Ocho razones por las que caen las bolsas


El Ibex 35 vuelve a niveles que no se veían desde el año 2016
Las bolsas de todo el mundo viven días de muchísimo pánico y tensión por la epidemia del coronavirus y sus efectos en la economía. Las caídas que se están registrando no se veían desde la crisis del año 2008. Hay valores que han vuelto a mínimos de esa época. El efecto contagio en el mundo bursátil parece difícil de atajar a pesar de las llamadas a la calma de los gobiernos. Las malas noticias siguen llegando y es complicado encontrar motivos para comprar acciones en lugar de vender. Estos son algunos de los motivos que explican, en modo cronológico, cómo se han ido generando ese sentimiento de pánico en los mercados financieros.
1. El factor China. ¿Por qué esta vez es diferente? En la crisis del SARS (otro virus parecido al Covid-19) el gigante asiático no era tan gigante como ahora. Entonces, año 2003, la economía china representaba menos del 5% del PIB global. Hoy en día ronda el 16%. Solo Estados Unidos tiene una economía más grande. Así que cualquier asunto que afecte a China tendrá repercusiones en el resto del mundo. Si el mercado chino compra menos, todos los países que le venden lo notarán. Traducido: menos crecimiento. Si los chinos viajan menos, sus destinos favoritos también se resentirán. Todos estos son factores de demanda. No son los únicos.
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2. La gran fábrica del mundo también está en China. Aquí entra el factor oferta. El made in China. El país es clave en la producción de bienes intermedios: es decir, productos para terminar una lavadora, un ordenador, un coche... Si muchas de estas plantas están paradas o no pueden funcionar a pleno rendimiento, hay una gran lista de empresas en todo el mundo que se van a ver afectadas. ¿Solución? Buscar un proveedor alternativo hasta que se solucione la crisis. ¿Problema? En algunos casos no es tan fácil. La economía mundial está tan interconectada que funciona como un dominó: la caída de una pieza puede generar una serie de efectos cascada difíciles de parar.
3. El mundo de las materias primas. Si hay alguien que necesita petróleo, gas, acero, etc. para producir es China. Cómo la actividad se ha paralizado en algunos casos, estos materiales se han hundido en bolsa. Hay muchos países que dependen de los ingresos que obtienen por la venta de estas materias primas: una reducción tan drástica de precios puede generar otro tipo de problemas a miles de kilómetros de China.
4. El factor doméstico entra en escena. Los tres primeros factores vienen por así decirlo "de fuera". Pero la llegada del coronavirus a Italia (y con la fuerza con la que lo ha hecho) abre la puerta al factor doméstico.Ya no solo nos podemos contagiar por la menor actividad a nivel global (tanto ventas como producción) sino también del efecto interior: menos viajes, menos compras, menos consumo... Hay sectores muy concretos como aerolíneas, cadenas de hoteles, restaurantes, sector de lujo que se van a ver claramente afectados.
5. Andar a ciegas, otro de los factores que apuntan los expertos. Sabemos, más o menos, cómo está afectando la crisis a China pero cuánto va a suponer fuera es pronto para saberlo. Los efectos pueden tardar en materializarse. Y ante este escenario muchos se ponen en lo peor. Esto explicaría el sentimiento de negatividad que se extiende y que puede convertirse en profecía autocumplida. Uno es negativo, actúa en consecuencia y termina generando el problema. El no saber muy bien qué está pasando o qué pasará puede generar está sobrerreacción.
6. Menos beneficios en el futuro. Las empresas está bastante claro que ganarán menos de lo previsto. Unas más que otras, pero el golpe del coronavirus algo se notará. Por lo menos en el corto plazo. Así que si las ganancias van a ser menores, entonces los precios de las acciones de esas empresas tienen que reflejar esa caída.
7. Riesgos latentes. La crisis, que recuerda tanto a la gran crisis financiera que vivimos a partir del año 2008, llega a escena con un mundo que ha generado otra clase de desequilibrios. Si hace doce años el problema era la cantidad de préstamos/hipotecas basura que se habían concedido (ligados en gran parte al sector inmobiliario), ahora hay un exceso de deuda que preocupa mucho. Si las empresas ahora tienen problemas por culpa del coronavirus (vía oferta, demanda, producción, trabajadores afectados... ), podrían quedarse sin dinero para devolver sus deudas. Por eso los expertos inciden tanto en la necesidad de inyectar liquidez a los sectores más afectados. Lo último que nos faltaba era que explotara esa supuesta burbuja de deuda empresarial (que está en máximos históricos). Otro asunto del que preocuparse.
8. El propio pánico, un clásico. En el fondo las bolsas también son un reflejo de la paranoia con la que vive el mundo la llegada de un nuevo virus para el que no hay vacuna pero que se parece mucho a una gripe. Existe claramente una sobrerreacción y es difícil para un inversor no dejarse arrastrar por el miedo que impera en las órdenes de venta.