sea una sobrerreacción porque la actividad no cae tanto”, argumentaba este miércoles Raymond Torres, Director de Coyuntura Económica de Funcas. “Pero muestran una preocupación, un impacto psicológico que es muy importante para la economía”.
Los niveles de actividad manufacturera (los llamados índices PMI) no se han visto tan impactados como podría esperarse, pero se espera un deterioro. "Están aumentando los riesgos de un freno importante de la actividad en los próximos meses", explica un informe reciente de Caixabank Research. "Existe un recrudecimiento de los cuellos de botella y está el factor menor consumo de las familias por la inflación".
"En la medida en que los hogares perciban que la subida de precios es transitoria, pueden tirar de ahorros o crédito para pagar por este imprevisto. Las medidas anunciadas por el gobierno ayer pueden ayudar a este respecto", opina Cardoso.