Compartir el coche y usar el transporte público reduciría un 10% la demanda de petróleo ruso

Los gobiernos europeos deberían tomar medidas para fomentar un menor consumo de carburantes, según un informe de Bruegel
Prescindir del petróleo ruso, un tercio de las importaciones europeas, sería algo más fácil que cortar el grifo del gas
No debería sorprendernos que, en una situación que recuerda algo a la crisis petrolera de los años 70, algunas de las medidas que se propongan sean idénticas: reducir el consumo de gasolinas. "Aunque usted pueda, España no puede". Un lema de hace cincuenta años para tratar de concienciar a la población ante la escasez y los precios cobra fuerza de nuevo en esta crisis.
Cada barril que no se gaste, es un tiempo ganado para gestionar mejor el shock. Más aún si Europa se quiere replantear sus compras de petróleo ruso, un 30% de sus importaciones. En caso de corte del suministro, como ocurriría con el caso del gas, la UE sería la más afectada por el shock.
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"La Unión Europea y otros países de la OCDE deben promulgar rápidamente planes coordinados para reducir la demanda. Las analogías con las acciones tomadas durante la Segunda Guerra Mundial o el embargo petrolero de la OPEP de 1973 no son descabelladas", sostiene un nuevo informe del centro de reflexión independiente Bruegel.
La lista de medidas se basa en otro análisis cuyo título lo dice todo: "Cómo ahorrar crudo rápidamente". Entre ellas:
- Fomentar el uso del transporte público incluso hacerlo gratuito durante un tiempo/días.
- Campañas para promocionar el uso compartido del coche.
- Incentivos para los negocios que impulsen estas medidas.
- Circulación de coches particulares en días alternos.
La reciente experiencia de la pandemia con el teletrabajo nos podría ayudar para gestionar mejor los traslados a las oficinas, por ejemplo. Este tipo de iniciativas podrían reducir en hasta un 10% la demanda de crudo y derivados rusos. La cuestión es: ¿podría la UE prescindir totalmente de este proveedor?
Más fácil que desconectarse del gas
"Si bien prescindir de las importaciones de gas ruso sería difícil y costoso, pero factible, probablemente será menos doloroso para la Unión Europea gestionar una interrupción completa del petróleo ruso", asegura el análisis de Bruegel. Estados Unidos y Reino Unido han impuesto un embargo al oro negro de Rusia. "La UE puede arreglárselas sin los suministros de petróleo ruso, pero habrá que abordar importantes problemas logísticos y de coordinación".
- ¿Por qué es más sencillo que el gas? La logística juega a favor en este caso. La mayor parte del crudo que compra Europa viene por barco (incluso el ruso), a diferencia del gas que llega, principalmente, por gasoductos. Es más fácil sustituir un barco que un gasoducto.
- Problemas técnicos. Al igual que con el gas (el que llega en barco, el GNL, necesita una instalación especial para descargar), el petróleo ruso es algo diferente al resto. Las refinerías europeas están adaptadas a trabajar con esas características de crudo y habría que hacer algunas adaptaciones, explican los analistas de Bruegel.
- Capacidad de refino. Europa no solo compra petróleo, también productos procesados como diésel y fueloil. Para prescindir de esta parte de las compras, la refinerías deberían operar al 90% de su capacidad, "el mayor nivel de producción del último siglo".
Los particulares problemas de oferta del crudo
Europa debería buscar sustitutos a los barriles rusos. No será tarea fácil: habría que convencer al resto de países productores agrupados en el cartel de la OPEP para que aumenten su producción.
"Con unos mercados petroleros ya tensionados, no está claro que los proveedores puedan o quieran compensar el déficit", sostiene el análisis.
¿Hay capacidad? En teoría sí: los tres millones de barriles diarios que viene de Rusia podrían tener esta distribución:
- Entre uno y dos millones de Arabia Saudí.
- Casi un millón de Emiratos Árabes.
- Medio millón de Irak.
Estás cifras son, en parte, algo teóricas. Se supone que es la capacidad extra de bombeo de estos países, según el propio cártel. Sin embargo, en la práctica, los productores ya tienen problemas para cumplir con las cuotas que, supuestamente, tienen que estar sacando al mercado.