Los salarios en España solo han subido un 1,8% en lo que llevamos de siglo

España es junto a Japón e Italia el país de la OCDE donde menos han mejorado los salarios respecto al nivel del año 2000
El Gobierno aprueba este martes una nueva subida del SMI hasta los 1.000 euros
Una expansión, una crisis financiera, una recuperación y una pandemia. En todo ese tiempo, casi veinte años, los sueldos en España han permanecido totalmente estancados. Los números son así de desoladores: los salarios reales (sin contar la inflación) apenas han mejorado un 2% en todo lo que llevamos de siglo XXI. Dicho más exactamente: a finales de 2019 se cobraba de media un 1,8% más que en el año 2000.
(Los resultados son ligeramente peores para España si se tiene en cuenta 2020. En ese caso se produce una caída del 1,1% de los salarios respecto a 2000. Pero el año de la pandemia tuvo muchos problemas y anomalías para servir bien de referencia en comparaciones de este tipo).
Nuestro país se sitúa a la cola de la OCDE en esta evolución salarial. Solo Grecia y Portugal obtienen peores resultados que nosotros: son los dos únicos países de la lista donde los sueldos caen respecto al año 2000.
España sale muy mal parada de la comparativa internacional que ofrecen las cifras de la OCDE. En países como Alemania, Francia o Estados Unidos, los salarios han mejorado alrededor de un 20% desde el arranque del siglo. Hay incluso casos con subidas todavía superiores, como el caso de Noruega y Suecia, por encima del 30%.
Hay que aclarar que los datos tiene alguna pega: parten de la contabilidad nacional no de cifras de sueldos. Eso quiere decir que se calculan utilizando cuál ha sido la remuneración total de asalariados de la economía en relación al número de personas trabajando a tiempo completo. "Incluye además otras partidas como prestaciones por desempleo, así que no son estadísticas de salarios pero mucha gente las utiliza como una aproximación a los salarios reales", explica Juan F. Jimeno, profesor de la Universidad de Alcalá (Madrid).
Es decir, la cifra del 1,8% en el caso de España podría variar en función de qué fuente de datos se utilice. Pero lo que sí confirman los expertos es que cuando se realizan comparaciones nuestro país es donde menos han crecido los salarios en los últimos veinte años. Esa subida es una aproximación en promedio: habrá tramos salariales donde las mejoras sean superiores e inferiores.
El Gobierno aprueba este martes una nueva subida del salario mínimo hasta los 1.000 euros brutos al mes, un 3,6%. Desde el año 2019 el SMI se ha incrementado en un 36% y aunque sus efectos no están del todo analizados, según muchos expertos, lo que sí parece claro es que ha afectado a la distribución de los salarios de nuestro país.
"Entre el año 2000 y 2019, antes de que creciera el SMI, seguramente había crecimientos de salarios más elevados en la parte más alta de los sueldos y más modestos en la parte baja", apunta Jimeno. "El fenómeno de la polarización también se da en los salarios. Es posible que con la subida del SMI ahora haya más incrementos en la parte baja que en la alta. La distribución seguramente ha cambiado".
¿Cobramos poco también?
Otra forma de comparar salarios es fijarse en los niveles de cada país. Para poder hacerlo hay que realizar dos ajustes: inflación y paridad de compra (porque no es lo mismo vivir en Berlín que en Madrid). En ese caso, si nos comparamos con otros grandes países europeos, la brecha no ha hecho más que crecer desde el arranque del siglo.
Partíamos casi igualados con Francia e Italia en el año 2000, pero ahora estamos un 20% por debajo del nivel de salarios del país vecino si tenemos el dato de cierre de 2019. Respecto a Alemania, la brecha salarial es todavía superior, un 38% (39.055 vs 54.041).
Sospechosa habitual: la productividad
Muchos economistas suelen señalar al factor productividad para explicar gran parte de esta divergencia en la marcha de los salarios en España. La teoría lo que dice es: si no eres más productivo y subes sueldos, entonces pierdes competitividad y vendes menos. Las empresas españolas se han agarrado a esta idea durante años.
La medición de la productividad es también algo compleja y existen diferentes aproximaciones. Lo que dicen los datos es que este indicador no está estancado en nuestro país. ¿Por qué no suben entonces los salarios? Porque parte de esa ganancia es ficticia fruto de épocas de destrucción de empleo y no de verdaderas mejoras de la productividad.
También existe un efecto composición: en España hay más empresas pequeñas (y en teoría menos competitivas) en sectores con menor valor añadido.