Todos contra las previsiones económicas del Gobierno

El Banco de España, la AIReF y la Comisión Europea pronostican una menor recuperación de la prevista por el Gobierno para 2021
Avance del consumo y aumento de ingresos son las dos cifras de los presupuestos que suscitan mayor recelo
Es un clásico de los otoños: criticar el ‘cuadro macro’ del Gobierno, los números en los que basan sus presupuestos para el año siguiente. Da igual quien ocupe la Moncloa, las pegas que se les pone son también viejas conocidas: “son demasiado optimistas”, “han inflado los ingresos”, “no son realistas”... Este 2020 no ha sido diferente.
“El Gobierno es extremadamente prudente en sus previsiones económicas”, insistía la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, cuando le preguntaban por las críticas esta semana.
El Banco de España, la autoridad fiscal independiente (AIReF), la Comisión Europea... Todos creen que la economía caerá más de lo previsto este año y crecerá menos de lo pronosticado oficialmente en 2021.
Aunque parte del debate mediático se ha centrado en la histórica caída de 2020, para muchos expertos no tiene sentido. Este año está perdido, lo importante es 2021. Ningún organismo dice que sea imposible conseguir el nivel de recuperación que espera el Gobierno, pero se atisba complicado vista la evolución de la pandemia.
El ministerio de Economía calcula que con las ayudas europeas se conseguirá crecer cerca del 10% el año que viene, casi el doble de lo que pronostica la propia Comisión Europea. “Ellos no tienen en cuenta el impacto de los fondos”, explican desde el Ejecutivo.
José Luis Escrivá, que antes de ser ministro de Seguridad Social se dedicaba precisamente a hacer previsiones, aseguraba que el debate de cifras ahora mismo no tiene mucho sentido. “Me sorprende mucho el enorme énfasis que se pone ahora en las previsiones económicas. Hacerlas es muy difícil pero, en esta situación, son relativamente poco útiles”. Escrivá considera mucho más útil seguirle la pista a los indicadores en tiempo real. Y por ese canal, ahora mismo, no llegan buenas noticias todavía. El consumo en algunos sectores como la hostelería se está desplomando por los rebrotes.
“Está bien tener unos presupuestos realistas, pero no estamos en circunstancias normales”, opina José Moisés Martín Carretero, economista y socio de la consultora RED2RED. “Hacer previsiones ahora es muy complicado porque los riesgos son enormes y el abanico de posibilidades es muy grande: podemos crecer un 10% o un 4% en 2021. El rango de error aplica a todas las previsiones, no sólo a las del Gobierno”.
Consumo e ingresos
La AIReF destaca, por ejemplo, que las previsiones de consumo que auguran las cuentas de 2021 son superiores a las suyas, incluso en el mejor escenario. El desfase se basa no tanto “en las estimaciones de crecimiento del empleo, sino que más bien parecen reflejar una mayor propensión al gasto por parte de los consumidores”. La autoridad independiente argumenta que con la incertidumbre que tenemos encima, es difícil que esta previsión de recuperación del gasto de los hogares se cumpla. (De hecho, en España las expectativas de la gente son más pesimistas que en el resto de Europa).
Otro número que despierta recelo, y que en parte está relacionado con esta recuperación del consumo, son los ingresos. En 2021 la economía no habrá conseguido recuperar su nivel de antes de la crisis, pero sin embargo sus ingresos fiscales sí. “Es difícil que la recuperación y la subida de algunos tributos consigan que la recaudación supere en 10.000 millones la cifra de 2019”, opinaba esta semana Rafael Doménech, Responsable de Análisis Económico de BBVA Research en un encuentro organizado por Funcas.
Raymond Torres, director de coyuntura y análisis internacional de Funcas, coincidía con él. “El Gobierno pronostica una subida de la recaudación del 13% y nosotros la situamos en la mitad, alrededor del 6%.” Además los nuevos impuestos (transacciones financieras o ‘Tasa Google’, por ejemplo), necesitan de un rodaje antes de cumplir con las expectativas de recaudación, recordaba Torres.
Números algo optimistas, ¿y qué?
Años atrás, si el Gobierno inflaba mucho sus números terminaba sin cumplir los objetivos de reducción de déficit que se había marcado. Y eso suponía un problema con Bruselas y sus reglas de estabilidad. Pero esa norma está suspendida. Nadie va a reñir a España por tener un 8% o un 10% de déficit público el año que viene. La receta para evitar un desastre económico mayor es unánime: gastar todo lo necesario. Hasta el Fondo Monetario Internacional (los hombres de negro en la crisis anterior) aboga por esta línea de actuación.
Si el año que viene la recuperación es menos intensa, la deuda crece por encima de lo previsto y los números rojos no se reducen... ¿qué? ¿Hay alternativa? ¿Esa opción B es mejor?
“Tenemos que asumir que las cuentas de 2021 son las de un estado en guerra. No sabemos lo que va a ocurrir, si ganaremos la batalla en marzo o en junio. Se tiene que funcionar desde la lógica de atender necesidades sociales, de las empresas y en recaudar lo que puedas. No manda la economía en el circuito sino decisiones sanitarias que son exógenas”, sostiene Martín Carretero.
No hay ningún partido político que ahora mismo esté pidiendo recortes, más bien lo contrario. Se exige al Gobierno más ayudas, extender los ERTE, apoyar a las empresas con otro tipo de fondos, atender a los que más está sufriendo esta crisis, gastar más en medios para detener el avance del covid, atender a los enfermos, incluso reducir impuestos... Es difícil imaginar que alguien pida un plan de recortes a mitad de 2021 (como ocurrió en la crisis anterior) porque no se están cumpliendo las previsiones y el déficit se nos va de las manos.
Críticas a medidas concretas de los presupuestos
Otro debate algo diferente es el que plantean ciertas decisiones de los presupuestos. El ‘cuadro macro’ es sólo, al fin y al cabo, el esqueleto que sostiene las cuentas. Y en este apartado hay dos medidas que acaparan la mayor parte de las críticas:
- Subidas selectivas de impuestos. Economistas como Doménech y Torres pero también el Banco de España sostienen que habría que esperar a una total recuperación.
- Revalorización de las pensiones y del sueldo de los funcionarios un 0,9%. El gobernador Pablo Hernández de Cos, opinó que no era el momento y que en todo caso lo ideal habría sido “una subida selectiva” al personal sanitario. “Me sorprende que alguien pueda cuestionar el alza de las pensiones", respondió Calviño argumentando que los mayores están sosteniendo muchas cargas familiares. La subida a los trabajadores públicos va encaminada, explicó la vicepresidenta, a “sostener las rentas y apoyar la recuperación del consumo”. Un argumento discutible: hay otras maneras de apoyar esa vuelta del consumo que compensar a los trabajadores que tienen garantizados unos ingresos fijos.
Queda una cuestión más: la necesidad de marcar una senda para reconducir la situación de las finanzas públicas. No ahora mismo, sino en el futuro. Una especie de mensaje de intenciones para que nadie se asuste cuando mire los números de nuestra economía. Es algo en lo que se insiste mucho. Sin embargo el Gobierno cree que ahora mismo hay otras cosas más importante que eso.