El legado de Mario Draghi: "Tratar de cumplir el mandato y no rendirse nunca"


El italiano ha presidido su última reunión al frente del BCE antes de marcharse el próximo día 31 de octubre
El BCE no toma decisiones en política monetaria pero constata el debilitamiento de la actividad económica en el último mes
“De lo que más orgulloso estoy es de la determinación que hemos tenido de cumplir con nuestro mandato”. Mario Draghi ha empezado a decir a adiós a sus ocho años al frente del Banco Central Europeo. Su salida oficial será el próximo día 31 de octubre pero este jueves ha presidido su última reunión en un consejo que, aunque muy dividido por las decisiones adoptadas en septiembre, ha optado por calmar los ánimos y apelar a la “unidad”.
El tiempo, al menos en el último mes, ha terminado dándole la razón: "los nuevos datos que nos han llegado confirman nuestro pronóstico anterior de un debilitamiento prologando en la zona euro, la persistencia de riesgos a la baja y sin presiones en el lado de los precios".
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Son varias las preguntas que han tratado de arrancarle más de una frase sobre el legado que deja en la zona euro o sobre qué habría hecho de manera diferente. Draghi, hoy con una corbata color azul muy parecido al color institucional del BCE, se ha limitado a contestar: "No puedes cambiar el pasado a no ser que seas un historiador" o "parte de nuestro legado es que nunca hay que rendirse"
El 1 de noviembre, horas después de que Draghi ya se haya ido a su casa (“¿qué planes tengo? Pregúntele a mi mujer, ella lo sabrá”), el BCE reactivará el plan de compras de deuda a razón de 20.000 millones de euros al mes. Esa fue la decisión que rompió las débiles costuras dentro del banco.
“Es normal que la gente discuta y tenga desacuerdos”. El italiano ha querido restar importancia al arrecio de las críticas en sus últimos días de mandato y ha insistido: “los tipos negativos han sido una experiencia positiva para nosotros”.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) alertó hace tan solo unos días sobre los efectos negativos de un entorno de tipos muy bajos durante mucho tiempo. “Nosotros también somos conscientes de esos riesgos y les aseguro que los seguimos muy de cerca. Pero por lo que vemos hasta ahora, la mejora económica ha superado los efectos negativos”.
Sobre su sustituta, Cristhine Lagarde, que ha asistido hoy de oyente a la reunión, Draghi ha dicho que "sabe mejor que nadie lo que hay que hacer". El apartado de los consejos parece que quedará vacío, al menos en público.
Habrá una fiesta de despedida en algún momento la semana que viene y Draghi se irá sin haber conseguido del todo lograr su sagrado: un nivel de precios cercano al 2%. La inflación se resiste a subir. El último dato: 0,8%. Ahora le tocará ver cómo evoluciona todo desde su casa... o desde donde diga su mujer.